Más de tres mil estudiantes votaron el fin de semana pasado por paralizar la facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile, ante la resolución del proceso interno que resolvió -a casi 4 años del asesinato de la trabajadora Margarita Ancacoy en el trayecto a la facultad- que nadie tenia responsabilidad al interior de la institución por las condiciones en que tuvo lugar el asesinato de Margarita, a quien se le exigía llegar a las 5.30 AM al trabajo. Además de esta exigencia de justicia, demandan condiciones de trabajo dignas para las/os trabajadoras/es que hoy siguen en la facultad, y que denuncian que nada ha cambiado.
Jueves 19 de mayo de 2022
“La verdad es que no da ninguna garantía y siento que quedamos igual”, denuncia una de las trabajadoras de la Facultad de Ingeniería de la U. de Chile, pues ante cada uno de los puntos del petitorio levantando en conjunto con los y las estudiantes de dicha facultad, se manifiesta claramente que la voluntad de las autoridades se limita a manejar el conflicto en una lógica gerencial, que no ofrece solución alguna a las demandas.
Veamos en concreto. En primer lugar, no se accedió a desvincular a una ninguna de las jefaturas, que hace ya tiempo vienen siendo cuestionadas por sus malos tratos y amenazas hacia quienes fueron compañeras de Margarita, además de su responsabilidad directa en las condiciones bajo las que fue asesinada Margarita. Sólo se habló de eventuales “re-estructuraciones” para que no tuvieran a trabajadores/as bajo su dependencia. Es decir, esto expresa que no asumen ninguna responsabilidad como autoridades en que Margarita se haya visto expuesta a estar a las 5:30 de la mañana en la calle para llegar al trabajo. La vida de las trabajadoras no importan. ¿Tener rectora acaso es garantía de algo? Las condiciones de las trabajadores las exponen hasta hoy a vivir situaciones trágicas como lo vivió Margarita.
En segundo lugar, respecto a la exigencia de un transporte adecuado para las/los trabajadoras/es que deben llegar de madrugada; que les movilice desde sus hogares hasta el lugar de trabajo, tampoco hubo una respuesta clara. En síntesis, la facultad se limitó a indicar que se estarían evaluando alternativas de acercamiento para quienes entren excesivamente tarde o temprano, desde una mirada de “gestión de personas”, lo cual no deja nada claro. Se requiere la garantía del transporte para las trabajadores, como un método de seguridad.
En tercer lugar, tampoco se accedió a pasar a planta a los/as funcionarios/as -demanda levantada porque a pesar de los años de trabajo aún sigue a contrata, es decir, sus contratos son a plazo fijo y se evalúa al final de cada año su continuidad-; señalando que en realidad no habrían mayores diferencias entre estar o no en planta, reconduciendo la discusión a que todo se debe a que los y las trabajadoras no conocen sus derechos laborales, lo cual es realmente insultante, pues es evidente que la estabilidad laboral es muy distinta para un trabajador de planta, al tener un contrato indefinido. La pelea por el paso a planta, es una cuestión fundamental hoy el propio Estado es uno de los más grandes responsables de sectores de inestabilidad laboral, quienes son trabajadores del sector público año a año sufren la incertidumbre de no saber si mantendrán el trabajo o no. La propia ley de universidades exige que en las universidades o instituciones públicas exista 80% de trabajadores a planta y solo un 20% a contrata, a todas luces siquiera lo legal se respeta en la Universidad de Chile.
En cuarto lugar, respecto a la demanda relativa a atención psicológica especializada en trauma para las y los trabajadores que aun viven con profundo dolor la muerte de su colega y amiga, señalaron que se tomarían medidas para tratar el duelo de forma comunitaria, pero no se comprometieron a brindar un o una especialista que atienda de forma personalizada los y las trabajadoras.
Por último, cabe mencionar que las autoridades no han informado nada a la familia de Margarita, respecto a la resolución del sumario administrativo ni sobre la beca que se habían comprometido a otorgar al hijo de Margarita.
Ante esta situación, urge que los y las funcionarias puedan alzar su voz, para eso debemos estudiantes y funcionarios fortalecer la unidad entre sus peleas.
Hoy se lleva a cabo la toma de la Facultad de Juan Gómez Milla, ese espacio de organización, que entendemos se ha levantado precisamente para buscar aunar las demandas de los diferentes estamentos, sería muy bueno poder también ahí, tomar la pelea por justicia por Margarita, ella es la representación de las condiciones más extremas de las trabajadores en la universidad, una experiencia que además guarda tras está, las condiciones que Miles de mujeres viven en Chile como trabajadores, el caso de Margarita no puede quedar en silencio.
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Con la unidad de estudiantes y funcionarios/as, podemos levantar una movilización fuerte, las condiciones precarias que hoy se viven, son consecuencia de la crisis de la educación en Chile, del constante abandono del Estado a las universidades públicas.
Hoy pagan los y las trabajadores, estudiantes endeudados, está crisis por eso es fundamental la unidad, que nos permita conquistar las demandas de justicia por Margarita y de condiciones dignas de trabajo para todos/as los y las funcionarias de la educación.