Trump afirmó que el paso del huracán María no es una “catástrofe real” como la del Katrina que asoló Nueva Orleans.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Martes 3 de octubre de 2017 16:46
"Si miras a una catástrofe real como Katrina (...), cientos y cientos y cientos de personas que murieron, y miras lo que ha pasado aquí, con una tormenta que realmente fue abrumadora, nadie ha visto algo como esto", señaló el presidente estadounidense en San Juan, en referencia al huracán Katrina que azotó Nueva Orleans en 2005 y dejó más de 1.800 muertos.
"¿Cuál es el saldo mortal al momento? ¿17? 16 muertes confirmadas, 16 frente a miles", afirmó Trump, que está fuertemente cuestionado por la falta de ayuda a la población boricua, además de los ataques a las autoridades locales, a las que acusó de "pobre liderazgo".
Niega así la devastación provocada por el paso del huracán en viviendas e infraestructura que afectaron a la inmensa mayoría de los habitantes de la isla, de los cuales 3.1 millones aun no tienen accesos a la energía eléctrica.
Mientras tanto, las imágenes de su desdeñosa actitud al arrojar ayuda a un grupo de personas está iniciando una ola de indignación en redes sociales.
Trump tira ayuda a las víctimas de Puerto Rico como si fueran pelotas de baloncesto pic.twitter.com/cDd8oi4Yjt
— Guillermo Rodríguez (@guirodi) 3 de octubre de 2017
Previo al paso de María los acreedores y la administración estadounidense estaban sofocando a la clase trabajadora y los sectores populares de Puerto Rico con el peso de una deuda impagable: de US$72.000 millones. Tras el paso del huracán, la situación se tornó aun mucho más crítica.
Ahora Trump hasta culpó a la ayuda a la isla de provocar problemas de presupuesto en su administración: "Odio decirlo, Puerto Rico, pero ustedes han dejado nuestro presupuesto un poco fuera de control". Así se percibe su visita:
Donald Trump visits Puerto Rico. pic.twitter.com/D46QL3jr7Q
— HaveIGotNewsForYou (@haveigotnews) 3 de octubre de 2017
Por su parte, Ricardo Roselló, gobernador de la isla, lo observa sonriente. Es el servilismo incondicional de los empresarios portorriqueños a los que representa, subordinados históricamente a Estados Unidos, y que ahora ante la catástrofe tampoco pueden dar una salida favorable a las mayorías.
