Antonio Gramsci conoció a Trotsky en su viaje a Moscú entre mayo de 1922 y diciembre de 1923. El revolucionario ruso fue uno de los redactores de las tesis del Frente Único, en contra de las tendencias ultra izquierdistas del comunismo occidental. A pesar de haberlas conocido, en sus Cuadernos de la Cárcel de los años 30, Gramsci atribuyó a Trotsky ser el ideólogo de dicha corriente en la Internacional Comunista.

Vicente Mellado Licenciado en Historia. Universidad de Chile. Magíster © en Ciencias Sociales, mención Sociología de la Modernización. Universidad de Chile
Lunes 29 de junio de 2015
Gramsci y su relación con «Trotsky»
Según Isaac Deutscher, Trotsky y Gramsci se conocieron cuando este último viajó por primera vez a Moscú (1). El dirigente comunista italiano estuvo en la naciente República Soviética desde mayo de 1922 hasta diciembre de 1923.
No se tiene noción de si los dos dirigentes de la Internacional Comunista (IC) discutieron en torno a la propuesta de Trotsky de la revolución permanente. Sabemos con certeza que intercambiaron opiniones acerca de temas de literatura y cultura. Incluso Gramsci le escribió una carta a Trotsky fechada el 8 de septiembre de 1922 —estando en Moscú— en la cual respondió preguntas realizadas por el revolucionario ruso acerca del movimiento artístico y literario del futurismo. (2)
Según Frank Rosengarten, Trotsky presionó a Gramsci en la reunión de la comisión italiana el 15 de noviembre de 1922, acerca de la necesidad de adoptar la tesis del frente único obrero contra la negativa de Amadeo Bordiga. Según un testigo del debate, Giuseppe Berti —miembro de la Federación Juvenil Comunista de Italia— afirmó que la lucha política implacable que realizó Trotsky contra este, tuvo directa influencia en Gramsci, quien adoptó una actitud crítica hacia Bordiga. (3)
Sin embargo, entre marzo y abril de 1925, Gramsci volvió a estar presente en Moscú, con la misión de participar de la quinta sesión del Comité Ejecutivo de la IC. (4) No sabemos si allí compartió nuevamente con Trotsky. Pero este ya no era dirigente de la IC y había sido relegado a segundo plano en el Comité Central del Partido Bolchevique.
El triunvirato y la lucha contra el “trotskismo”
Entre 1923 y 1926 el aparato estalinista inició su proceso de consolidación burocrática. Durante ese periodo, el Presidium de la Komintern fue ocupado por Grigory Zinoviev. Este último, junto a Kamenev y Stalin se constituyeron en el triunvirato, el máximo organismo de dirección política de la República Soviética.
Después de la muerte de Lenin, estalló la polémica al interior del partido soviético acerca de cuál era el legado estratégico que debía orientar a la IC y los bolcheviques partiendo de la experiencia histórica de la revolución rusa de 1917. En relación a esta problemática, Trotsky publicó “Lecciones de Octubre” en septiembre de 1924, como un prólogo a su obra 1917. Este libro fue publicado por la Editorial del Estado soviético con todos los escritos y artículos de Trotsky correspondientes al glorioso año de la toma del poder socialista.
El “prólogo” fue en rigor un extenso ensayo en el cual el revolucionario ruso concentró todo su análisis político e interpretación estratégica de lo ocurrido en la revolución rusa de 1917. En otras palabras, constituyó un golpe frontal a las difamaciones e interpretaciones políticas que estaba desarrollando el triunvirato en su contra. Como la troika tenía el control del aparato del estado soviético, la tragedia histórica fue echada sobre Trotsky. El triunvirato lanzó una batería de calumnias sin permitirle al atacado el derecho a responder en la prensa soviética (5).
La fuerza con que la burocracia estalinista lanzó sus obuses contra Trotsky puede verse con evidencia en el impacto que tuvo en el movimiento comunista internacional. Este recibió unilateralmente la interpretación de la troika, transformando a Trotsky en un traidor de la tradición y estrategia del bolchevismo. Ningún lugar del mundo donde existía un partido comunista se salvó del llamado de “alerta contra el trotskismo”. Hasta el rincón comunista más alejado del mundo —Chile— publicó una separata de la denuncia realizada por el Comité Central bolchevique en contra del ensayo “Lecciones de Octubre” escrito por Trotsky.
El 8 de marzo de 1925, el “Despertar de los trabajadores”, diario de la Federación Obrera de Chile (FOCh) y del Partido Comunista (PC) correspondiente a la lejana región minera del salitre, publicó un artículo titulado “Divergencias entre Trotsky y el Partido Comunista Ruso” (6). Como ha sostenido Olga Ulianova, entre 1922 y 1926 el PC chileno constituyó el partido más alejado de las discusiones y resoluciones que dictaminó la IC y el PC soviético (7).
Con esto podemos afirmar que si hasta Chile llegó la difamación contra Trotsky, se puede vislumbrar el nivel de la campaña “contra el trotskismo” llevada adelante en los movimientos comunistas de los países europeos, como Alemania, Francia e Italia. En esta última, el 6 de abril de 1924, Gramsci había salido electo como diputado del Venetto (8), y a fines de ese año se preparaba para viajar nuevamente a Moscú a participar de la quinta sesión del Ejecutivo de la IC. Cuando el comunista italiano llegó a la tierra de los soviets, la campaña de desprestigio contra Trotsky estaba en pleno apogeo.
A partir de enero de 1925, Trotsky fue removido de su cargo de dirección en el Comisariado de Guerra y en el Ejército Rojo, y fue nombrado miembro del Consejo de la Economía Nacional, en calidad de subordinado de Dzerzhinsky. Según Deutscher, durante todo el año de 1925, Trotsky no se pronunció en público acerca de las polémicas desatadas entre los años 1923 y 1924. Había aceptado su derrota y se sometió a las restricciones que le impuso el Comité Central. (9)
Desde fines de 1924 y principios de 1925 se difundieron en la Unión Soviética los escritos de Bujarin y Zinoviev que criticaron la teoría de la revolución permanente de Trotsky, definida por los primeros como una teoría “anti leninista” y por lo tanto, una “desviación pequeñoburguesa” (10). Lenguaje que ya era cotidiano para referirse a todos los opositores comunistas a la línea oficial del triunvirato. Sin embargo, la alianza Zinoviev-Kamenev-Stalin se quebró en abril de 1925, pasando los primeros a ser víctimas de las calumnias de Stalin. Al igual que Trotsky, no se salvaron de la propaganda difamatoria en su contra.
Las tesis del Frente Único, la lucha contra el ultraizquierdismo y la revolución permanente
Durante el III y IV Congreso de la IC, Trotsky fue uno de los principales defensores de las tesis del frente único como nueva orientación política de los partidos comunistas (11). Surgida a raíz de los desbandes ultra izquierdistas de los PC alemán, francés e italiano, y de la recuperación relativa del capitalismo en Europa occidental, la IC lanzó la táctica del frente único como nueva política de los partidos obreros revolucionarios.
El objetivo del frente único buscó que los comunistas conquistaran el apoyo de las masas obreras y populares (hegemonía) en un contexto de fortalecimiento de las mediaciones burguesas y de los partidos socialistas, como fase preparatoria de la toma del poder político. Eso requería de la participación en los sindicatos junto a los partidos obreros reformistas, impulsar campañas en común con los socialistas en defensa de los salarios, las libertades democráticas y el derecho de asociación, por nombrar algunas. La famosa consigna “¡Id a las masas!” constituyó el nuevo eje desde donde los revolucionarios tendrían que hacer política en una nueva situación que ya no era la de una ofensiva revolucionaria.
De este modo, la nueva táctica se sostuvo en el argumento de que la fase de la “ofensiva revolucionaria” abierta en 1917 se había cerrado temporalmente. La lucha inmediata por la toma del poder político tendría que esperar hasta que se dieran nuevamente las condiciones para ello. Durante este interludio, los comunistas tenían que prepararse para las nuevas situaciones revolucionarias que se abrieran. Para cumplir esta tarea, el frente único era esencial.
Esa fue la política que defendió Trotsky, primero contra las tendencias ultra izquierdistas en el comunismo occidental, después contra los desbandes sectarios de la IC en el bienio 1924-1925. Gran parte de su balance estratégico del periodo 1923-1926 se encuentra en la obra Stalin, el gran organizador de derrotas. La Tercera Internacional después de Lenin, escrito y publicado en 1928.
Sin embargo, en los escritos de Gramsci de los años 30, encontramos una vinculación de Trotsky con las tendencias ultra izquierdistas que el mismo revolucionario ruso combatió.
¿Cómo explicar esta vinculación política?
Según Frank Rosengarten, en el periodo 1924-1926, caracterizado por la lucha política de la dirección de la IC contra Trotsky y la revolución permanente, Gramsci se cuadró con la postura oficial de la primera, es decir, con la posición estalinista. Sin embargo, este apoyo a la línea oficial no significó un paso de “fidelidad” de Gramsci al aparato estalinista. Debe recordarse que Gramsci se opuso al proceso de burocratización de la IC dirigido por Stalin (1926-1927) y a la política de este en el Tercer Periodo (1928-1934) que denominó a los partidos socialdemócratas como el ala izquierda del fascismo. (12)
El sometimiento a la línea oficial de ese periodo respondió a dos motivos: primero, por “la necesidad de crear una organización compacta, firmemente disciplinada, y un Partido Comunista ideológicamente unificado en Italia”; segundo, “por su creencia de que si la disputa al interior de la URSS seguía adelante sin encontrar solución de algún tipo, podría ocasionar una catástrofe en el conjunto de la Tercera Internacional”. (13)
La alusión de Bujarin y Zinoviev a la revolución permanente como “ofensiva permanente” o “anti leninista” y el desastre de la revolución alemana en octubre de 1923 –donde el nombre de Trotsky estuvo asociado al “intento” de la insurrección fallida— posibilitaron que Gramsci definiera al revolucionario ruso como uno de los máximos referentes de las tendencias ultra izquierdistas de la IC.
Bajo ese razonamiento, en sus Quaderni del carciere, el revolucionario italiano desarrolló lo que el creyó era la teoría para la revolución en occidente: “la guerra de posiciones”, cuya concreción política era la conquista de la hegemonía. Dicha teoría fue creada para resolver el problema de la revolución en las formaciones capitalistas avanzadas y se contrapuso a la teoría de la revolución en oriente, cuya máxima expresión la habría constituido —según Gramsci—la revolución permanente elaborada por Trotsky.
En el próximo artículo, contrastaremos la definición de León Trotsky de la revolución permanente con las definiciones empleadas por Gramsci en las numerosas hojas de los escritos de la cárcel.
(1) Deutscher, Isaac, Trotsky. El profeta desarmado (1921-1929), Lom ediciones, 2007, pp. 169. Ver la nota al pié de página Nº 23.
(2) “Carta a Trotski (8-IX-1922)”, en: Gramsci, Antonio, Antología, Editorial siglo XXI, pp. 126-128.
(3) Rosengarten, Franck, “The Gramsci-Trotsky Question (1922-1932)”, Social Text, No. 11 (Winter, 1984-1985), Duke University Press, pp. 75-76.
(4) Santucci, Antonio, Gramsci, Lom ediciones, 2007, p. 102.
(5) Deutscher…, op. cit., p. 149.
(6) El Despertar de los Trabajadores, Iquique, Chile, “Divergencias entre Trotsky y el Partido Comunista Ruso”, 8 de marzo de 1925.
(7) Ulianova, Olga y Riquelme Segovia, Alfredo (Editores). Chile en los archivos soviéticos 1922-1991. Tomo 1: Komintern y Chile 1922-1931. Fuentes para la Historia de la República Volumen XXIII, ediciones DIBAM, 2005, pp. 93-109.
(8) Santucci…op. cit., p. 101.
(9) Deutscher…, op. cit., p. 183.
(10) Procacci, Giuliano (ed.), Trotsky-Bujarin-Zinoviev, El gran debate (1924-1926) 1: la revolución permanente, Cuadernos Pasado y Presente Nº 34, 1973.
(11) Trotsky, León, “On the United Front. (Material for a Report on the Question of French Communism)”, march 2, 1922, en: The First Five Years of the Communist International, volume 2. Ver: https://www.marxists.org/archive/trotsky/1924/ffyci-2/08.htm.
(12) Rosengarten, Franck…op. cit.,
(13) Ibídem, p. 82.

Vicente Mellado
Licenciado en Historia. Universidad de Chile. Magíster © en Ciencias Sociales, mención Sociología de la Modernización. Universidad de Chile