La política anti inmigrante del imperialismo encabezado por Donald Trump se viene manifestando de diversas maneras y con diversos planes, uno de ellos es mediante la figura de "tercer país seguro" que ahora busca imponer sobre Panamá.
Viernes 23 de agosto de 2019
Una fuente de información de la Casa Blanca filtró a Univisión Noticias que Estados Unidos busca alcanzar un acuerdo con Panamá para que este se convierta en tercer país seguro, con el fin de recibir a los migrantes que envíen solicitudes de asilo a EE UU, ante lo que el presidente panameño ha rechazado esa posibilidad. La nota fue difundida en el gigante del norte originalmente por el Whashington Post, ya que el flujo migratorio para llegar al hemisferio norte ha aumentado desde Sudamérica .
Laurentino Cortizo, presidente de Panamá declaró que:
“Este es un tema en el que nosotros estamos muy claritos, y espero que Estados Unidos también esté claro”, dijo Cortizo en la capital de aquella nación.
“Este es un tema en el que nosotros estamos muy claritos, y espero que Estados Unidos también esté claro”, dijo Cortizo en la capital de aquella nación.
Además, expresó que su gobierno cuenta con escasos recursos para atender a los refugiados, mismos que serán destinados para el provecho de los panameños o en su defecto para proyectos internacionales como la lucha contra el lavado de dinero, y terminó diciendo que “El tema de la migración no es un tema en Panamá”, “Nosotros con lo que ya tenemos es suficiente”.
Estas declaraciones coinciden con la actual visita de secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) Kevin McAleenan, quien terminó declarando que su llegada al país centroamericano no es para negociar ningún tipo de tratado migratorio. Y manifestó que su atención se encuentra en discutir temas como el tráfico de drogas y de personas en la región, en cuanto al tema migratorio expresó que sólo le importa intercambiar información.
Sin embargo el tema sí es de su interés a pesar de todo, ya que McAleenan prevé ser parte de una reunión regional con los países de Centroamérica sobre seguridad, dirigida a detener “la migración ilegal”, ya que se encuentran evaluando la situación de los desplazados extra continentales que provienen de Asia y África. El funcionario estadounidense también dijo que en la reunión sobre migración se hablará sobre el tema del tráfico de personas y el combate a quienes realicen esta actividad.
Por último, el portavoz de la cancillería panameña ha dicho que no han recibido una comunicación formal del gobierno de EE UU para proponer la figura del tercer país seguro, sin embargo ¿podemos creerles todas sus declaraciones?
La ofensiva de Trump contra los migrantes ha escalado
Esta noticia no es nueva, de hecho es altamente probable que el gobierno de EE UU esté buscando que Panamá se convierta en tercer país seguro de forma discreta, pero la filtración de información los ha puesto en un predicamento. Producto de la presión mediática tuvieron que retroceder aunque hacen también una clara manifestación de sus planes, al querer discutir a posteriori sobre los inmigrantes extra continentales.
También habría que discutir la figura del tercer país seguro, la cual es un mecanismo creado por los países imperialistas para evitar que los habitantes de las naciones que ellos mismos han saqueado y dejado en la pobreza, puedan llegar a las metrópolis en busca de un mejor trabajo. Dicha figura tiene su origen en el Estatuto de Refugiados de 1951 (ley creada en plena Guerra fría y en el desarrollo de las luchas de liberación anti colonial del siglo XX), implica que un país puede negarse a conceder asilo a un persona y remitirla a un tercero (una nación) “donde se le pueden garantizar los mismos derechos”.
La cuestión es que ese supuesto tercer país seguro resulta no ser tal, ya que en el caso del patio trasero latinoamericano, los países dependientes del imperialismo yanqui no son capaces de garantizar las condiciones suficientes para albergar a los inmigrantes con una calidad de vida digna, como la que están solicitando a la metrópoli. Por ejemplo hace pocos meses Trump presionó a México y Guatemala para que se convirtieran en tercer país seguro, sólo que el problema es que ambos son países consumidos por la violencia y la pobreza producto de la expoliación imperialista.
Por ello, ONG´s de distintos países señalaron que México y Guatemala no eran capaces de ser seguros para los extranjeros a pesar de lo que dijera Trump en su momento, ese tema lo hemos analizado en este mismo diario.
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Las presiones del presidente de Estados Unidos consistieron en amenazas arancelarias contra estos dos países latinoamericanos, finalmente Guatemala aceptó realizar el acuerdo que por cierto quedó de forma muy opaca, al grado que la Corte Constitucional de ahí decidió revisar el caso.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), para evadir el compromiso de que México sea tercer país seguro se sometió a la presión de Trump y se comprometió a frenar el flujo migratorio, para lo cual el gobierno federal ha utilizado a la Guardia Nacional (GN) para perseguir, detener y reprimir a los inmigrantes cuando se supone que la función de la GN es la seguridad interior.
Es decir, todas estas medidas al final se encuentran al servicio de la sociedad de mercado de carácter transnacional y no del bienestar humano, se requiere de un mundo donde no existan fronteras y donde se instaure gobiernos de los trabajadores a ambos lados de las fronteras para garantizar conjuntamente que migrar no sea un acto forzado ni criminalizado.