El presidente estadounidense usa el alza de la tasa de homicidios en 2018 –al 33% según los datos que citó- como argumento para el muro fronterizo. López Obrador respondió manteniendo su discurso de “respeto” al imperialismo estadounidense.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Jueves 31 de enero de 2019
Vía Twitter, Trump señaló que “Muy tristemente los casos de asesinato en México en 2018 aumentaron en un 33 por ciento respecto a 2017, unos 33 mil 341” y a continuación afirmó “Esto es una gran contribución a las crisis humanitarias que tienen lugar en nuestra frontera sur y luego se extienden por todo nuestro país. Peor aún que en Afganistán. Muchas causadas por drogas ¡El muro está construyéndose!”.
A su vez aseveró que amplias secciones del muro ya están construidas o listas para edificarse.
Los datos que utilizó en su mensaje se publicaron 10 días atrás en un informe del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de México.
Que hay violencia es innegable. Pero es producto de cómo las administraciones estadounidenses y los gobiernos en turno impusieron la militarización en nombre de la guerra contra el narcotráfico, que lo único que dejó fueron cientos de miles de muertos, desaparecidos, torturados y desplazados. Una estrategia de seguridad que el nuevo gobierno busca mantener a través de la creación de la Guardia Nacional.
En su conferencia de prensa matutina, cuando lo interrogaron sobre los nuevos dichos del mandatario estadounidense, López Obrador recreó la frase de un ex futbolista serbio, Bora Milutinovic, que ante los cuestionamientos respondía “Yo respeto”.
¿Qué es lo que respeta? ¿La criminalización de los migrantes mexicanos y centroamericanos en Estados Unidos? ¿La separación de familias migrantes, la detención de niños, el lanzamiento de los gases lacrimógenos en las fronteras? ¿Respeta al magnate que gobierna Estados Unidos y busca avanzar en una nueva fase de saqueo y expoliación a México y el conjunto de América Latina?
López Obrador, aun con su discurso de “derechos humanos” para los migrantes y su promesa de trabajo (precario) para retenerlos en México y que no avancen hacia Estados Unidos, con una forma distinta mantiene en lo esencial el papel del gobierno de México como gendarme migratorio del imperialismo estadounidense.