Vivir una Copa del Mundo y todo el deporte con una mirada de género, desde el movimiento de mujeres. Nemesia Hijós, licenciada en Ciencias Antropológicas e integrante de la Coordinadora de Hinchas, nos cuenta esta experiencia novedosa.
Jueves 28 de junio de 2018
Fotos: Emergentes
“Qué lindo es volver a verte selección” y “vamos Argentina, vamos” son dos de las frases más escuchadas durante las últimas transmisiones televisivas de los partidos de la selección nacional de fútbol masculino. Estas expresiones de aliento pronunciadas por (tal vez) uno de los periodistas y relatores públicamente más conocidos para los argentinos, Sebastián “El Pollo” Vignolo, han sido inmortalizadas y reiteradas como sello distintivo desde la Copa del Mundo Brasil 2014 por la TV Pública. Ninguna de estas consignas que exacerban la narrativa sobre “la patria” se escucha en Lambaré 873, sede del auditorio de La Tribu en el barrio de Almagro de la ciudad de Buenos Aires. La cálida locución de Laura Corriale, convocada para estos encuentros, se combina con los comentarios deportivos de Débora Giammarini y la información de contexto a cargo de Leila Ponzetti. Activistas, jugadoras y militantes en distintos espacios, organizaron formalmente el colectivo Feminista Mundial luego de haber seguido en conjunto –a través de las transmisiones vía Facebook– los partidos de la selección nacional de fútbol femenino durante la Copa América disputada durante el pasado mes de abril en Chile.
El ambiente del Bar La Tribu incluye carteles con consignas a favor del modelo asociacionista en las instituciones sociales, pañuelos verdes con el lema de “paro general” y camisetas argentinas con mensajes sobre los temas de los cuales allí se habla: la deuda externa, la privatización de los clubes de barrio, los cuerpos hegemónicos en el deporte y la infancia trans. El objetivo de sus transmisiones es mostrar lo que pasa adentro y afuera de la cancha durante el Mundial de fútbol masculino: el feminismo en Argentina, la campaña nacional por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo, la actual situación económica y el acuerdo con el FMI, pero sin pasar por alto la situación de persecución de los homosexuales en Rusia, las políticas públicas y la realidad de género de cada país participante. Para ello es sumamente relevante la preparación de la información de contexto que dialoga con las estadísticas de otros espacios como Igualdata, Chequeado y Economía Feminista. Acompañando este contenido con entrevistas en el piso, proponen “no meternos solamente en la pelotita” y, en segundo lugar, “que el mundial no nos ciegue de las otras cosas que están pasando”, buscando así que el fútbol sea una herramienta de debate y transformación.
La coyuntura nos alerta sobre la relevante desigualdad de géneros en los distintos espacios: podemos advertirlo no sólo en la difusión y visibilidad de las transmisiones y los encuentros oficiales del seleccionado de fútbol femenino de Argentina, sino también en la eminente cobertura que vuelve a restringir la pasión y atribuir el conocimiento como pertenencia exclusiva de los varones. “Para que haya feminismo debe, primero, haber mujeres” dice Moyi Schwartzer, socióloga e integrante de Feminista Mundial, este proyecto colectivo que propone ser el mejor plan para ver los partidos y un poco (mucho) más: contribuyendo a la construcción de un nuevo relato en el deporte, con voz propia, instalando que ni el feminismo ni el fútbol feminista son asuntos sólo de mujeres, y así trascender la disciplina de género.
Las transmisiones comenzaron en el debut de la selección nacional de fútbol masculino en Rusia. Durante el segundo partido, contra Croacia, la jornada abrió con una charla sobre la mirada feminista en la lente del deporte con Jose Nicolini y Carolina Pierre, ambas fotógrafas y futbolistas, entrevistadas por la periodista Anuka Fucks. En los momentos de más tensión del partido, incluso después del segundo gol de los croatas, se empezó a corear uno los cánticos ya conocidos entre el público: “Mundial, mundial, ya somos ganadoras, la voz del estadio es de una relatora”. Es que Feminista Mundial festeja como un gol el nombramiento de la argentina Viviana Vila como la primera mujer en la historia en comentar un Mundial por televisión.
¿Cuáles son los espacios que las mujeres (como periodistas, profesionales, deportistas e hinchas de fútbol) tienen en los distintos medios de comunicación? Partiendo de que el patriarcado organiza todos los espacios en nuestra sociedad, existe la urgente necesidad de otros géneros disputando una reorganización. Las transformaciones logradas por el movimiento feminista y las actuales luchas de distintos movimientos sociales han contribuido a superar el rol decorativo y relegado atribuido a las mujeres. Por un lado, se ha relativizado la histórica banalización y ridiculización de las mujeres en terrenos considerados “de machos” como es el conocimiento del fútbol, para también enfrentar los mecanismos de invisibilización y cosificación como objeto de miradas masculinas a las que son sometidas en algunos medios. Sin embargo, estas tensiones han reforzado la dicotomía hegemónica de estereotipos femeninos y masculinos.
¿La lucha es por adentro o por afuera? ¿Hay que seguir disputando los espacios? Si bien hoy nos encontramos con un panorama más alentador, con más mujeres –tales como las ya reconocidas periodistas Ángela Lerena, Verónica Brunati, Alina Moine y Luciana Rubinska– ocupando lugares antes impensados en los medios de comunicación, que nos hacen romper con ciertos estereotipos, muchas siguen estando excluidas como narradoras legítimas. En este sentido, Feminista Mundial es una especie de asamblea futbolera diversa y colectiva para ver más allá, que refleja que estamos superando algunas cuestiones, por ejemplo, que el fútbol deja de ser un deporte que sólo algunos podían practicar y otros mirar, y que ahora no sólo se juega, sino que también se comenta y se relata por esos otros actores (antes) subalternos y marginados. En un contexto de espectacularización de la derrota ante los resultados de la selección de fútbol masculino, esta es una de las tantas batallas importantes de este sur global: seguir alentando los goles feministas, el empoderamiento colectivo y la autonomía de los cuerpos.