Alicia Burdisso era además trabajadora estatal, docente, periodista y militante del PC. Secuestrada en 1977, fue vista por última en la Jefatura de Policía.
Maximiliano Olivera @maxiolivera77
Jueves 30 de junio de 2016
Un martes 21 de junio de 1977, a las 14, Alicia Burdisso salió de su trabajo en la Dirección Hidráulica (con las oficinas ubicadas en la avenida Soldati al 450) para dirigirse a la Facultad de Filosofía y Letras, donde cursaba el segundo año de la carrera de Letras. En las desoladas calles del parque 9 de Julio, Alicia fue secuestrada por un grupo de tareas del Servicio de Información Confidencial (SIC), parte de la estructura represiva encabezada por la Jefatura de Policía en enlace al Ejército.
A 39 años de su secuestro y desaparición, el pasado martes se realizó un emotivo acto homenaje en la Facultad de Filosofía y Letras. Allí, frente a la placa que recuerda a los desaparecidos de esa casa de estudio, el recuerdo de la vida militante de Alicia fue recordado por Héctor Manfredo, militante del Partido Comunista, Roberto Nuñez, militante del PRT secuestrado que vio a Alicia detenida en la Jefatura, y Rubén Pron, periodista que escribió un libro reconstruyendo la vida de Alicia.
En 1970, Alicia viajó desde El Trébol (Santa Fe) a Tucumán para inscribirse en la carrera de Bioquímica y en la Escuela de Periodismo que impulsaba el Círculo de la Prensa, de donde se seleccionaba los aspirantes para el diario La Gaceta. Finalmente, optó por el periodismo.
Su ingreso en la militancia del Partido Comunista se dio en consonancia con una protesta popular en febrero de 1972. Frente a un aumento de los servicios públicos y el combustible que osciló entre el 75 y el 300%, Alicia encabezó una comisión de vecinos que logró voltear el tarifazo.
Como militante dirigió el equipo de prensa y difusión, colaborando con el periódico ‘Nuestra Palabra’ y con ‘Aquí nosotras’, órgano de la Unión de Mujeres Argentinas. Además, impulsaba una agrupación gremial entre los trabajadores estatales y era delegada de su repartición.
Alicia además había comenzado a trabajar como docente en la Escuela de Comercio 4, en la Técnica 3 y el Instituto Avellanada. Cuando llegó la dictadura sus horas fueron recortadas e integró la lista negra de docentes.
“Alicia reunía todas las condiciones. Era una hermosa gringa, plena de vida, dinámica. Tal es así que a los dos años de haberse incorporado (al PC) integró el secretario del partido. Tenía 25 años”, recordó Héctor Manfredo.
René Núñez era obrero del ingenio Santa Rosa y estudiante de Ingeniería cuando fue secuestrado el 16 de junio de 1972. En su paso por el centro clandestino que funcionaba en la Jefatura de Policía, bajo el mando de Heriberto "el Tuerto" Albornoz, vio con vida a Ana. Su relato sirvió como prueba para esclarecer el caso de Ana durante el juicio Jefatura II-Arsenales II (2012-2013). Presente en el acto, Núñez recordó cómo se comunicaron a través de señas y que Alicia tenía esperanzas de que su detención sea “blanqueada” ante el Poder Ejecutivo Nacional. "Nos salvamos", le dijo Alicia. En su testimonio del juicio, Núñez relató que creía que se trataba de una niña de 12 o 13 años por su contextura física, lo que refleja el trato inhumano en los centros clandestinos.
En el juicio de Jefatura I, en 2010, Juan Carlos Clemente fue llamado como testigo, produciéndose un gran impacto seguido de una polémica. Clemente trabajaba como colaborador en el SIC de la Jefatura –extorsionado por los militares, según su versión– y pudo rescatar del fuego unos papeles que presentó en el juicio tres décadas después. En una planilla se encontraban los nombres de 293 detenidos-desaparecidos, 195 de ellos tenían a la par la sigla DF, que significaba “Disposición Final” o sea su asesinato. Entre esos 195 nombres figura el de Alicia.
En el acto se mencionó que la pelea por la memoria de Alicia pasa actualmente por identificar sus restos. “Este, en definitiva, es un homenaje para quienes quisieron transformar revolucionariamente la sociedad”, afirmó Manfredo.
Del acto participaron compañeros de militancia de Alicia, ex detenidos-desaparecidos, representantes de organismos de derechos humanos como FADETUC y la Fundación Memorias, y de partidos políticos como el PTS, PCR y el MST. Luego se hizo presente la decana de la Facultad, Mercedes Leal.
"¡Hasta la victoria siempre!", fue el grito que concluyó el acto.