Nos encontramos ad portas de un nuevo primero de mayo, fecha conmemorativa de las luchas del pasado y del presente de la clase trabajadora. Recordamos en ésta ocasión a algunos trabajadores que han perdido la vida en sus luchas.
Miércoles 26 de abril de 2023
Rodrigo Cisternas
Por el año 2006 diversos sectores de subcontratados comenzaron importantes procesos de lucha organizada. Esto se extendió por meses y el 2007 tuvo lugar una movilización particularmente importante de trabajadores, cuando obreros forestales convocaron a jornadas de paro y protesta en mayo de 2007, principalmente trabajadores de la planta de Celulosa Arauco, del grupo Angelini.
Es en este contexto, durante el gobierno de Michelle Bachelet, entre ráfagas de sub ametralladoras UZI, la policía de Fuerzas Especiales de Carabineros asesinaron a Rodrigo Cisternas, un joven trabajador de tan solo 26 años de edad, acribillado con más de 25 balas e hiriendo también a 5 de sus compañeros.
La movilización, de la que habían participado más de tres mil trabajadores subcontratados, ya había sido atacada en un principio con perdigones, lacrimógenas y carros lanza agua. El sector que se replegó hacia el servicentro COPEC fue brutalmente reprimido. Fue allí que Rodrigo Cisternas, frente a la represión, condujo un cargador frontal contra los carros policiales que arremetían y allí fue cuando, según trabajadores del servicentro que fueron testigos, se dió la orden por radio de abrir fuego, lo que terminó en el asesinato de Rodrigo, con una bala atravesando su cráneo desde atrás.
El asesinato de Cisternas dejó otro caso de impunidad policial y sus responsables políticos tampoco fueron juzgados, como Felipe Harboe, quien en ese entonces era ministro del Interior de Michelle Bachelet. Tras el trágico desenlace se lograron los 23 puntos del petitorio sindical, logrando -en parte- equiparar las condiciones de trabajo de los trabajadores de planta con los subcontratados. A partir de la lucha de los subcontratados de Bosques Arauco y la muerte de Rodrigo Cisternas, comenzó una ola de protestas y huelgas de trabajadores subcontratados en el país, comenzando por los de CODELCO y continuando con los de ENAP.
Te puede interesar: A 13 años del asesinato de Rodrigo Cisternas: impunidad criminal del grupo Angelini
Te puede interesar: A 13 años del asesinato de Rodrigo Cisternas: impunidad criminal del grupo Angelini
Juan Pablo Jiménez
Dirigente del sindicato número uno de la empresa contratista Azeta, fue un incansable luchador, y dedicó su vida a denunciar las injusticias y el abuso patronal, particularmente contra la precarización que produce el subcontrato.
Tras trabajar 10 años en la empresa, Juan Pablo fue asesinado al interior de su lugar de trabajo el día 21 de febrero de 2013. Tan solo un mes después de su asesinato por impacto de bala, las policías acusaron de la muerte a un menor de edad. El sujeto, que en esa fecha tenía 17 años, fue detenido por personal de la PDI y utilizado como "palo blanco" debido a que recibió varios impactos de bala en una riña en las cercanías y basándose en la tesis de que lo mató una “bala perdida”.
Se establecía que el día 21 de febrero de 2013 el menor había disparado al aire a un kilómetro de distancia de la empresa Azeta y que ese proyectil, “la bala loca”, había matado al líder sindical. El joven admitía su responsabilidad y lograba así un acuerdo con la Fiscalía que buscaba 540 días de libertad asistida, lo que se daba por cumplida por el año y nueve meses que llevaba la investigación.
Entre familiares de Jimenez, sus compañeros de trabajo y amigos, hasta el día de hoy han buscado respuesta real a los responsables de su asesinato dado la poca fiabilidad de la tesis de la policía.
Marco Cuadra
Amparados en el Código del Trabajo heredado de la dictadura (y perfeccionado durante los años que llevamos en democracia), los ataques a trabajadoras y trabajadores organizados no han sido pocos desde la llamada “transición a la democracia”, por medios legales como el reemplazo en huelga, la privación de la negociación colectiva.
El año 2014, la empresa operadora del transantiago RedBus anunciaba por altoparlante el despido de los dirigentes Marco Cuadra y Luis Montoya, como una forma de humillación y de amedrentamiento a otros trabajadores también que quisieran organizarse.
Luego de este despido antisindical, un 2 de junio Marco Cuadra se quemó a lo bonzo al interior de un depósito de la empresa en Huechuraba. Cuando sus compañeros fueron a auxiliarlo y le preguntaron por qué lo había hecho, respondió “por nuestros compañeros. Cómo abusan, no nos pagan la quincena, nos echan a los sindicalistas, nadie dice nada. Hasta cuándo, compañeros”. Marco iría a morir 25 días más tarde con cerca del 90% de su cuerpo quemado.
Nelson Quichillao
Un 24 de Julio de 2015, durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, con Rodrigo Peñailillo siendo ministro del Interior, el trabajador sucontratado de Geovita, Nelson Quichillao, fue asesinado por por un disparo de una pistola de 9 mm por parte del sargento policial Marco Guerrero Martínez.
Esto se dio en el marco de movilizaciones junto a sus compañeros de la mina El Salvador de la Región de Atacama, llamadas por Codelco por el Acuerdo Marco. En las movilizaciones los trabajadores exigían
La investigación se cerró y se decidió que no se siguiera, bajo el argumento de que la bala disparada por la policía había chocado con un vehículo. Al igual que en el caso de Rodrigo Cisterna, la policía comenzó los enfrentamientos con provocaciones, impactando los automóviles de los obreros que habían estacionado.
La rebelión
El año 2019 fuimos testigos y partícipes de masivas movilizaciones en Chile en contra de la herencia de la dictadura y que terminaron siendo desviadas, por medio del rol del Frente Amplio y la venia del Partido Comunista a un fraude histórico, un proceso constitucional amañado y antidemocrático que hoy ha derivado en uno aún más antidemocrático. En estas movilizaciones, obreros como Mauricio Fredes o Cristian Valdebenito perdieron la vida. Las demandas por las que ellos luchaban siguen siendo nuestra bandera.