Hoy EE.UU. le impuso a China impuestos a 818 productos equivalentes a 34.000 millones de dólares, incluye mayoritariamente componentes de la cadena de suministro del sector industrial y tecnológico.
Viernes 6 de julio de 2018
Otros productos afectados serán bienes de consumo, como ampolletas de luz LED y cigarrillos electrónicos, aunque dejó afuera aquellos artículos como los teléfonos móviles o los aparatos electrónicos, pero el impacto de todas formas se sentirá en la economía estadounidense: muchas industrias, como las automovilísticas, reciben componentes de plantas chinas.
La entrada en vigor de estas sanciones del 25 % a importaciones chinas forma parte de la primera fase de un castigo total de 50.000 millones, según anunció la Casa Blanca a mediados de junio. Los otros 16.000 millones entrarán en vigor en las próximas dos semanas, según anunció el propio Trump.
Los analistas de Bloomberg han calculado que, con estas medidas, el producto interior bruto de China para 2019, que está previsto que crezca un 6,5 % este año, podría sufrir una desaceleración de 2 décimas.
Por su parte el gobierno chino anunció que prepara una batería de medidas para responderle a Washington, entre las que se encuentran impuestos de represalia a los productos "Made in USA", formar un frente común con la Unión Europea (UE) y una campaña mediática que defienda sus intereses económicos.
"No dispararemos el primer tiro", dijo el miércoles el Ministerio de Finanzas chino en un comunicado, aunque advirtió que responderá a los aranceles. "China ya hizo los preparativos necesarios", añadió el vocero de la Cancillería del gigante asiático, Lu Kang, en referencia al impuesto de un 25% a múltiples importaciones estadounidenses, como automóviles y whisky.
La soja podría ser otro de los artículos "Made in USA" afectos a nuevos aranceles, lo que supondría un enorme golpe para la principal economía del mundo que en 2017 exportó a China US$ 14.000 millones en ese producto, es decir, un tercio de su producción.
Estas medidas no son sin contradicciones dentro del propio EEUU.
La Cámara de Comercio de EE UU, el mayor lobby del país, ha pedido al Gobierno que reconsidere su estrategia. Muchos Estados afectados, de Pensilvania a Michigan y Wisconsin, son parte de la base electoral que llevaron a Trump al poder.
En un comunicado esta misma semana, el presidente de la entidad, Thomas Donohue, anunció que los aranceles se transformaron en “un peaje para los negocios, los trabajadores, los granjeros y los consumidores estadounidenses”, ya que “los mercados internacionales se cierran a los productos estadounidenses y estos se encarecen aquí”.
Esta puja de impuestos, puede ser la antesala de mayores desequilibrios de la economía mundial
Si bien la bolsa de comercio parece pasar desapercibido el aumento de impuestos, aún está por verse la respuesta China y el efecto en los precios y empleos al interior de estados unidos.
Las medidas anunciadas por Beijing son equivalentes a la ofensiva estadounidense, pero Trump – mantiene un discurso donde el resto del mundo se "aprovecha" de su país- ya amenazó con aumentar los aranceles hasta los US$ 400 mil millones si China responde.
Estados Unidos no solo está enfrentando comercialmente a China sino también a la UE, Canadá y México, entre otros, que se vieron golpeados por la decisión de Trump de imponer aranceles de 25% al acero y de 10% al aluminio que entra a su país.
De todas formas, la Canciller alemana, Angela Merkel, volvió a advertir ayer a Trump sobre el riesgo real de una guerra comercial si aplica más aranceles a productos de la UE. La líder europea llamó a su contraparte estadounidense a negociar, pues, "para apaciguar este conflicto se necesitan dos".
Además de presionar con nuevos aranceles, el gobierno de Xi Jinping ha estado buscando una alianza con los países europeos. Según Reuters, las autoridades chinas quieren unir fuerzas con la UE, a cambio de abrir más su restrictivo mercado interno.
Son los propios analistas norteamericanos quienes ven los mayores riesgos de estas decisiones "Esta es una guerra que se desarrolla lentamente y podría acelerarse si los aranceles se hacen efectivos", dijo William Reinsch, experto del Center for Strategic and International Studies, que se desempeñó como subsecretario de Comercio de EE.UU. durante la administración de Bill Clinton. "No habrá ganadores en esta guerra comercial. En un mundo donde la producción está completamente integrada, todos pierden", advirtió.