Ucrania quedó el miércoles bajo una fuerte presión debido al desplome de su moneda y a una amenaza del Kremlin respecto al suministro de gas, en momentos en que el cese al fuego intenta lograrse en el este del país.
Jueves 26 de febrero de 2015
El Ejército ucraniano no reportó víctimas por combates en las últimas 24 horas, pero las noticias no detuvieron la fuerte caída de la moneda local, lo que obligó al banco central a prohibir buena parte del comercio cambiario antes de intervenir para sostener la hryvnia.
En el este, los separatistas prorrusos retiraban las armas pesadas del frente de batalla. Kiev dijo que era demasiado pronto para hacer lo mismo, pero su reconocimiento de que buena parte del este estaba tranquilo sugiere que podría implementar una tregua que parecía imposible la semana pasada.
Debido al desplome de la moneda, el banco central suspendió casi todo el comercio cambiario hasta el fin de la semana. La hryvnia ha perdido al menos la mitad de su valor en lo que va del año.
En tanto, se abrió un nuevo frente debido a que el presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió que Rusia podría cortar los envíos de gas natural a Ucrania si Kiev no paga por adelantado, aumentando la posibilidad de que el tránsito del combustible hacia Europa se interrumpa por cuarta vez en los últimos años.
Tras criticar la decisión ucraniana de suspender los envíos de gas natural a las regiones separatistas del este que se han levantado contra la soberanía de Ucrania, Putin dijo: "Imaginen a esa gente que se quedará sin gas en invierno. No está solo el hambre (...) huele a genocidio".
Las noticias de que ningún soldado ucraniano murió en el frente fue la señal más clara de que ahora se está comenzando a respetar el cese al fuego negociado por Francia y Alemania.
Los rebeldes rechazaron inicialmente el cese al fuego, señalando que no aplicaba a su principal objetivo, la ciudad de Debáltsevo, ciudad sobre la que avanzaron la semana pasada.
Desde ese momento, Kiev ha acusado a los separatistas de reforzarse para un posible nuevo ataque. Pero ahora los rebeldes parecen decididos a respetar el acuerdo.
El Ejército de Kiev dijo que el número de violaciones al cese del fuego había "decrecido significativamente" por segunda noche seguida, y destacó que no se habían producido tiroteos en las zonas de Donetsk, Luhansk y Mariupol.
Kiev teme que los rebeldes, respaldados por tropas rusas, estén planeando tomar Mariupol, un puerto en el que viven 500.000 personas. Moscú niega estar dando apoyo a los separatistas.