EL actual diputado, deja la conducción del gremio y la presidencia de la obra social, cargos que lo sentaron en el banquillo y pide seguir cobrando. Un repaso sobre el polifacético diputado y exsecretario general de petroleros privados.
Lunes 12 de marzo de 2018 00:00
Alberto Roberti titular del sindicato del Petróleo y Gas Privado de Avellaneda, aunque se muestra siempre de perfil bajo, su nombre aparece al pie de varios documentos. Con más de 10 años en la conducción de la Federación de Petróleo, saltó a la política parlamentaria de la mano de De Narváez, luego fue presidente de la bancada del Frente Renovador conducido por Massa, y mientras ocupaba ese puesto hacía público su apoyo a Scioli, en la lista con la que compitió. Esto le valió, la expulsión del massismo. La carrera de Roberti, siempre fue acompañada por su esposa Mónica López, que los medios hicieron famosa por sus 240 pares de zapatos finos y el vestidor de tres calles, y no por su cargo de diputada. Dueños de propiedades en barrios privados y departamentos en Puerto Madero, y propietarios orgullosos de Sixteis Song, caballo de carrera ganador del premio latinoamericano.
Y hay más. Si algo le faltaba a la caradurez de Roberti, es que pide licencia hasta la finalización de mandato en 2020 ¡con goce de sueldo! Esto sería unos 90 mil pesos limpios por mes, aparte de su dieta de diputado que son otros 90 más como mínimo. Y más vergonzoso que luego de una denuncia de defraudación, la federación se lo otorgue.
Los petroleros conocemos algunos detalles de este personaje nefasto para los trabajadores. Los viejos petroleros del sur del país cuentan varias historias que llevaron a Roberti y a su segundo Lavia, actual secretario de la sede Avellaneda, a que se asentaran casi como refugiados en Buenos Aires, concretamente fue declarado persona no grata, y no puede pisar esa región. Esto llevó a una disputa en la que Guillermo Pereyra, secretario General del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa desde 1984, logró agrupar a dicho sector y separarlo de la federación Chubut, Santa Cruz, Neuquén. Pero previo a esto, y en uno de sus tantos saltos de frentes políticos, en un affair con el kirchnerismo, lo llevó a votar fervientemente la “nacionalización de YPF” algo contradictorio para el secretario general de petroleros privados. Favor con favor se paga, y a justicia a pedido de Roberti intervino la federación de toda la seccional sur, la que Roberti no controlaba pero de la que era secretario general. Algo inédito que un secretario pida la intervención de su propio gremio. En un nuevo salto que lo aleja del kirchnerismo, la justicia levanta la intervención y un proceso exprés de 24 horas. Mientras el sur va elecciones y ganan las listas de Pereyra, separando totalmente a los trabajadores de Roberti y dividiendo la Federación en dos.
Pedido de licencia con goce de sueldo, del diputado Roberti
En otra hoja de su prontuario, y fiel al peronismo más duro, en un convulsionado año 2014, con despidos y luchas en distintos gremios, junto con Pignanelli del SMATA saca una solicitada al mejor estilo de los años oscuros, donde denunciaban y alertaban la peligrosa infiltración de la izquierda en los lugares de trabajo. Mientras que el SMATA apretaba y reprimía a los trabajadores de LEAR, en Shell hacían una lista negra confeccionada con el sindicato y la empresa, así despedían a integrantes de la lista opositora a la conducción del sindicato y parte del activismo, que hoy estamos reinstalados producto de una dura lucha.
Luego de varios saltos se acomodó como con un bloque unipersonal en el nuevo gobierno PRO, que con viejos amigos logró quedar como presidente de la Comisión de Trabajo, aunque no goza de toda la simpatía del ministro Triaca. Para sumar puntos desde este nuevo puesto, impulsó el proyecto de primer empleo, que no era otra cosa que flexibilizar más las condiciones de contratación de los jóvenes trabajadores. Continuando con esta línea fue uno de los garantes para el quorum de la reforma jubilatoria, en una anécdota que contaban todos los periodistas, que un diputado del pro lo fue a buscar y lo sentó en su bancada cuando no había nadie dando quorum.
Roberti, acostumbrado a ostentar varios cargos a la vez, tiene muchas propiedades que mantener. Hoy le trajo el mayor problema, no solo es diputado, sino que es secretario general de la Federación de Petróleo y Gas Privado y del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Avellaneda, y a la vez presidente de la obra social de petroleros, Os.Pe.Ga.P. Estos dos últimos cargos son los que están denunciados en la causa que se radica que en el juzgado correccional N°29 de Buenos Aires, donde se describe una serie de irregularidades atadas a sus dos puestos, donde demuestran que hacía cheques a prestadoras de hasta por 22 millones de pesos por servicio que la empresa realmente no daba, ni que hablar de nombres de dudosa procedencia. En la sumatoria de cheques alcanza la cifra de 45 millones de pesos. Números que un trabajador no alcanza nunca en su vida.
Esta denuncia ya había tenido un correlato que dejó sin cobertura médica los trabajadores del norte, cuando allanaron las oficinas del gremio. No bastó con firmar año tras año paritarias a la baja, perseguir al activismo, cajonear el convenio que está vencido hace años. Parece que su agitado ritmo de vida necesitaba entradas extras. Todo esto con la plata de todos los trabajadores petroleros, que no solo sufrimos los problemas inherentes de la profesión y la persecución de las empresas, sino que el gremio se encarga de entregarnos.
Porque le soltaron la mano
Hace años que Roberti viene acumulando denuncias en el entorno sindical, desde persecución, fraudes y manejos fraudulentos de fondos. Pero porque hoy los cajones se abren y los expediente salen a luz. Algunas voces en la trastienda del gobierno dicen que no puede contener la federación. Si esto lo ponemos en el contexto de que Roberti perdió la pulseada con Pereyra, que le dividió la federación, que a su vez el gobierno luego de no poder llevar la reforma laboral al Congreso, necesita pasarlo por empresa, y en este plano la piedra basal de proyecto del gobierno es el convenio Vaca Muerta, donde no solo se avanza sobre conquistas de los trabajadores sino que baja brutalmente las condiciones de trabajo, al punto de aumentar seriamente el riesgo de accidentes al cambiar la condiciones de seguridad en el nombre del ahorro de los costos laborales. Esto lo logró gracias a una negociación Aranguren, Triaca, Pereyra. Obviamente, si le preguntamos a Triaca quien prefiere en la federación de petroleo privado, la respuesta se cae de maduro.
No es un burócrata suelto es toda la institución
Hoy Roberti, es casi como un leproso, todos lo niegan, y gente parte del gremio ostenta la frase de “lo sacamos”. Todos aquellos que cambiaron de montura ahora porque el caballo esta rengo, deberían dar explicaciones porque no se dijo nada en las asambleas de memoria y balance anuales de la federación, porque ante la denuncia de la base acaballaban, porque seccionales como avellaneda fueron a defenderlo en un supuesto fraude que le estaba haciendo en Mendoza, por citar un ejemplo.
Hoy las internas de la federación están en plena negociación, y es negociación porque jamás será un debate abierto a la base para discutir quien debería conducir el gremio, que ya tiene turno en la mesa negociadora de paritarias para cerrar por debajo 15% y tiene en su manos la negociación del convenio colectivo, que pone en peligro las condiciones de trabajo de todos nosotros.
La federación tanto de Pereyra como de Roberti, viene atravesando años de entrega, al 2017 durante ese mismo año se calculaba unos 2000 despidos, entre los que incluían delgados en funciones. Los nuevos desafíos del gobierno, que son los costos laborales que le piden las empresas y para la rentabilidad que quieren para el fracking, una nueva etapa no solo en la confrontación con los trabajadores sino con las comunidades por los peligros de este tipo de explotación y por el robo de las tierras a los pueblos originarios. Este avance no lo pueden hacer si un gremio cómplice que contenga a los trabajadores. Para aquellos en que recaiga la conducción tendrán tiempos convulsionados en una agenda política que el gobierno quiere apurar y los trabajadores vamos enfrentar.
Los petroleros de la Agrupación Naranja que formamos parte del Movimiento de Agrupaciones Clasistas, ya venimos de enfrentar a Roberti y Aranguren, y lo seguiremos haciendo. Sabemos que no se podrá avanzar si no logramos superar a estas conducciones sindicales mafiosas, y unificando a los trabajadores, hoy somos muchos tanto privados, como de YPF como terciarizados que nos estamos organizando para enfrentar este ajuste a los trabajadores. Este quien este en la federación seguiremos pelando por lo que nos corresponde y por un gremio al servicio de los trabajadores y la comunidad.