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Red Internacional
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Publicación de Haaretz. Trump trabajará para poner fin al conflicto palestino-israelí borrando las aspiraciones palestinas

Compartimos, para interés de nuestras lectoras y lectores el artículo del periodista Jack Khoury del diario israelí Haaretz -sin compartir todas las opiniones volcadas en el mismo- acerca de los planes sobre la Franja de Gaza y Cisjordania del gobierno de Israel y el recientemente electo presidente del imperialismo estadounidense, Donal Trump.

Viernes 8 de noviembre de 2024 23:08

Muro de separación construido por Israel en Belén -Cisjordania-. Crédito: AFP/HAZEM BADER

Muro de separación construido por Israel en Belén -Cisjordania-. Crédito: AFP/HAZEM BADER

El regreso de Trump a la Casa Blanca podría ejercer más presión sobre los palestinos, tal vez hasta el punto de permitir la anexión de grandes franjas de Cisjordania. Sin embargo, algunos no tienen prisa por sacar conclusiones precipitadas antes del segundo mandato de Trump, incluso los residentes de Gaza.

La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos plantea un desafío complejo, tal vez incluso sin precedentes, al pueblo palestino. La experiencia pasada no deja a los palestinos con la ilusión de que la materialización de su determinación nacional sea una prioridad máxima para el viejo-nuevo presidente.

A diferencia del mandato anterior de Trump, se espera que la realidad palestina en el futuro cercano sea considerablemente más difícil: no habrá presión para una retirada de Gaza, no habrá negociaciones para una solución diplomática y no habrá conversaciones sobre un plan que detenga el proyecto de asentamientos [israelíes].

Los tuits de los ultraderechistas y bibistas [seguidores de Netanyahu] sobre el regreso de Trump a la Oficina Oval son una muestra de ello. Incluso las sanciones que la administración Biden impuso a organizaciones e individuos de derecha podrían ser revocadas de inmediato.

Todavía no se sabe quién se hará cargo de la cuestión de Oriente Próximo en la nueva administración. Los palestinos todavía se están acostumbrando a la realidad que les ha sido impuesta desde el 7 de octubre del año pasado y se enfrentan al hecho de que Gaza ya no es habitable . Está en su mayor parte bajo el control del ejército israelí y hay quienes desean acelerar el proyecto de asentamientos allí también.

La Autoridad Palestina (AP) en Cisjordania es en su mayor parte impotente y atraviesa una crisis de confianza entre la población palestina. Israel, por su parte, está empujando a la AP hacia el colapso bajo el liderazgo del Ministro de Finanzas Bezalel Smotrich , quien no oculta sus intenciones de anexionarse grandes franjas de la Franja de Gaza.

Para los palestinos, Trump trabajará para poner fin al conflicto, no a través de la realización de las aspiraciones nacionales palestinas, sino borrándolas. Tal como se hizo en el continente americano hace siglos, los palestinos se verán obligados a desempeñar el papel de los nativos americanos.
Los institutos de investigación palestinos predicen escenarios aún más duros, en los que cientos de miles de palestinos tendrán que evacuar a Jordania debido a la anexión de partes de Cisjordania.

La deslegitimación generalizada de las organizaciones internacionales, en particular la UNRWA , conducirá al aplastamiento de la cuestión de los refugiados, y el progreso hacia la normalización con otros países árabes, como Arabia Saudita, aislará por completo a los palestinos.
Un Líbano sangrante y una Siria débil no tendrán influencia en el destino de los palestinos, como tampoco la tendrá un Irán disuadido. Esta definición encaja perfectamente con la de un Nuevo Oriente Medio dada por Netanyahu y Trump.

Nuevo Oriente Medio

Contra los agoreros se alzan aquellos que no se apresuran a sacar conclusiones antes de la investidura de Trump. Incluso para los habitantes de Gaza, que han seguido con atención los resultados, la dolorosa derrota del Partido Demócrata es bien merecida, debido al comportamiento de Kamala Harris y la dirección del partido en relación con la guerra de Gaza y Cisjordania.

Sin embargo, la opinión pública se siente alentada por el hecho de que, después de todo lo que han pasado los palestinos, desde el primer mandato de Trump hasta el año pasado, la cuestión palestina no se ha evaporado. La nación palestina está aquí para quedarse: ninguna ola de emigración ni ningún estímulo a la emigración cambiará la realidad.

En el ámbito diplomático, la dirigencia palestina evaluará cómo se comporta Trump respecto de Netanyahu, quiénes forman parte del equipo que se designará para tratar con la región y en qué medida estas personas son socios para las negociaciones, en lo que respecta a los palestinos.
El miércoles [cuando se conoció el resultado de las elecciones en EE.UU.], Mahmud Abás no tardó en felicitar a Trump por su victoria y expresó su esperanza de que se ponga del lado de la aspiración palestina a la autodeterminación. Hamás, por su parte, espera que el presidente electo cumpla su promesa de poner fin a la guerra de inmediato. A pesar del pesimismo sobre los resultados de las elecciones estadounidenses, tanto Abás como los dirigentes de Hamás emplearon una retórica no incendiaria.

Sin embargo, los palestinos se dan cuenta de que parte de la responsabilidad de dar forma a la próxima fase recae en sus dirigentes y su conducta respecto de la nueva administración y los países de la región.

La continuación de la grieta entre las facciones palestinas (prueba de una absoluta falta de visión), la competencia hueca por la supremacía y los conflictos de intereses en el mundo árabe harán de los palestinos presa fácil de la asertividad de Trump y del gobierno colono de Netanyahu.
Es necesario presentar un plan y una visión para movilizar fuerzas democráticas en Israel y en el exterior, o seguiremos lamentando la elección de Donald Trump durante cuatro años más.