El obispado de Alcalá de Henares imparte los supuestos cursos. Para la diócesis dirigida por José Antonio Reig Pla, conocido predicador anti-gay, son cursos de “acogida y acompañamiento”.
Carlos Muro @muro_87
Miércoles 3 de abril de 2019 11:44
El escándalo ha sido destapado por el sitio eldiario.es. Un periodista de es ediario asistió a uno de estos “cursillos” el 21 de marzo en el Centro de Orientación Familiar Regina Familiae, perteneciente a la diócesis de Alcalá. Se presentó como un joven confuso con su orientación sexual.
Desde la primera sesión, una "terapeuta" no colegiada le planteó que la homosexualidad puede “repararse” mediante psicoterapia y asesoramiento pastoral. Para esta "terapeuta" a sueldo de la Iglesia Católica (de tus impuestos, por lo tanto) se llama “LGTBIfobia cognitiva”. Siglos de experiencia quemando personas no heterosexuales en la hoguera de la Inquisición se les han quedado en una terapia "cognitiva".
Esta doctrina anticientífica, discriminatoria y reaccionaria que se sustenta en argumentos como que “a lo largo del proceso de maduración personal ha habido relaciones, hechos, ausencias, sufrimientos, traumas… que han producido heridas en nuestro ser. Habrá complejos, carencias y experiencias que te han hecho estar buscando y comparándote con otros chicos”.
Una segunda cita del periodista, que se había fijado para el 23 de abril, no llegó a producirse. De todos modos, el obispado envío por correo electrónico lecturas homofóbicas al joven “confuso” para “orientarle” contra la homosexualidad.
Uno de los documentos del curso sostiene que “la mentira gay y la desinformación sobre este tema está llevando a muchos adolescentes y jóvenes a pensar que han de aceptarse y por lo tanto, se les está condenando a una vida de sufrimiento, de mentira, de degradación y de muerte. En lugar de ayudarles a descubrir y madurar su verdadera identidad, la masculinidad, se les condena a vivir una falsa identidad”.
Para la iglesia católica la homosexualidad ni siquiera existe. Por ello en los materiales del obispado de Alcalá de Henares: “si la Mentira/Manipulación Gay no hubiera inundado todos los rincones de nuestro mundo y por el contrario fuéramos capaces de responder con prontitud y verdad a esta llamada del corazón de los adolescentes, sería muy sencillo y rápido madurar la personalidad y la masculinidad y superar la atracción hacia el mismo sexo”. Un gran consejo de la mayor organización de personas supuestamente célibes del mundo, que el pasado fin de semana reafirmaba a través del Papa Francisco que la homosexualidad se podía curar.
Uno de los reaccionarios vídeos que se utilizan en los cursillos del obispado de Alcalá de Henares. Observemos la maquetación, directamente sacado de los años dorados de Windows 95, completando ese aroma a caspa del vídeo.
La ley prohíbe este tipo de actividades y sesiones. En la Comunidad de Madrid quienes las imparten pueden enfrentarse a multas de más de 45.000 euros, según el artículo 70.4.c de la Ley de Protección Integral contra la LGTBfobia de la Comunidad. El obispado le confirmó por escrito a eldiario.es que el centro es suyo y que se hacen las terapias, aunque dice que no son "terapias reparativas" y sino de formación "educativo-sexual (educación en el amor)"(sic). También se calificaban de "terapias reparativas" el uso de electroshocks y lobotomías que se practicaron para curar la homosexualidad en psiquiátricos españoles hasta mediados de los 70.
Que la ley recoja la condena de estas prácticas no implica la erradicación de la opresión LGBTIfóbica, ni que este tipo de cursos retrógrados se sigan realizando. Menos aún en un régimen político que no ha separado los asuntos de la Iglesia del Estado.
La exigencia de que los asuntos religiosos, incluida su moral conservadora, se mantengan en el ámbito de lo privado es absolutamente necesaria para quienes defendemos la libertad de expresión y el fin de la represión sexual e ideológica. Para ello es indispensable la separación total de la Iglesia de del Estado, ya que cuenta con, entre otros privilegios, más de un tercio de los centros educativos del Estado Español o millonarias subvenciones. Es decir que los mismos “cursillos anti gay” son en última instancia pagados por el mismo Estado del dinero que desaparece de tu beca o tu pensión.
Por ello es necesario no solo la separación de la iglesia y el Estado en todos los ámbitos e instituciones sino una verdadera educación sexual que brilla por su ausencia o es prácticamente testimonial en los centros educativos e impartida bajo patrones heteronormativos y religiosos.
Carlos Muro
Nació en la Zaragoza en 1987. Es estudiante de Historia en la UNIZAR. Escribe en Izquierda Diario y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.