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Red Internacional
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Gobierno AMLO. ¿Un ministro en la Corte acorde con la Cuarta Transformación?

La reciente elección de ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea como Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para los próximos cuatro años, lejos de provocar roces, parece abrir una nueva etapa en la vida interna de esa institución.

Viernes 4 de enero de 2019

En medio de una situación de polarización entre el Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Poder Judicial abierta con la aprobación de la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores públicos y la inmediata desaprobación de la Corte de dicha ley votada por la Cámara de Diputados, la elección casi unánime del ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea como presidente de la Corte y del Poder Judicial de la Federación, quitó tensión a estos roces, exacerbados por los medios y sectores ligados a los partidos de oposición.

Contrariamente a la elección en el mismo cargo de Luis María Aguilar Morales en el 2014, la cual horas en definirse y requirió 32 rondas de votación, Arturo Zaldívar fue electo en la primera ronda con siete votos de los 11 ministros que integran la SCJN.

Para muchos fue sorprendente la rapidez en la votación y el grado de acuerdo entre los ministros. Sobre todo sabiendo que el nuevo presidente de la corte (que también será el Presidente del Consejo de la Judicatura de la Federación), es una persona cercana a algunas de las ideas del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Pero desde el momento en que AMLO aceptó negociar con los ministros la reglamentación salarial y establecer una diferenciación en las percepciones de los funcionarios según la fecha en que se integraron a la Corte (donde algunos ministros ganarán más el presidente), el camino para una elección no traumática de Arturo Zaldívar estaba allanado.

Además, ningún partido opositor tenía la fuerza (ni autoridad moral) para proponer a sus candidatos. Y los ministros aprobaron la propuesta de AMLO, sobre todo para dejar atrás la imagen de corrupción, nepotismo, y fallos muy criticados, impuestos durante la presidencia del ministro saliente Luis María Aguilar.

También pesó en el ánimo de los integrantes de la Corte, la discusión abierta con la política de “austeridad republicana” impulsada por el presidente y los representantes del Morena en el Congreso -cpn la que concuerda Zaldívar- que cuestionaban fuertemente las altísimas percepciones de los magistrados (más de medio millón de pesos mensuales), lo que provocó duras críticas de la población y manifestaciones afuera del edificio de la SCJN.

Incluso el senador Osorio Chong -el hombre fuerte del débil PRI en el Senado-, no se manifestó en contra de la elección del nuevo presidente de la SCJN, y al igual que muchos más que demandan que se defienda la autonomía de este organismo, sólo pidió que Arturo Zaldívar “trabaje en favor del equilibrio democrático de poderes”.

Todos hablan de división de poderes, pero omiten decir que los jueces y tribunales han sancionado obedientemente leyes antipopulares en beneficio de los patrones, y fortaleciendo el poder de la enriquecida “clase política”. Así, afectaron los derechos de las comunidades indígenas y aprobaron el despido en masa de más de 40,000 trabajadores de Luz y Fuerza del Centro (entre muchos atropellos a los que menos tienen).

Zaldívar es un ministro que ha sobresalido en una Corte conservadora por haber propuesto medidas como el proyecto de resolución para eliminar la prohibición del cultivo y transporte de marihuana para fines lúdicos y recreativos.

O cuando propuso que, por la tragedia de la guardería ABC en Hermosillo, Sonora -en la que murieron 49 niños -un hecho en el que estuvo involucrada una sobrina política del ex presidente Calderón, por lo que el panista mostró sus diferencias con Arturo Zaldívar- se señalaran como responsables -así fuera de manera simbólica- al entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar, al director general del IMSS, Daniel Karam, y al ex gobernador de Sonora, Eduardo Bours. Todos ellos poderosos políticos del PAN y el PRI.

Por ello, no es cualquier cosa para AMLO que su candidato encabece también, a través de la Judicatura Federal, la administración de más de 850 tribunales.

Definitivamente son los nuevos tiempos políticos -de crisis de representación de los partidos y la emergencia de una fuerza avasallante como el Morena-, los que llevaron a que todas las fuerzas políticas del Congreso y la patronal aceptaran este nombramiento.

¿Avanza AMLO en la Cuarta Transformación?}

Con la elección de Arturo Zaldívar como ministro presidente de la Corte, López Obrador -quien ha afirmado que respetará la autonomía de su organismo- parece que las relaciones entre el presidente, el Legislativo y Poder Judicial tienden a flexibilizarse.

La declaración de Zaldívar de “defender los derechos humanos de todos”, y buscar una mejor relación con el Ejecutivo y de trabajar para recobrar la confianza de la ciudadanía -afirmando al mismo tiempo que que defender la autonomía de la Corte no implica aislarse de los demás poderes,implica nueva relaciones de este organismo con AMLO. Además, no es cualquier cosa para AMLO que su candidato encabezará, también, a través del Consejo de la Judicatura Federal, la administración de más de 850 tribunales en todo el país.

La política de AMLO de juzgar moralmente a instituciones como la SCJN, al INE y la PGR; de ejercer un mayor control de los gobiernos estatales a través de los llamados “súper delegados”; de buscar una mejor relación con el ejército -haciéndole concesiones,como en la creación de la Guardia Nacional-; de señalar la corrupción de los dirigentes sindicales presionándolos para que dejen sus cargos (como en el SNTE y el STPRM), y pactando con la “mafia del poder” impunidad a cambio de no desestabilizar, apunta a un fortalecimiento de su poder.

Sólo desde ahí podrá imponer su Cuarta Transformación que requiere del apoyo de los poderosos y del pueblo pobre –conciliando con estos dos polos-en una especie de “gobierno progresivo”- para desarrollar los planes capitalistas con un sentido “humanista”.

Sin embargo, al persistir las expectativas de las masas en el cumplimiento de sus viejas demandas democráticas y de que se acabe con las repercusiones de la subordinación al imperialismo, nada está garantizado para la estabilidad que pretende AMLO.

Para los socialistas anticapitalistas del MTS, la nueva presidencia de la SCJN no expresa cambios democráticos. Una medida realmente democrática y transformadora, pasa inicialmente, por la elección directa de los jueces y magistrados por el pueblo trabajador, y que estos ganen lo mismo que una maestra o trabajador medio, para terminar de verdad con sus privilegios.


Mario Caballero

Nació en Veracruz, en 1949. Es fundador del Movimiento de Trabajadores Socialistas de México.