Es importante profundizar un balance sobre lo sucedido el último 24 de marzo,porque hace a la orientación política que deben tener los trabajadores y el pueblo para acabar con el dominio de los ajustadores, represores y garantizadores de la impunidad de ayer y de hoy.
Martes 27 de marzo de 2018
Fotografía:Enfoque Rojo
"Ohhh, vamos a volver...", de pronto estalló la consigna en una colmada Plaza por las columnas de La Cámpora, Nuevo Encuentro, Unidos y Organizados, intendentes del Conurbano y columnas de sindicatos dirigidas por confesos kirchneristas. El ex Secretario Legal y Técnico y candidato a vicepresidente de Daniel Scioli, Carlos Zanini, subía a saludar al palco. Hacía muy pocas horas había quedado en libertad después de haberse caído el ilegítimo e ilegal mamarracho de sus más de 100 días de "prisión preventiva".
Era más que imaginable esta postal. No obstante un sector del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia (EMVJ) durante semanas hizo lo imposible para confluir en un solo acto el 24 de marzo, lo que hubiera hecho perder el carácter independiente de este espacio, es decir su lisa y llana disolución después de 12 años de existencia.
Encabezados por el PCR y a su zaga el MST y varios otros grupos, en las reuniones preparatorias del 24 comenzaron a negarse a denunciar a los gobernadores que son los que garantizaron a través de sus senadores y diputados todas las leyes de ajuste y entrega de Macri, y en sus propias provincias no se quedan atrás contra los docentes y estatales utilizando sus propias policías provinciales para reprimir, o actuando en connivencia con la Gendarmería Nacional.
Los partidos integrantes del FIT publicamos una carta abierta al EMVJ llamando a mantener la independencia política que caracterizó a este espacio. Sin embargo, este sector continuó con su ofensiva y hasta llegó a actuar en forma autónoma del resto, publicando una declaración firmada por "integrantes del EMVJ" y yendo a negociar con los organismos kirchneristas la ilusa formulación de "un acto, dos documentos". Su orientación política, lo sabían, podía llevar al quiebre del Encuentro.
¿Alguien se imagina qué hubiera pasado si en la primera Plaza se leía un documento que además de criticar al gobierno macrista, marcaba a fuego el rol de los senadores del PJ, las represiones en las provincias, el rol del genocida Milani como parte de la histórica política de "reconciliación" con las FFAA?
Como no subestimamos a quienes sostuvieron esta política, entendemos que si se hubiera abierto una posibilidad de "unidad", el "capítulo dos" habría sido elaborar un documento que no molestara a los nuevos aliados, que hace no muchos años organizaron patotas para evitar que el EMVJ pudiera entrar a la Plaza.
La cordura primó porque los propios representantes del kirchnerismo plantearon que no había "condiciones" para que se pudiera leer un documento que en algunas de sus partes criticara a las políticas de sus gobiernos.
El PTS junto al resto de los compañeros del Frente de Izquierda encabezó esta ardua batalla política por mantener la independencia del EMVJ en numerosas e interminables reuniones, con la autoridad que nos da haber sido impulsores de la más grande unidad de acción posible ante hechos como la detención de Milagro Sala, el fallo del 2x1 para liberar a los genocidas, la desaparición de Santiago Maldonado.
Como lo demostró el propio acto, en esta ocasión, como en todos los 24 de marzo, no se trataba de una "unidad de acción" por un punto preciso, sino que la fecha es también un balance de los 34 años de gobiernos constitucionales que mantuvieron el aparato represivo de la dictadura y siguieron sosteniendo las políticas de las grandes patronales mentoras del golpe genocida, además de marcar a fuego quiénes son los que sostienen y garantizan las políticas de ajuste, entrega y represión del gobierno de Cambiemos.
Lo primero, el balance, hacía imposible una confluencia. Pero lo segundo también: el kirchnerismo, como ha manifestado más de una vez su presidente de bloque en Diputados, Agustín Rossi, tiene como política formar un gran frente "de todos" contra Macri, desde los gobernadores que pactaron el robo a los jubilados, pasando por el "colaboracionista" Sergio Massa, hasta con propio FIT. Con nosotros, lo saben, no van a contar. La unidad que promovemos es la de los trabajadores para enfrentar al gobierno, las patronales y sus cómplices de la burocracia sindical.
El PCR, que supo integrar una alianza electoral con el menemismo, estar en un frente cerrado con las patronales agrarias en 2008, ahora con sus nuevos aliados de la CTEP y Barrios de Pie, y bajo la bendición de Bergoglio desde Roma, sostiene hoy la misma política que una parte del peronismo, una "unidad" que implica la conciliación con sectores de la burguesía y sus representantes políticos "opositores".
Finalmente el acto del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia fue masivo y exitoso, con un palco donde estuvieron luchadores de la talla de Nora Cortiñas, Mirta Baravalle, Sergio Maldonado y su compañera Andrea, Adolfo Pérez Esquivel, entre otros. Con un documento que marcó a fuego quiénes son los que garantizan la represión y la impunidad y al servicio de qué intereses.
El rol de los partidos del Frente de Izquierda fue decisivo para este logro.
Es muy importante profundizar este balance en el propio Encuentro Memoria, Verdad y Justicia y entre los luchadores de todo el país, porque hace a la orientación política que deben tener los trabajadores y el pueblo para acabar con el dominio de los ajustadores, represores y garantizadores de la impunidad de ayer y de hoy.