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Red Internacional
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Estados Unidos. Trump quiere quitar derecho a asilo a mujeres migrantes en situación de violencia

No satisfecho con incrementar la Guardia Nacional en la frontera con México ni con ordenar al gobierno de este país detener la caravana de migrantes que a finales de marzo salió del sur de éste, Trump avanza en sus intentos por aumentar las dificultades para los migrantes latinoamericanos que buscan asilo en los Estados Unidos. Ahora va contra las mujeres migrantes en situación de violencia.

Miércoles 18 de abril de 2018

Para Donald Trump la caravana de migrantes que se dirige a EEUU representará un “aumento drástico de pandilleros e inmigrantes ilegales que amenazan la seguridad del país” y representan un peligro para, como él lo llama, “our american way of life” (nuestro estilo de vida americano”).

Según el magnate que gobierna EEUU, los testimonios de violencia sexual sufrida por las mujeres migrantes son una razón para creer que “ hay muchos migrantes mexicanos que son violadores”. Con estos argumentos reaccionarios y xenófobos, justifica el nuevo recorte a las causas por las que se puede pedir asilo en su país.

El fiscal general Jeff Sessions, quien está a cargo de los tribunales de inmigración, ha emprendido una revisión sobre las leyes que determinan las causales de asilo cuestionando si ser víctima de una “actividad criminal privada” como es, según él, la violencia en el ámbito familiar, es suficiente para cubrir los requisitos legales para obtener el refugio.

Aunado a esto, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) busca reformular la entrevista inicial que se le hace a los inmigrantes que llegan a las cortes solicitando asilo para limitar aún más las posibilidades de obtenerlo.

Sessions ordenó también a los fiscales federales de la frontera mostrar “cero tolerancia” impugnando cargos criminales a cualquiera que fuera encontrado intentando cruzar la frontera de manera ilegal. Esto se suma a la orden de Trump de detener la política conocida como “catch and release” (detener y liberar), que entre otras cosas permitía que mujeres con niños fueran liberadas a las no más de tres semanas de ser detenidas.

Antes del 2011 un 90% de los migrantes que solicitaban asilo en Estados Unidos, eran hombres adultos solteros, hoy un 40% de quienes lo hacen son familias con niños, la gran mayoría de éstas conformadas por madres e hijos. Son miles de mujeres que son víctimas de violencia que ejercen sus mismos esposos o familiares. Para muchas de ellas la única alternativa es huir de sus hogares e incluso de sus países en búsqueda de otras condiciones de vida.

Si Trump y Sessions logran su cometido, ya no serán sólo el tortuoso camino que implica el cruzar México -con el riesgo que implican las redes de trata, el narcotráfico y la militarización del país- y el reforzamiento de la frontera con EEUU sus preocupaciones porque ya nada asegurará que llegar al gabacho sea una garantía para preservar sus vidas.

Alza de la violencia patriarcal: otra consecuencia del neoliberalismo

Mientras tanto, la oleada de violencia hacia las mujeres en México y Centroamérica va en aumento y no parece tener tope, con 12 feminicidios al día en Latinoamérica, lo cual representa más del 50% de los feminicidios a nivel mundial.

Este clima hostil hacia las mujeres que prima en los países centroamericanos así como en México, se extendió tras los tratados de libre comercio con Estados Unidos.

Así es en Honduras, Guatemala, El Salvador y México que hoy encabezan las cifras de feminicidio. Posteriormente se recrudecieron, como es el caso más específico de México, con la guerra contra el narcotráfico, y el despliegue militar en gran parte del país que responde a la subordinación de los Estados al gobierno estadounidense.

Buscaron silenciar la protesta social y garantizar la “estabilidad” que exigen los grandes capitalistas, así como para garantizar un amplio mercado para el tráfico de armas desde Estados Unidos hacia los países de la región.

Éste es el contexto en el que se recrudece el reaccionario fenómeno del feminicidio -la más brutal expresión de la violencia contra las mujeres-, y en estas condiciones Trump quiere impedir que las migrantes accedan al derecho de asilo.