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Red Internacional
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Nacional. Un exdefensor de genocidas dirigió la represión donde desapareció Santiago Maldonado

Pablo Noceti forma parte de la plana mayor del Ministerio de Seguridad que dirige Patricia Bullrich.

Gloria Pagés

Gloria Pagés @Gloria_Pages

Martes 8 de agosto de 2017 15:51

Es el jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad. Estuvo a cargo del operativo represivo luego del que desapareció Santiago Maldonado. Fue el encargado de dirigir la represión del 31 de julio a quienes se manifestaban frente al juzgado federal de Bariloche reclamando la libertad del líder mapuche Facundo Jones Huala.

En esa represión intervino Gendarmería Nacional y el Grupo Especial de Asalto Táctico de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y fue una cacería en la que detuvieron a nueve personas que fueron brutalmente golpeadas. Alrededor de 100 efectivos de la Gendarmería ingresaron de manera irregular y violenta al territorio de la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia, Departamento de Cushamen, provincia de Chubut. EL CELS denunció ante la ONU que “dispararon balas de plomo y de goma y quemaron objetos pertenecientes a las familias”. En ese momento, Santiago Maldonado fue visto por última vez y desde entonces está desaparecido.

Se conocieron luego las directivas de Pablo Noceti a través de un audio ampliamente difundido, donde, entre otras expresiones de una gravedad pasmosa, dice que “Con el RAM (Resistencia Ancestral Mapuche, grupo al que pertenece Jones Huala) no tenemos nada que dialogar. Lo único que vamos a hacer es judicializarlos, van a quedar todos presos”. Agrega que “los vamos a terminar de identificar a todos y a medida que los vayamos individualizando los vamos a ir deteniendo”

Una vida al servicio de la impunidad de los genocidas

Pablo Noceti, integró hasta que fue designado jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad, un estudio de abogados que defendió a Galtieri durante el Juicio a las Juntas. Los abogados y colegas del funcionario, Alfredo Battaglia y Luis Fernando Velasco, son miembros de la Corporación de Abogados Católicos, y se refieren a los genocidas sujetos a juicios de lesa humanidad como “instrumentos de revancha y de represalia política”, y que constituyen “la legalización de una venganza, estructurada y diseñada en el poder político, desde el cual se pretende hacer un uso extorsivo del poder judicial al servicio de inconfesables intereses”, tal como lo refiere Horacio Verbitsky en la edición de Página12 de ayer

Noceti fue también uno de los defensores de Fabio Iriart, el responsable máximo de la dictadura en La Pampa y ex comandante de la subzona militar 14, quien fue condenado por 31 privaciones ilegales de la libertad y 26 casos de tormentos.

No se privó de nada: fue defensor del coronel Néstor Omar Greppi, ex secretario general durante la dictadura del gobierno de La Pampa, y del ex policía Eduardo Angel Cruz, alias Cramer, que actuó en el circuito represivo Atlético-Banco-Olimpo, donde permanecieron secuestrados y sometidos a brutales torturas cientos de militantes y luchadores durante la dictadura, entre ellos, Guillermo, hermano de quien escribe estas líneas.

Entre sus escritos de defensa a estos represores, Noceti se manifiesta contra la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad, contra la nulidad de las leyes de impunidad y con planteos como que los delitos cometidos durante la dictadura eran “cosa juzgada” y en su condena “impera la legalización de una venganza”.

No extraña entonces que su gestión en el gobierno de Cambiemos se destaque por la brutalidad represiva y la desaparición de Santiago Maldonado.