Donald Trump y sus colaboradores discutirán desde este miércoles el ofrecimiento de una posible naturalización para los “dreamers” que estuvieron acogidos por el plan DACA, pero sería a cambio de recibir fondos para avanzar en la construcción del muro fronterizo.
Raúl Dosta @raul_dosta
Miércoles 3 de enero de 2018 18:49
En una entrevista concedida a Asociated Press por Kirstjen Nielsen, la secretaria de Seguridad Nacional del gobierno de Trump, afirmó que éste tomaría en consideración cualquier proyecto de ley que el Congreso apruebe.
Adelantó además que un sector de los legisladores está interesado en incluir un mecanismo para la naturalización de unos 800 mil jóvenes que aún están amparados de la deportación, pero están amenazados por la eliminación del plan DACA y que tienen que esperar hasta marzo a que los congresistas emitan una propuesta sustitutiva, antes que Trump y su ejército de deportación cargue contra ellos.
Pero, al parecer, Trump trata de utilizar a los dreamers como moneda de cambio para lograr sus principales objetivos. La misma Nielsen declaró que la construcción de un muro en la frontera con México era “lo primero y más importante”, y que el gobierno quería terminar con los “recovecos” en temas como las solicitudes de asilo.
La secretaria de Seguridad Nacional, proveniente de San Diego, a donde fue a visitar los prototipos para la edificación del muro, aseguró que Trump pedirá 1,600 millones de dólares para 2018 con el fin de invertirlos en su proyecto en la frontera.
Esto se suma a la misma cantidad solicitada este año con el pretexto de construir o reemplazar 118 km del muro ya existente en California y Texas. “No nos servirá para todo el muro que necesitamos, pero es un comienzo”, dijo la secretaria Nielsen.
Así que tendremos noticias en los días por venir ya que Trump comienza a reunirse con su gabinete para establecer las metas de su gobierno para este año.
Como vemos, no quitará el dedo del renglón: los jugosos contratos de construcción del muro hacen que el viejo corredor inmobiliario dé un guiño a los dreamers, y posiblemente una falsa esperanza a ellos y sus familias. Pero su política de perseguir a los inmigrantes seguirá intacta, solo aparenta un poco de benevolencia con tal de conseguir fondos para su obra faraónica.
Que se multipliquen las voces a un lado y otro de la frontera del río Bravo en defensa de las y los migrantes.