×
×
Red Internacional
lid bot

ENTREVISTAS 2º MUESTRA CINEMIGRANTE. Un Festival de cine político y de calidad para los migrantes "Que descansan en la rebelión"

Entrevistamos a Florencia Mazzadi, directora del Festival Internacional del Cine Migrante, y a Sylvain George, uno de los cineastas más destacados de este festival que en Barcelona se está desarrollando en su 2ª Muestra.

Sábado 31 de octubre de 2015

1 / 4

Fotos: ID.ES / Joe Molina

Florencia Mazzadi nació en Argentina, estuvo exiliada en países como México, Uruguay o el Estado español y es parte de una generación de hijos de detenido- desaparecidos durante la dictadura militar argentina. Es historiadora y trabaja en el Museo del Cine en conservación y preservación de archivos fílmicos y es también bailarina.

Sylvain George es cineasta, nació en Francia y en esta 2ª Muestra de CineMigrante en Barcelona se han presentado sus obras fundamentales respecto a la temática sobre inmigración; maravillosos trabajos realizados en el "terreno" como Qu’ils reposent en révolte (Des figures de guerres), filmado a partir de su experiencia de convivencia con inmigrantes apostados en el puerto francés de Calais para poder cruzar el Canal de la Mancha rumbo a Inglaterra. En el Estado español es conocido también por su trabajo Ver Madrid, dedicado al 15M.

En esta entrevista, mientras nos hablan de los objetivos del Festival que en Barcelona se está desarrollando con la 2ª Muestra de CineMigrante, se ha logrado un interesante diálogo en torno al "cine militante y cine político", sobre la inmigración y las políticas migratorias de los gobiernos europeos, así como reflexiones sobre la problemática de las mujeres migrantes.

¿Cómo nace la iniciativa de realizar un Festival Internacional de Cine Migrante?

Florencia Mazzadi: El festival comenzó en el 2010 en Argentina y es el resultado de un trabajo con distintos organismos de derechos humanos que no solamente lograron que los poderes judiciales intervengan frente a los delitos de lesa humanidad, sino también mitigar la violación de los derechos humanos en otros aspectos.

Se logró a través de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, un fallo a favor de la modificación de la Ley Migratoria que estaba presente desde la época de la dictadura argentina. De alguna manera, la ley estableció por primera vez en materia legislativa el derecho humano a migrar y nos dimos cuenta de que era necesario un espacio de articulación entre las distintas organizaciones para llevar a cabo de manera real al derecho a migrar, que implicaba no sólo la posibilidad de acceder a la residencia, primer aspecto de la legislación, sino también la garantía de la igualdad económica, política y cultural.

En ese sentido, CineMigrante confluyó para en el año 2010 salir ante todos los medios de comunicación con un diagnóstico, elaborado durante más de nueve meses, por todas las organizaciones presentes, en el cual decíamos que luego de siete años sucedidos luego de la aprobación de la Ley Migratoria, aun había muchos derechos que no estaban garantizados. Y una de las cosas principales era que a nivel social en Argentina no terminaba de garantizar ese derecho a migrar, en el sentido de establecer condiciones equitativas en todos los aspectos.

Por otro lado es una necesidad generacional. Pertenezco a una generación de hijos de detenidos- desaparecidos y una de nuestras primeras preguntas tiene que ver con nuestra propia historia. Haber vivido en otros lugares nos lleva a repensar constantemente por qué el vivir en otros espacios y eso tiene que ver claramente con entender que hay una violación de derechos en nuestra propia historia personal que lleva a eso.

Por otro lado, hay una gran cantidad de producciones cinematográficas que están poniendo en cuestión los pilares fundamentales de la violación de estos derechos: el Estado-nación, las desigualdades económicas. Para nosotros era importante tener un espacio en el cual darle a esas películas un marco general.

Sylvain George: Lo interesante de CineMigrante, a diferencia de lo que pasa en otros festivales de cine tradicionales que desarrollan la temática migratoria como una especificidad de la actualidad, es que en este Festival no se realiza sólo la representación de esta temática, sino que muestra un trabajo de implicación de un largo período, es decir a largo plazo.

Qué descansen en la rebelión, es la primer película que hice y es el comienzo de un trabajo que empecé en el 2006 sobre la política migratoria europea. Su objetivo intenta comprender qué son las políticas migratorias, cómo se aplican y cuáles son sus consecuencias en el terreno. Cómo estas políticas reconfiguran los sitios, los cuerpos de las personas y las actuaciones.

Antes de todo, las políticas migratorias son políticas públicas, que de alguna manera son un experimento de las políticas públicas, para eventualmente después aplicarlo también al resto de la población. Por ejemplo en Francia se han instalado tribunales dentro de los centros de detención, porque a nivel práctico pueden más fácilmente mantener a los detenidos en los centros. Pero al mismo tiempo es un problema al nivel de los principios de la Justicia, la objetividad del juzgado por ejemplo. Hay un sindicato que en Francia denuncia toda esta práctica como una "justicia de excepción".

Empecé a trabajar sobre las políticas migratorias en Calais, un sitio que es muy conocido, es un símbolo de la política migratoria aplicada en Francia y también en Europa. Quise mostrar cómo la aplicación de estas políticas pueden crear espacios y tiempos excepcionales. Calais es un sitio que acabó siendo un "espacio de excepción", donde los derechos de las personas son completamente destruidos, donde los cuerpos de los inmigrantes también son "cuerpos de excepción".

Has estado tres años conviviendo con los inmigrantes de Calais para hacer tu película, ¿se podría hablar de que tu trabajo es un cine militante o un cine político?

S. G.: En Francia el cine militante es considerado como cine de mala calidad. Yo quiero hacer un cine que no separe el trabajo político del estético. En principio para mi todas las películas son políticas, todas vinculan múltiples representaciones del mundo, también el cine que se define como apolítico. Hay una tendencia a discriminar todo cine que se autodefine como militante, por eso prefiero definir mi trabajo como cine político.

F. M.: Lo que decía Sylvain respecto al cine militante, estoy de acuerdo en que es una categoría que se ha utilizado por aquellos que quieren demostrar que el cine en general no es una construcción ideológica y política, y que el "cine militante" no es arte. Pero hay también grandes cineastas que se siguen identificando como cine militante. En Argentina hay una gran discusión en torno a por qué un cineasta que reconoce su participación política y su necesidad explícita de decir políticamente determinadas cosas, para el cine en general no es considerado como cine. En Argentina, quienes se han reconocido como cine militante, han cambiado el lenguaje cinematográfico general. Raimundo Gleyzer, Cine de la Base o Grupo Cine Liberación, han modificado las estructuras generales del cine documental. O el mismo Glauber Rocha, del cine brasileño.

S. G. : Es importante no olvidar que este cine que se inscribe en lo que podemos llamar una temática de liberación o un cine militante, ha desarrollado un cine con una estética singular que mientras contribuye y trabaja con varios sujetos, con una abertura de espíritu, que produce una conciencia y que también contribuye a cambiar y reflexionar el método cinematográfico en sí mismo, producen nuevas formas cinematográficas. Hay una tendencia a considerar este cine como una herramienta que sólo pretende difundir un mensaje político, pero también tiene un gran valor a nivel artístico, estético y cinematográfico.

F. M: Sí, de hecho, la particularidad del nacimiento del CineMigrante es que armamos un Festival Internacional con un objetivo político que pueda discutirle a los grandes festivales internacionales de cine con la misma calidad cinematográfica. Sin embargo, no somos un festival de alfombra roja. Para nosotros fue un objetivo fundamental que no nos coloquen, por nuestro tipo de construcción política, por fuera de un cine de calidad. Y en ese sentido, yo sí reconozco a Sylvain como cine militante. (risas)

S. G.: Me han criticado, desde el ámbito del activismo militante, que "no llamaba a la revolución". Pero para mi una gran película además de defender una perspectiva también tiene que abrir dudas. El problema es que se podría utilizar el término "cine militante" para fines diferentes. El término "cine militante" está muy connotado.

F. M. : Sí, claro, pero no por quienes lo hacen, sino por quienes lo observan desde el sistema, desde donde también se hace cine político. Desde 1990 hay un discurso de la "a-historia", en el que no hay sujeto, no hay historia y en ese sentido no hay discurso político en el arte. De alguna forma lo que creo que sucede, así como en la práctica feminista, es que hay una necesidad de decir: "Esto es una herramienta política".

Como mujer, ¿cómo llega tu lente hacia las mujeres inmigrantes?

F. M. : Yo creo que la cuestión de género atraviesa al sistema político en su manera de dominación más profunda, que tiene que ver con una dominación de clase y de género. Si el componente migratorio en la actualidad está determinado por la desigualdad económica, el de género está establecido por una desigualdad patriarcal. Si eres un migrante subsahariano, ya de por sí cargas con el color de tu piel, con tu pertenencia de clase, nacional, entonces estarás en el sistema incluido en un pedazo muy desechable. Pero si eres mujer, ya de por sí, estarás en un pedazo doblemente desechable. La mayor parte de las mujeres, dentro del mercado laboral, estamos destinadas a cumplir determinados lugares y las mujeres migrantes estamos destinadas a cumplir los sublugares de las mujeres.

Una reflexión interesante en ese sentido sobre la perspectiva de género y el pensamiento de la "deconstrucción" de la militancia feminista es que en el paso de las mujeres migrantes hacia Europa, muchas veces cumplen trabajos que las mismas mujeres contratan. Quienes consideramos que tenemos que dar la lucha en el mercado laboral, en la igualdad de condiciones, sub-explotamos a una mujer. Entonces ¿cual es "la liberación" de género que estamos haciendo y la "liberación feminista", cuando doblamos la opresión de otra mujer que es migrante? Me parece una reflexión interesante al momento de pensar en la migración femenina.

¿Cuál es vuestra opinión sobre lo que la UE llama "crisis migratoria" y las políticas migratorias de los gobiernos europeos?

S. G.: La palabra "crisis" es un término como herramienta del neoliberalismo. Una crisis, por definición es determinada en un tiempo y un espacio. Cuando la crisis dura años, décadas, ya podríamos poner en cuestión si es una crisis o una situación que acaba siendo estructural. No creo que haya una crisis ni económica ni migratoria. La situación económica y migratoria son las consecuencias de políticas que se están haciendo desde hace decenios.

Y esto nos abre muchas dudas. ¿Cómo Alemania podría ser considerada la principal responsable de la política de austeridad en Europa y después acaba siendo considerada líder de las políticas de hospitalidad en Europa? Alemania guía las políticas a nivel económico y migratorio a todo Europa. A nivel económico defiende sus propios intereses, también reforzando su nacionalismo, y al mismo tiempo dice combatir con los sentimientos nacionalistas del este de Europa y defender a los inmigrantes. Hay una duplicidad en su política económica y migratoria.

F. M.: Podríamos agregar que para quienes vivimos en América del Sur, la indignación que se vio en los medios europeos nos causaba muchos cuestionamientos. La espectacularización de la situación de los refugiados sirios, lleva a preguntarse por qué los medios de comunicación quieren construir de eso una noticia. Lo hacen para reforzar las políticas que criminalizan la presencia migratoria y para reforzar la diferenciación entre migrantes y refugiados. Europa da la Bienvenida a los refugiados y sin embargo con los migrantes sobre quienes tienen exactamente la misma responsabilidad —porque interviene de la misma manera en esos territorios, disocia economía, genera guerras internas, interviene políticamente— no tiene que hacerse cargo. Y sí puede establecer políticas de deportación absolutamente ilegales.

¿Cómo habéis reflejado este diagnóstico crítico sobre las políticas migratorias de la UE en el Festival de CineMigrante?

S. G. : Mi trabajo en el terreno tiene una dialéctica: de un lado, cuáles son las consecuencias de la aplicación de estos dispositivos, del otro, cómo los sitios de las personas se configuran y cómo pueden resistir a estas políticas y sus consecuencias.

Al mismo tiempo mi idea no es hacer una película que traten esta temática de una manera exhaustiva. El cine es una expresión artística personal. No quiero tratar todo, quiero interesarme en algunas cuestiones y trabajando sobre los detalles para ir a cuestiones más amplias, pasar de lo micro a lo macro. Y dejar abierta la temática, para que el espectador también pueda encontrar su interpretación, porque considero que las personas son muy inteligentes y que no hace falta explicarle las cosas, una perspectiva contraria a la producción televisiva.


Cynthia Lub

Doctora en Historia en la Universidad de Barcelona (UB), especializada en clase trabajadora durante el franquismo y la Transición, también en estudios sobre género y clase, feminización del trabajo y precariedad. Docente de educación secundaria pública.

X