Donald Trump, presidente estadounidense, juzgó hoy "ridículo" el proceso legal que le impide iniciar "inmediatamente" la renegociación con México del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y de nuevo amenaza con dejar el acuerdo si no hay "grandes cambios".
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Martes 18 de abril de 2017
De nuevo el presidente estadounidense afirmó "El TLCAN ha sido muy, muy malo para nuestro país, muy malo para nuestras compañías y trabajadores. Vamos a hacer grandes cambios o vamos a librarnos del TLCAN de una vez por todas. No podemos seguir así, créanme”.
Fue en un discurso que Trump pronunció en una fábrica de herramientas en Kenosha, Wisconsin, donde también sostuvo "Tenemos todo tipo de reglas y regulaciones que son horrendas", y continuó:
"Queríamos empezar a negociar con México inmediatamente, pero tenemos estas contingencias por las que tenemos que esperar largos periodos de tiempo, hay que notificar al Congreso y después tienes que obtener un certificado, y después no puedes hablar con ellos en 100 días. Todo eso es ridículo", agregó el presidente estadounidense.
Le fastidia el proceso establecido por la ley actual en Estados Unidos, que concede poderes especiales al presidente para negociar acuerdos comerciales mediante un proceso controlado por los legisladores.
Según ese proceso, el Ejecutivo debe notificar al Congreso con 90 días de anticipación su intención de revisar un acuerdo previo, y explicar los objetivos ante los comités respectivos de ambas Cámaras legislativas: la Cámara de Representantes y el Senado.
La administración Trump no presentó al Congreso el aviso oficial para el comienzo del periodo de espera, ya que aún no se confirmó el nombramiento de Robert Lighthizer como representante comercial de la Casa Blanca en el Comité de Finanzas del Senado.
Por su parte, Wilbur Ross, secretario de Comercio, presentó a varios comités del Congreso un borrador con las metas generales de la negociación del TLCAN, pero no pudo entregar la versión final antes del inicio del receso de primavera.
En cuanto al gobierno mexicano, éste ha manifestado en distintas oportunidades su disposición a negociar el tratado en condiciones favorables para Estados Unidos, como es la ampliación de las reglas de origen en la producción industrial, e incluir nuevas cláusulas relativas al área energética y de comercio digital, entre otros.
Mientras tanto, las elecciones presidenciales de México en 2018, que ya se perfilan en el horizonte, amenazan con obstaculizar las negociaciones en torno al TLCAN.
Lo que está en juego
Por la imprevisibilidad de Trump, peligran casi 5 millones de puestos de trabajo directos e indirectos en Estados Unidos que dependen del comercio con México, según un estudio elaborado por el Instituto México del Woodrow Wilson Center. La economía de Texas podría entrar en recesión. La de Nuevo México también se vería muy golpeada.
Contrario a lo que afirma el presidente estadounidense, las corporaciones de ese país han sido las más beneficiadas por el TLCAN, en detrimento de las condiciones laborales de los trabajadores estadounidenses, canadienses y mexicanos.
En particular, en el caso de México, las transnacionales han obtenido importantes ventajas por beneficios fiscales y de toda índole por parte de los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal). Junto a esto, el bajo nivel salarial que perciben las trabajadoras y los trabajadores al sur del Río Bravo –el más bajo de los todos los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)- resultaron ventajas insuperables para empresas como Ford, General Motors, Boeing, Carrier y tantas otras.
Y la implementación de las reformas estructurales, en especial de la energética, la educativa, la de telecomunicaciones y la laboral, van a favor a incrementar la explotación de la clase trabajadora y la expoliación de recursos, todo en beneficio de las trasnacionales y el imperialismo estadounidense.
Es claro que cualquier renegociación del TLCAN emprendida por los gobiernos de Estados Unidos, México y Canadá irá en contra de los derechos laborales de la clase trabajadora de los tres países. Ante esto, los trabajadores estadounidenses no pueden caer en la trampa del discurso xenófobo y racista de Trump. Para defender sus condiciones de trabajo y de vida es indispensable establecer una alianza a través de las fronteras entre la clase obrera de los tres países socios del TLCAN, que luche contra las deportaciones, contra el muro, por plenos derechos laborales, sindicales y políticos para trabajadores nativos y migrantes y por el libre tránsito de personas en toda América del Norte.