Las tres naciones firmaron un acuerdo trilateral en el que los países nórdicos se comprometieron a levantar el embargo de armas que pesaba sobre Turquía.
Martes 28 de junio de 2022 20:50
EFE/Kiko Huesca
A horas de comenzar la cumbre de la OTAN en Madrid este miércoles, los ministros de exteriores de Turquía, Suecia y Finlandia alcanzaron un acuerdo para que Turquía apoye el ingreso de los países nórdicos a la alianza atlántica.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, había invocado había amenazado con vetar el ingreso de Suecia y Finlandia que fue pedido oficialmente por ambas naciones el pasado 18 de mayo. El argumento oficial es que ambos países apoyan al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), que Ankara considera una organización “terrorista”. Pero la realidad es que Erdogan busca posicionarse como el único que puede mediar en conflictos entre la OTAN y Rusia y así subir su estatus y el de su propio país en la arena internacional.
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El fondo de esta cuestión es la crisis interna que arrastra Turquía desde hace años y que se ha caracterizado como una muerte lenta de la economía nacional que sufre con la caída del precio de la lira y casi un 50% de inflación.
Este martes Erdogan anotó un punto a su favor cuando, a través del ministro del exterior, Mevlüt Çavusoglu, firmó un memorandum de entendimiento con sus homólogos de Suecia, Ann Linde y Finlandia, Pekka Haavisto. Los países nórdicos se comprometen a levantar el embargo a la venta de armas que pesa sobre Turquía y a “apoyar totalmente a Turquía contra las amenazas a su seguridad nacional" según confirmó Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN. Eso incluye "tomar medidas enérgicas contra las actividades del PKK" y celebrar un acuerdo con Turquía sobre extradiciones. Hay que tener en cuenta que en Suecia vive una comunidad Kurda de unas 100 mil personas, la mayoría refugiados.
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Erdogan lleva adelante una brutal carnicería contra el pueblo kurdo desde hace años, asesinando y persiguiendolos dentro de Turquía y bombardeando sus pueblos en el norte de Siria, en la frontera turca. Su objetivo no es solo que los estados miembros de la OTAN reconozcan al PKK como "organización terrorista" sino conseguir una carta blanca para seguir avanzando en esta ofensiva sobre el pueblo kurdo, incluso contando, de ser necesario, con el propio apoyo de la OTAN para bombardearlos.
Por su parte Ankara se compromete a apoyar el ingreso de ambos países a la alianza atlántica que continúa expandiéndose hacia el este.
Tras la cumbre, Finlandia y Suecia recibirán el estatus de invitados a entrar en la Alianza, lo que les permitiría participar en todas las reuniones de la OTAN, si bien aún no estarían cubiertos por el artículo 5 de defensa colectiva, que solo llegaría con la ratificación de la adhesión a nivel nacional de los 30 aliados.
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Desde Rusia restaron importancia a la cumbre de Madrid. Sergey Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, dijo que Moscú llevaba tiempo esperando que la OTAN aumente su presencia de tropas en Europa del Este.
"No aportará nada nuevo a la política práctica de Estados Unidos y sus satélites", dijo Lavrov en una conferencia de prensa en Ashgabat, Turkmenistán este martes, refiriéndose a la esperada decisión de la OTAN de reforzar su flanco oriental.