Tras las diferencias políticas entre el rector y su vice en torno al balotaje, un grupo de decanos realiza críticas a la gestión.
Maximiliano Olivera @maxiolivera77
Miércoles 30 de diciembre de 2015
En una nota anterior habiamos dado cuenta de los cruces entre la rectora Alicia Bardón y su vice José García. El más evidente fue en torno al balotaje presidencial; mientras la rectora filmaba junto a funcionarios camporistas un spot en apoyo a Scioli, su vice almorzaba con el macrista Esteban Bullrich.
Señalabamos tambien los rumores de quiebre entre Bardón y García por diferencias internas en la conducción del Rectorado. Esto resultaba más llamativo si se tiene en cuenta que García resultaba un buen copiloto. Por ejemplo, dirigió durante todo el año el proceso de reforma estatutaria que fue una fuente de conflictos con docentes (sobre la introducción de la carrera docente) y estudiantes (por el ingreso irrestricto). García también lidió con el Consejo Superior en temas espinosos como el manejo de los fondos millonario de YMAD (Yacimientos Mineros Aguas del Dionisio).
Tras el triunfo de Cambiemos se produjeron reacomodamientos en el ala radical que permaneció en la UNT en tiempos camporistas.
Un grupo de decanas comenzó hace una semana a hacer públicos algunos cuestionamientos a la gestión de Bardón. Los reclamos se centran en algunas designaciones docentes y el estado edilicio. Este grupo –integrado por Adela Seguí (Derecho), Olga Paterlini (Arquitectura), Rosa Castaldo (Psicología), Liliana Zeman (Odontología), Beatriz Silva (Educación Física) y Liliana Pachecho (videcana de Ciencias Económicas)– se reunió el martes con Albor Cantard , un “correligionario” a cargo de ña secretaría de Políticas Universitarias, para transmitir sus preocupaciones. Varias de estas decanas se habían fotografiado con el decano José Jiménez (Ciencias Económicas) festejando el triunfo de Macri.
Esta reunión quizás sea la última movida del año en el largo tramo que falta hasta mayo. Allí comenzarán los comicios para elegir consejeros directivos y luego, en junio, se renovará la composición del Consejo Superior en los cuatro estamentos (docente, estudiantil, no docente y egresado).
Estas elecciones servirán como un plesbicito de aceptación o rechazo a la gestión por Bardón. Y serán parte del aún más largo tramo a la elección de rector. A Bardón se le computan dos mandatos consecutivos, al haber sido vice de Juan Cerisola, por lo que no podrá presentarse.
A corto plazo, luego del receso de verano se reverá las designaciones y los destinos de un presupuesto que ya vino con ajuste. Además se encuentran los reclamos estudiantiles, como el ingreso irrestricto en Medicina o el financiamiento del comedor en Filosofía y Letras, junto a la paritaria docente. Y esto sin tomar en cuenta el fuego cruzado que pueda haber entre las camarillas que gobiernan la universidad.