El tren maya tiene como ruta los estados del sur del país, con objetivo de fomentar el turismo, pero su ruta está en lo que queda de selva virgen y en territorio de pueblos originarios.

Axomalli Villanueva @1quiahuitl
Martes 14 de agosto de 2018
El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, anunció que su proyecto del “Tren Maya” se ampliará respecto a la primera versión, que sólo contemplaba 800 km en su recorrido, y que el financiamiento será una asociación público-privada.
El proyecto, explicó, costará entre 120 y 150 mil millones de pesos, iniciará la licitación desde el 1 de diciembre próximo y se espera que se termine en 4 años.
El plan quedo integrando a Escárcega, Candelaria, Xpujil y Campeche, así como Mérida y Valladolid en Yucatán. Además de las estaciones originales en Cancún, Quintana Roo-Tulum, Quintana Roo-Bacalar, Quintana Roo-Calakmul, Campeche-Palenque, Chiapas.
AMLO advirtió también que se va a hacer una convocatoria para buscar una sociedad con la Iniciativa Privada, de modo que va a ser una inversión mixta: inversión pública e inversión privada.
Mapa del tren maya:
Sector empresarial, complacidos con este proyecto
El sector empresarial de Cancún se muestra optimista con el nuevo proyecto de tren, Miguel Ángel Lemus Mateos, vicepresidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) del Caribe, dijo que de entrada el tramo Cancún-Tulum es el más rentable de todo el recorrido que se propone en el proyecto del gobierno federal, por ser la zona turística más dinámica de todo el país y conectar con el Aeropuerto Internacional de Cancún, que es la terminal con el mayor volumen de pasajeros internacionales a nivel nacional.
El proyecto contempla la participación del gobierno federal, empresas privadas, pequeños propietarios y ejidatarios. Se requieren 35,000 millones de pesos para los tres primeros años (de los cuales una parte puede ser recursos privados), aunque el costo total en las cuatro etapas asciende a 64,900 millones de pesos.
A su vez señalaron que tienen toda la disposición para apoyar en lo que sea necesario al próximo gobierno federal para que se ponga en pie una infraestructura de esta magnitud para el sureste del país.
Selva y comunidades mayas en disputa
La ruta está salpicada de selva baja, reservas naturales, sitios arqueológicos prehispánicos, humedales y ríos submarinos que podrían ceder sin previo aviso. La construcción podría absorber los escasos fondos para llegar lugares como las ruinas de Calakmul, que ahora recibe apenas 35 mil visitantes anuales, los mismos que llegan a sitios más populares como Chichen Itza en una semana.
El turismo desmedido es un problema que ya presentan varios de los puntos que recorrerá el tren, uno de ellos es Bacalar, donde en junio de este año se dio a conocer que la contaminación en la laguna va en aumento y su situación ecológica es delicada, según el Comité de Vigilancia Ambiental Agua Clara, que aseguró la problemática se debe a una falta de planeación eficaz en su modelo de desarrollo.
Aniceto Caamal Cocom, ambientalista y miembro del Centro de Salvaguarda de Usos y Costumbres, señaló que se teme por la exclusión de las comunidades mayas, así como la presión a las reservas de la biosfera cercanas al tren, en beneficio económico de la explotación turística, señaló que:
"Creo que estamos en un territorio donde hay ejidos, y tierras comunales, y lo que normalmente se hace es invadir los terrenos y sin pagar los usufructos, sin consultar a los indígenas, en estos proyectos benefician al turismo, pero menosprecia la opinión de los pueblos originarios, por eso es necesario ocuparnos del campo indígena, no al revés"
Para el ambientalista, este tipo de proyectos tiene dos vertientes, pues por un lado benefician a los empresarios y por otro se perjudican puntos importantes de la selva y los recursos naturales que en ella se encuentran.