Se trata de un convenio de pasantías con la empresa Fabricaciones Militares, que se destaca en realizar los cartuchos y balas que utilizan las fuerzas represivas para reprimir manifestaciones. Los conocimientos de los estudiantes al servicio de la represión.
Martes 22 de diciembre de 2020
La semana pasada, en el Consejo Superior se aprobó un convenio entre la UNGS y la empresa de Fabricaciones Militares. Salvo por una abstención, y un rechazo del Frente de Estudiantes de Izquierda (FEI), con votos del FUNyP y otros consejeros que se referencian en el kirchnerismo, se aprobó que los estudiantes hagan prácticas en una empresa que tiene como principal objeto abastecer de material bélico y de balas al aparato represivo del Estado (Fuerzas Armadas, Gendarmería, Policía bonaerense, etc.).
Es paradójico que una universidad que se reivindica de los derechos humanos no tenga escrúpulo en que sus estudiantes se desarrollen como profesionales aportando para las fuerzas represivas.
En su página oficial, Fabricaciones Militares (https://www.fm.gob.ar/?page_id=32) detalla su producción: balas de 9 mm, cartuchos de escopetas, chalecos balísticos, balas de cal y rifles entre otras municiones. La UNGS va a estar manchada por los aportes a la producción de balas de gatillos fácil de los barrios, y a los cartuchos “antitumulto” que utilizan para reprimir trabajadores que se manifiestan y reclaman sus derechos. Es contradictorio que en esa misma sesión del Consejo Superior se vote la preocupación por la represión de las familias de Guernica a la vez que se vota un convenio para que el capital intelectual de la universidad esté a disposición de una fábrica de balas. En esa misma sesión, varios consejeros elevaron el grito de “la represión no es la salida a ningún problema” pero luego votan colaborar con las fuerzas represivas. Por un lado repudian el accionar de Berni, pero luego votan darle mas herramientas para que siga actuando.
Desde el PTS, en la banca del consejo estudiantil, repudiamos categóricamente que los conocimientos de los estudiantes se pongan a disposición de las fuerzas represivas. Las universidades tienen que estar al servicio de la sociedad, de las problemáticas que sufren los trabajadores, la juventud, las mujeres, y no al servicio de las balas que luego se utilizan para reprimirnos.