Como resultado del proyecto redactado por la Juventud del PTS y presentado ante el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Quilmes, se realizó la entrega de una donación de Supersopa. Un debate con la gestión de la universidad y los Centros: que los desarrollos tecnológicos sean para las familias trabajadoras y no para las empresas.
Martes 3 de diciembre de 2019 17:29
El sábado por la tarde en la fábrica Ansabo -cerrada por sus dueños y en proceso de reactivación en manos de sus trabajadores- se realizó la presentación del libro “La disciplina de las balas” de Carla Lacorte. Durante este evento los estudiantes organizados en la Juventud del PTS de la Universidad Nacional de Quilmes hicimos la entrega oficial de la donación de SuperSopa aprobada por el Consejo Superior en la sesión de septiembre. Esta donación fue producto del proyecto que presentamos los mismos estudiantes hace más de dos meses.
Como sostenemos desde la Juventud del PTS, este proyecto se presentó con la perspectiva de que la universidad aporte no sólo materialmente al sostenimiento de las decenas de familias que perdieron su fuente de ingresos, sino poniendo las herramientas con que cuenta y los conocimientos que en ella se crean a disposición del desarrollo la pelea de los trabajadores y su triunfo. El éxito de Ansabo en la reactivación de la fábrica sería un gran ejemplo y antecedente en la zona para todos los que se encuentran en lucha contra los planes económicos de ajuste y contra los intereses de los empresarios que buscan aumentar sus ganancias a costa del hambre de los trabajadores.
Fue con estos objetivos que llevamos adelante una gran campaña en la universidad, con fotos, intervenciones y la colaboración de cientos de estudiantes. En este marco se logró esta donación. Sin embargo, la entrega fue postergada por las autoridades de la UNQ -aliadas al Frente de Todos- por más de dos meses. Incluso el Centro de Estudiantes, dirigido por el kirchnerismo y alineado con la gestión de la universidad, se negó a votar que el centro se ponga a disposición de las familias de Ansabo, aún cuando eramos una mayoría de estudiantes de distintas carreras que queríamos votarlo. En la misma reunión de Comisión Directiva justificaron su negativa planteando que "Son muchos los conflictos abiertos y no podemos estar en todos". No nos sorprende esta respuesta cuando viene de quienes están proclamando la necesidad de un “Pacto social” y que “todos van a tener que resignar algo”, como si los trabajadores y los estudiantes no vinieramos sufriendo ajuste y tarifazos hace años.
Invertir las prioridades: Los conocimientos en función de las grandes mayorías, no de las empresas
La UNQ, además del presupuesto estatal asignado, recibe financiamiento privado por el funcionamiento de la arancelada Universidad Virtual y por los acuerdos existentes con empresas. Estos acuerdos implican, entre otras cosas, derechos de patentamiento de los descubrimientos de la universidad pública en manos de empresas privadas y se traducen en que el conocimiento y trabajo de los estudiantes y profesionales es utilizado para generar ganancias a empresas millonarias como Bagó, por ejemplo. La gestión de la universidad, entonces, habilita el enriquecimiento de privados a costa de desarrollos públicos mientras se limita a hacer una donación de latas de Sopa -demorada durante más de 60 días- a los trabajadores que se encuentran atravesando una durísima situación económica y peleando por mantener a sus familias
Por esto decimos que en las universidades también hay que invertir las prioridades. La donación lograda es un apoyo para evitar que la lucha se quiebre por hambre, pero entendemos que los estudiantes y la universidad pueden y deben jugar un papel fundamental en la pelea por defender nuestras condiciones de vida frente a los planes de ajuste que impone el FMI.
La universidad, no limitándose a donaciones esporádicas sino poniendo a disposición sus herramientas -como los conocimientos en Automatización para mejorar los procesos productivos dentro de la fábrica, la capacidad de impulsar espacios de organización junto a la Coordinadora de Trabajadores en Lucha de Zona Sur o generando acuerdos que impliquen la compra de insumos a la papelera, por ejemplo- puede jugar un rol clave en esta pelea. Los lazos de solidaridad y los espacios de coordinación, además, son fundamentales ante futuros ataques y luchas en defensa de la educación pública, contra los recortes y reformas que exigen los acreedores la deuda externa.
Por eso también, desde que Chile despertó, venimos impulsando el apoyo al pueblo hermano y a la juventud chilena que no baja los brazos y que, a pesar de los brutales ataques de las fuerzas represivas del Estado, sigue de pie en la calle luchando por sus condiciones de vida y contra la herencia pinochetista. Estamos en cada acción contra el Golpe de Estado en Bolivia e impulsando comités en apoyo a la resistencia de los trabajadores y los pueblos originarios, resistiendo el avance del imperialismo y la derecha clerical en América Latina.
Con esta perspectiva vamos a seguir fortaleciendo la unidad entre trabajadores y estudiantes, y peleando por una universidad al servicio de las necesidades de los trabajadores y no para el negocio y la ganancia de las empresas. Queremos invitarlos a todos dar esta pelea e invitarlos a colaborar con la campaña del armado de las cajas navideñas participando y haciendo una donación, por una navidad sin familias en la calle.
Hoy tenemos un desafío claro que es el de colaborar en la reactivación de la fábrica para hacer de ella un ejemplo de que es posible enfrentar esta crisis y que no la paguemos nosotros. El triunfo de Ansabo en la reactivación sería un gran ejemplo y antecedente en la zona para todos los que peleamos contra las políticas de ajuste del gobierno y el FMI y contra los intereses de un pequeño puñado de empresarios que se enriquecen a expensas de los trabajadores.