Entrevistamos a Diana Valiela, autora y directora de "Otra Changa", obra de teatro que se estrena este domingo a las 20 hs. en el Camarín de las Musas.

Natalia Rizzo @rizzotada
Sábado 17 de enero de 2015

Desde este domingo tendremos la posibilidad de ver la obra "Otra Changa", escrita y dirigida por Diana Valiela, con la asistencia de dirección de Ana Bravo, y protagonizada por Charly Wesenack y Marcelo Arredondo. Ellos forman el grupo de teatro Cara a Cara y tienen una sala en Villa del Parque que lleva su mismo nombre. Sus obras tienen un vasto recorrido surcado, a su vez, en otras salas y sitios, ciudades, pueblos, rincones de Argentina y de otros países de Latinoamérica.
En una charla muy amena nos fuimos adentrando en los intersticios y profundidades del germen de esta obra de la mano de su autora y directora, que se centra en el trabajo escénico, más que en el libreto. "Cada uno del grupo viene a traer algo que lo está conmoviendo en ese momento. Yo estaba conmovida por una escena que se me repetía, una voz en off donde un policía le preguntaba a un ladrón:
–¿Domicilio? –el ladrón contestaba: –No tengo
–¿Estudios? –No tengo
–¿Un sillón, un LCD? –No tengo
Policía: –¿Y usted está acá por ladrón?
Era solo un interrogatorio, con esas voces en off. Sin conclusión. Era solo esa pregunta que conmovía al otro que decía: –¿Usted está acá por ladrón? "Silencio. No había más respuesta que eso, no había más", nos transmitía Diana en un tono lento y pausado.
"También latía en mí una pregunta. ¿Por qué le pedimos a los excluidos el comportamiento de los incluidos pero sin sus beneficios? Con este tema de la inseguridad pensaba: ¿por qué no van a venir por lo que hemos acumulado y que ellos no tienen?".
"Luego vienen los actores con sus propuestas de escenas, de personajes, de textos. La asistente de dirección va interrelacionando situaciones va proponiendo otras", nos contaba.
Diana iba calificando a los personajes de la obra como "dos personajes que quieren entrar a un mundo mejor. Un diariero que quiere jugar un partido de fútbol y ganarlo, para ganar algo alguna vez, y un hombre que trabaja de seguridad en la calle y quiere conseguir un trabajo mejor. Los dos se encuentran, el territorio es la calle". Continuó reflexionando: "Es un absurdo que haya un sólo ganador, quiero contar la historia de los millones que no lo son".
–Otra Changa llevó un largo proceso de trabajo e investigación.
–Cuando nos encontramos después de un año de trabajo, el material se empezó a desdibujar, no teníamos acceso, ahora quedábamos afuera nosotros de este otro mundo. Entonces los actores empezaron a defender a los personajes, e intentar que entren, pero no entraban, estaban afuera, iban a seguir afuera. El único modo de cambiar estas situaciones, dice, es colectivo. No se iban a modificar esas situaciones de los personajes porque no es una lucha personal. Bueno, pero tampoco quería que fracasen, no quería la derrota, verlos derrotados. Una changa, otra changa, tantas horas de distancia entre un tren, un colectivo, cuando hay que viajar tantas horas para ir a trabajar, una hija que nació, conseguir más plata, entre todo esto pasan cosas que interrelacionan a los personajes en situaciones más complejas. Es una obra que tiene que ver con un mundo sin héroes, me parece que ya es hora de dejar de pedir, –sean prolijos, báñense, no roben–. Les pedimos que estén limpios y estéticos, además les pedimos que sean héroes! Pero que se queden afuera.
"La obra anda por ese mundo, ese mundo de intentar entrar al mundo de los felices. Mi padre era anarquista y me contaba que la ley no es justa para todos, porque las condiciones no son iguales para todos, no hay justicia".
Al finalizar una pausa se pregunta: "¿A ver cómo se lleva la clase media con estos personajes? Que no son heroicos, ni simpáticos, ni amables...".
“La cultura también tiene un lugar para entrar o quedarse afuera. Ser más del off, por ejemplo. Ahora que tenemos la sala y todos los papeles en orden, ¿estamos más adentro? Siempre hay un lugar más afuera y otro más adentro. Nosotros cuando estábamos investigando la obra, también empezamos a sentir cierta exclusión. Siempre estamos excluidos de algún lugar y siempre queremos ingresar a algún lugar. Más allá de filosófica e individualmente, me interesa la cosa social".
Mientras, intercambiábamos opiniones sobre el rol del arte y la cultura en la sociedad, si era o no potencialmente un motor de cambio, si es por sí misma o tiene una función específica dentro de la sociedad, si abría espacios de pensamiento crítico donde la ideología no llega, entre otras cosas. Ella se pregunta: "¿Hasta dónde interfiere la cultura; cómo ayuda o cómo no; cómo puede jugar en contra de lo social, como lo pueden hacer los medios, la elite de la cultura también, o la cultura popular?". Nos transmite: "Es un anhelo. Anhelamos que signifique algo en algún espectador y que eso nos haga al menos reflexionar, que haga algo en nosotros, que nos haga encontrar con la otra persona un poco más de cerca, sin sentirlo enemigo".
Con respecto a sus anhelos con sus obras, ella dice con énfasis: "Yo te diría que mi anhelo es cambiar el mundo, ¡mirá qué absurdo!, transformar de alguna forma en un encuentro este desencuentro. Es un anhelo de transformación, siempre un anhelo. Tocar a un espectador. Me toca a mí cuando estoy creándola, me veo expulsando, me veo separándome del otro, del distinto, discriminando, juzgando, me veo en los roles que trabajo".
–¿Tenés anhelos con respecto a mostrar tu obra en algún lugar particular, un teatro, en la calle, una sala, anhelos con respecto a donde exponer tus obras? O lugares donde no quisieras estar con ellas?
–Inversamente me he preguntado: ¿es necesario ir al Camarín? si estamos acá en Villa del Parque y está bárbaro. Bueno, pero pensábamos también que sería piola ir al Camarín, como fuimos al Chaco, como fuimos a Formosa, como fuimos al sur. ¡Está bueno ir al Camarín, vayamos al Camarín! Veamos qué pasa en el Camarín. Vamos a volver a las provincias a llevar el material adonde sea. Nos gusta andar y reflexionar con los otro . “Ufa Shakespeare, Cortala!” es un material que anduvo por todos lados y seguimos haciéndola, “Tripa corazón” ha funcionado un montón, otros materiales que solo han estado un año y han concluido su camino. Así que no sabemos dónde nos lleva Changa, tiene un envión bastante fuerte y nosotros ahora la seguimos. El anhelo es mostrarla todo lo que podamos.
En torno a la puesta en escena nos contaba que trabajó la luz y el ambiente como si alrededor de los personajes no hubiese nada. "Trabajé la luz como si hubiese una orfandad, la luz está fracturada, no hay luz de escenario, hay solo luz sobre la situación, parece que eso es hoy, no sé que hay mañana, no sé que hay después, no hay proyección, sólo es lo que está pasando. Quería con la luz hablar de esta orfandad, de este presente que es la changa hoy. ¿Mañana? Ahora es esto, luz acá, el resto del escenario, oscuridad”.
–Con respecto a ese recorrido que ustedes hacen de ir llevando la obra de un lado al otro, de ver que se presenta, de estar en el off, de intentar entrar a otros espacios, con esas propuestas de ir a lugares cercanos, chiquitos, grandes, ese trabajo de los artistas "profesionales", en el sentido que vive de su arte, y que tiene que irse generando trabajo, no sentís que hay un correlato con las changas de tus personajes? ¿O si tienen una relación con las changas a las que están sujetos tus personajes para poder vivir?
–Y sí, claro, ahora estamos con Otra Changa en el Camarín. Después veremos.
–¿Qué es lo que a vos te motivaría si te pudieses abstraer de tu rol y vieses la obra como público?
–Me conmueve el golpe en la puerta, la puerta cerrada y que no logramos abrir. Que le pidamos al otro que deje de golpear, me conmueve el golpe: tac, tac, tac, es el centro de la obra. Alguien queriendo entrar. Y desde adentro, silencio.
Un final que aún no conocemos que no es una derrota, pero tampoco una victoria. ¿Comenzarán los personajes a buscar una salida determinante a este sistema de hambre y opresión? El domingo lo sabremos.
Otra Changa, a partir del domingo 18 de enero a las 20 hs, en el Camarín de las Musas, Mario Bravo 960.

Natalia Rizzo
Artista Visual, nacida en 1980, oriunda de Villa Luro. Es profesora Nacional de Bellas Artes y realizó la Maestría en Artes Electrónicas de la UNTREF. Miembro de Contraimagen y del equipo de diseño e ilustración de Ideas de Izquierda.