Trabajadores del plantel San Lorenzo Tezonco de la UACM acaban de iniciar la exigencia de un comedor para cubrir sus necesidades, lo que consideramos válido, aunque desde nuestro punto de vista es necesario ir más allá y buscar un espacio que construya comunidad.
Miércoles 13 de marzo de 2024
Desde hace algún tiempo las demandas de la comunidad de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) se vienen expresando, tanto entre los estudiantes que hoy repudian a la rectoría y sus normas de convivencia que criminalizan la venta de dulces y otros productos lícitos por violar su arbitrario reglamento, lo cual es resultado de la falta de becas, y pasando por la exigencia de los estudiantes de nutrición por tener laboratorios, como en el tema de los comedores, los cuales incumben a toda la comunidad, pues en estos momentos la rectoría se encuentra iniciando un proceso de privatización y ataque a los derechos laborales.
La rectoría se encuentra introduciendo personal subcontratado para desplazar a los trabajadores basificados, resultado de buscar concesionar el comedor a empresas privadas, lo que desembocaría en el aumento exponencial de los precios de la comida para alimentar ganancias de particulares, y probablemente implique a las autoridades de la UACM en la obtención de una parte de esas ganancias, como ocurre en otras universidades, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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Es en ese contexto que los trabajadores del plantel San Lorenzo Tezonco han decidido alzar la voz para tener derecho a un espacio en donde puedan ingerir sus alimentos, ya que después de 16 años los tienen confinados a condiciones indignas, por ejemplo, al tener que comer en las covachas de los baños, lo que es algo muy poco higiénico y pone en riesgo su salud, así como su dignidad, pues les niegan un derecho básico, que es el derecho igual de estar en espacios que otros ocupan.
¿Y si mejor ampliamos el comedor?
Consideramos que la exigencia de las y los trabajadores del plantel San Lorenzo es completamente válida y pensamos que esa situación es producto del poco interés o, más bien dicho, del interés que parecen mostrar las autoridades de permitir que las condiciones de los comedores se deterioren para introducir esquemas que en el pasado fueron catalogados como neoliberales, pues van encaminados a fomentar que los bienes públicos no funcionen correctamente, para su privatización, como explicábamos más arriba.
Sin embargo, opinamos que la solución no es hacer otro comedor exclusivo para las y los trabajadores, sino rescatar el proyecto original de la Universidad, que implicaba un solo comedor para toda la comunidad, en el que tanto el espacio como la comida alcancen para todas y todos a un precio accesible (10 pesos), y que también pueda ser un espacio de encuentro para los sectores que componen a la universidad: estudiantes, trabajadores y docentes. Finalmente, eso es hacer comunidad, construyendo puntos de encuentro para tener diálogos que contribuyan a resolver las problemáticas en común.
El fragmentar los espacios contribuye a hacer lo contrario, que los sectores que componen un lugar, en este caso la UACM, no se conozcan, no dialoguen y por lo tanto no puedan trabajar juntos para encontrar soluciones en común a los problemas que tengan en su Universidad, lo que va muy de la mano con lo que las autoridades buscan para dividir e imponer sus medidas en contra de la comunidad.
Vayamos juntos por más
Además es muy importante tener espacios de organización en común, como serían asambleas por plantel, que después se junten en una asamblea general, en donde estén representados tanto estudiantes como académicos y trabajadores, en las cuales se pueda resolver tener un comedor en común, así como otras problemáticas que implican las condiciones materiales y educativas. Por ejemplo, el uso y distribución del presupuesto universitario, del cual las autoridades no rinden cuentas, y que se ha demostrado que han tenido subejercicios y no se sabe exactamente en qué se usan esos recursos.
Pero no sería suficiente simplemente organizarse para pedirle a las autoridades universitarias que por favor resuelvan, es necesaria la movilización independiente que lo haga posible y que empodere a la comunidad uacemita para ser parte de la toma de decisiones, de la cual está fuertemente excluida en la vía de los hechos, aunque la rectoría y el Consejo Universitario afirmen lo contrario en las palabras. Sólo tomemos como ejemplo el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en donde la rectora Tania Rodríguez y demás funcionarios universitarios se negaron a concederle el día libre a las trabajadoras para poder ir a marchar en protesta contra las desigualdades para el género femenino, a pesar de autoafirmarse como feministas.
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