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Red Internacional
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Tucumán. Un funcionario de Bussi integra el nuevo gabinete del rectorado de la UNT

Mauricio Guzmán fue secretario de Cultura durante la gobernación de Antonio Bussi y ahora fue nombrado subsecretario de Cultura de la UNT. Un nombramiento que refuta la retórica de derechos humanos que pregona la fórmula rectoral Pagani-Leal.

Maximiliano Olivera @maxiolivera77

Jueves 2 de junio de 2022 17:00

Este jueves por la mañana se realizó el acto protocolar en el que asumió el nuevo gabinete del Rectorado de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). El juramento a los nuevos funcionarios fue encabezado por el rector Sergio Pagani y la vicerrectora Mercedes Leal, cuya nueva gestión creó dos secretarías y cinco nuevas subsecretarías. Una de ellas es la Subsecretaría de Cultura, en la que se designó al funcionario bussista Mauricio Guzmán.

Guzmán fue funcionario del genocida Antonio Domingo Bussi durante el último tramo de su gobernación. El pianista fue designado como Secretario de Cultura de la Provincia a fines de 1998, formando parte de un gabinete que incluía a muchos personajes ligados al genocidio y a Bussi. Uno fue el caso de Olegario Von Büren, nombrado Secretario de Educación provincial y sospechado de ser responsable de la desaparición de alumnos y profesores de la Regional Tucumán de la Universidad Tecnológica Nacional. Luego de la desaparición de la decana María Isabel Jiménez, Von Büren ocupó el decanato, además de ser también Secretario de Educación sobre el final del Operativo Independencia.

Con los cuestionamientos en años posteriores, Guzmán ensayó una defensa absurda, señalando que como secretario de Bussi ocupaba un rol técnico y no un rol político. En su ensayo “Teatro, Ética y Política. Historia del Teatro Tucumano. El bussismo: complicidades, silencios y resistencia”, Carlos María Alsina señala que Guzmán realizó “una activa gestión promoviendo «la cultura» en barrios y en el interior tucumano”. “Todo apuntaba a la elección como gobernador del hijo del genocida, «Ricardito» Bussi. Para ello había que terminar de «lavar» la cara de genocida haciéndolo pasar por democrático y accesible”, agrega.

El paso de Guzmán por el Gobierno de Bussi tomó mayor notoriedad, y mayor repudio, luego de que José Alperovich lo designara como parte de su gabinete. El funcionario surgido del bussismo volvía a la Secretaría de Cultura pero ahora bajo un gobernador del peronismo, aunque también estuvo con otros ex funcionarios de Bussi que se reciclaron en el PJ.

Los cuestionamientos a Guzmán se reiteraron en diferentes oportunidades. Una carta firmada por diferentes artistas en el marco del Segundo Congreso Nacional de Cultura (octubre de 2008 en Tucumán) resume los argumentos: “Ha comenzado el juicio oral contra Bussi en el que será juzgado por sus crímenes. Como un desencuentro inexplicable con la historia y con la vigencia de la política sobre derechos humanos, Guzman es el máximo responsable de la política cultural de la Provincia. No entendemos tal contradicción. La política de Guzman, además de perseguir a artistas, funcionarios subalternos que no piensan como él, empleados de su área, hijos de desaparecidos, etc., fue la más obsecuente con el propósito del Gobierno de vender inmuebles del patrimonio histórico provincial, lo que motivó una generalizada reacción de repudio en el pueblo de Tucumán y en el de otras provincias. Preguntamos a las autoridades provinciales y nacionales: ¿Puede admitirse que el señor Guzman sea el anfitrión de un Congreso de Cultura?”. La carta fue firmada, entre otros, por el periodista Tomás Eloy Martínez, el dramaturgo Roberto Cossa, la escritora Liliana Hecker, con la adhesión de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S.

Pese a todos los cuestionamientos, Guzmán fue sostenido por Alperovich y luego respaldado en el cargo durante la gobernación de Juan Manzur. Recién en 2019, tras 15 años, dejó el Ente de Cultura y encontró cobijo en el Instituto Superior de Música de la UNT.

En diferentes declaraciones, Pagani y Leal han afirmado que los derechos humanos serán un pilar para su gestión en la que converge el radicalismo y el kirchnerismo. En unas de sus primeras decisiones políticas, han designado a un bussista camuflado para el área de Cultura, cuando la UNT tiene una historia con estudiantes y docentes detenidos-desaparecidos. Un hecho que barre con miles de palabras.