La salud mental de cientos o incluso miles de trabajadores, tras este largo periodo de confinamiento, ha provocado una crisis de salud mental, reconocida por el subsecretario de salud, Hugo López Gatell.
Lunes 18 de mayo de 2020
El Subsecretario explicó:
“El compromiso y la responsabilidad de trabajar para atender a la segunda crisis que vendrán después de la epidemia y que es, precisamente, esta crisis del estrés postraumático relacionado con el confinamiento, con la experiencia traumática de vivir una pandemia y con la pérdida de seres queridos”, afirmó el funcionario.”
El pasado Día de las Madres en conferencia de Palacio Nacional, se informó que el país llegó a las 3 mil 465 defunciones por la enfermedad, 35 mil 22 casos confirmados, desde el pasado 28 de febrero, con 8 mil 457 casos activos a este domingo. En relación con los casos sospechosos se contabilizaron 19 mil 979, y 75 mil 955 se clasificaron como casos negativos.
Cifras que, dentro del marco de la crisis económica que se agudiza con el cese de la fuerzas productivas, la sociedad más precarizada, se encuentra en un estado de psicosis, debido a una serie de articulaciones dispuestas por la dirección de la 4 Transformación.
El encierro prologando, el desbasto del sistema de salud para combatir el esparcimiento del virus, la detección de casos positivos que al no aplicar test masivos, y la exposición del personal médico por la falta de insumos, material médico y manos, tiene aterrada a la población, incrementando los casos de depresión por la desesperación del encierro en viviendas cada vez mas pequeñas y menos funcionales que hacen imposible permanecer en estado de cuarentena.
Daño psicológico y violencia intrafamiliar
Violencia intrafamiliar, donde la mujer precarizada y trabajadora, se ve presa con su carcelero, incrementando el número de feminicidios, violencia física y abuso sexual, alterando de manera grave la conducta de cientos de niños y familias que, en las condiciones de confinamiento en un continuo estado de opresión y explotación, continua con la reproducción del sistema de violencia patriarcal, de división y opresión.
Crisis de salud mental que el sistema de salud no puede ni podrá contener. Ya se tenían identificadas las deficiencias para atender problemas de salud mental entre la población, principalmente la ansiedad y la depresión. El reconocer que las deficiencias en la capacidad para atender la salud mental, se remonta a tiempos posteriores al Covid 19 y las fallas estructurales en el sistema de salud, entorno al desarrollo de la industria farmacéutica que se enriquece a costa de miles incluso millones de trabajadores en todo el mundo, del día a día, consumen una serie de fármacos, para adormecer la abrumadora realidad del adoctrinamiento y alineamiento con el sistema, ilusiones para mantener operando las fuerzas productivas con la explotación de la clase trabajadora, que en plena convulsión del sistema económico y contención por la crisis sanitaria ,no puede despedir a su familiares que lamentablemente perdieron la vida, muchos de ellos en condiciones de total pobreza.
La salud mental en un trabajo precarizado
la salud mental es un estado de bienestar en el que la persona desarrolla sus capacidades frente al estrés normal de la vida de manera productiva para el desarrollo individual y a su vez contribuir a su comunidad, por el progreso de la sociedad en un conjunto, hacia una dirección.
El estrés y la ansiedad, la desesperación y la depresión en la sociedad, son síntomas que ese estado de bienestar que aún está lejos de ser real para la clase trabajadora, con la depresión y la ansiedad con repercusiones económicas importantes, estimando anualmente a la economía mundial US$ 1 billón en pérdida de productividad, lo que para el sistema de desarrollo capitalista representa pérdidas directas en su ganancias, mientras que la industria farmacéutica que se enriquece en tiempos de covid, con el incremento en los precios de muchos productos que hoy en día son vitales para mantener la raya la propagación del virus, revela que es más importante las ganancias de un cuantos, que nuestras vidas y la salud mental de millones de trabajadores en el mundo, que hacen operar toda la maquinaria de todos los medios de producción.
Medicalización de la vida
La salud mental de los trabajadores padece múltiples padecimientos psicológicos. Dejados en el olvido por la deshumanización, la alienación del trabajo y la ignorancia de las masas por los problemas en relación con la salud mental mantiene otros males que se alzan como la represión hacia los grupos LGBT, desarrollando trastornos graves de depresión, en la búsqueda de la liberación de los deseos y emociones. La meritocracia mantiene en constante estrés a las masas, daños mentales y físicos derivados de la explotación, Los psicofármacos son los medicamentos más utilizados del mercado causa y efecto de una multitud de padecimientos normalizados.
Es de vital importancia atender la depresión como un síntoma de estrés y explotación, de alineación y opresión que orilla la dependencia de fármacos que en lugar de dar una solución, adormecen las voluntad y aspiraciones, como el desarrollo individual de la expresión libre y la productividad. Es necesario luchar por cambiar de raíz este sistema de explotación y miseria, luchar por mejoras en nuestras condiciones de vida para obtener una vida digna.