Durante las últimas semanas luego de la vuelta a clases y terminada la flexibilidad de la jornada escolar completa, los contagios han aumentado de forma considerable, como era de esperar que ocurriese, por estas medidas y fracaso de la trazabilidad. Por ejemplo, hasta el día lunes había 25 colegios en cuarentena en la región de Antofagasta (en las ciudades de Antofagasta, Tocopilla, Mejillones y Calama), durante la jornada del martes bajaron a 14, lo que es una cifra bastante alta. Se debe considerar que los contagios detectados están por debajo de los casos reales, en especial en las escuelas y liceos más vulnerables, donde, los apoderados no tienen con quien dejar a sus hijos y no cuentan con los tiempos para llevarlos a hacerse un PCR.
Viernes 12 de agosto de 2022
Como trabajadores de la educación, creemos que la salud de toda la comunidad educativa es fundamental. Además, jardines, escuelas y liceos no pueden seguir siendo foco de contagios, y para lograr que el derecho a la educación y a la salud sean compatibles se requiere de medidas urgentes, para controlar esta profunda crisis, que hasta ahora no han tomado ni Piñera ni Boric.
En base a lo observado en distintos establecimientos, es que proponemos las siguientes medidas de urgencia que enfrentan a las necesidades que fueron expresadas en la última movilización por la educación pública en Antofagasta.
Son propuestas que permiten enfrentar la actual crisis sanitaria y al mismo tiempo mejorar las condiciones educativas.
1- Es urgente implementar un protocolo de testeos masivos y mejoras en la trazabilidad en el conjunto de los establecimientos educativos, que permita tener un panorama general de los casos activos. Hoy esto depende de las posibilidades de cada familia, lo que es muy desigual, por las diversas realidades, que los resultados respecto al número de contagiados sean entregados de forma transparente para tomar las medidas necesarias.
2- Flexibilidad de la jornada, es fundamental poner fin a las largas jornadas que aumentan la probabilidad de contagio y afectan la salud mental de la comunidad educativa, se debe volver a una jornada flexible evitando perjudicar el almuerzo de las y los estudiantes.
3- Disminución de estudiantes por curso, hoy las salas están hacinadas debe existir un aforo que permita disminuir los contagios, pero además esto va directamente en beneficio de las y los estudiantes y profesores ya que permite una mejor dedicación a su educación, Chile tiene uno de los indicadores más altos de alumnos por curso en los países miembros de la OCDE, con un promedio de 31 estudiantes desde 1° a 6° básico y 30 de 7° a 8° en el mismo nivel. Lo que hoy es insostenible.
4- Un plan de infraestructura, para lograr descongestionar el hacinamiento en los establecimientos educativos, ampliación de casinos, espacios de enfermería, salas y espacios de recreación abiertos.
5- Contratación de trabajadores, ampliar la planta docente, pero en especial psicosocial, para enfrentar los problemas de salud mental, asegurar la dedicación a las y los estudiantes que estén en cuarentena, también de quienes puedan cubrir a trabajadores de la educación en caso de contagio.
6- Implementación tecnológica, los establecimientos no están preparados para atender a los estudiantes que deban estar de forma online, ya se vivió durante la cuarentena y también en los experimentos de clases híbridas.
Muchas de estas demandas no son nuevas, fueron parte de las demandas durante el paro educativo en Antofagasta. En donde se pidieron plazos y no se han cumplido, en donde la crisis sanitaria aumenta y no hay soluciones por parte del sostenedor, ni del gobierno, por eso es urgente retomar el camino de la organización de trabajadores de la educación con la comunidad educativa, para enfrentar esta situación.
El colegio de Profesores comunal Antofagasta, brilla por su ausencia, y a nivel nacional, recientemente plantearon un estado de alerta por el rechazo a la suspensión de la evaluación docente, alerta con centro en hacer lobby parlamentario, y no en la organización de las y los profesores, y dejando afuera estos graves problemas de la educación en pandemia, claro que es necesario terminar con la evaluación docente, es urgente que tanto el SIPPE (sindicato de profesores y profesionales de la educación) como el Colegio de profesores, impulsen asambleas para debatir un plan de acción ante esta crisis.