Narra el filme qué sería de la economía de California sin la mano de obra inmigrante que cobra bajos salarios.
Lunes 13 de febrero de 2017
¿Qué pasaría si un día desaparecen todos los latinos del estado de California, la séptima economía mundial?, esta es la historia que cuenta el director Sergio Arau en la película Un día sin mexicanos que se estrenó en el año 2004.
Sergio Arau realizó su opera prima con toques de humor basado en un cortometraje homónimo que había realizado como respuesta a la Proposición 187 impulsada en 1994 por el entonces gobernador de California Pete Wilson, que restringía los derechos de los trabajadores inmigrantes en el estado de California. El corto es una parodia de un reportaje televisivo que cubriera el día que desaparecieron todos los trabajadores mexicanos del estado, dejando paradas las actividades tanto en el campo como en la ciudad.
Un día sin mexicanos se convirtió en la última película del actor mexicano Eduardo Palomo, quien interpreta a Robert, un músico casado con una estadounidense, que misteriosamente desaparece junto a su hijo una mañana. Mientras una mujer de origen hispano, que es la única que no desapareció, es objeto de estudios científicos para esclarecer el misterio de la desaparición de los latinos.
La cinta destaca en trabajo de los mexicanos e hispanos inmigrantes en California, como mano de obra barata, el maltrato que sufren por la patrulla fronteriza, pero la desaparición aquellos de origen latino, afecta todos los ámbitos de la vida, desde los servicios hasta crear una crisis política al ausentarse el gobernador de origen hispano.
Arau logró expresar la importancia de los hispanos o latinoamericanos, trabajadores que se denominan ilegales, que han sido blanco de ideas y políticas xenófobas, acusándolos de robar los trabajos de la población blanca los llamados W.A.S.P.( White Anglo-Saxon Protestant) y de introducir drogas ilegales a los Estados Unidos.
Es importante retomar Un día sin mexicanos cuando para este lunes 13 de febrero se está convocando a un paro para demostrar la importancia que tienen los trabajadores inmigrantes ilegales en la economía estadounidense, como una respuesta ante las medidas tomadas por el presidente Donald Trump.