Entre el 21 de febrero y el 11 de marzo, un centenar de personas participaron del taller “Crisis ecológica: una mirada desde el marxismo”, en las ciudades de Neuquén y Fiske Menuco (Gral. Roca). Entrevistamos a Laura Santillan y Esteban Martine, coordinadores de los encuentros y referentes del Frente de Izquierda.
Sábado 19 de marzo de 2022
¿Por qué una actividad así en este momento?
Esteban: Nos pareció oportuno, por varias razones. Primero, porque cada vez son más evidentes las consecuencias de la crisis climática y ecológica. En todo el mundo vemos con más frecuencia eventos meteorológicos extremos, como las fuertes tormentas que redundan en inundaciones, o las sequías que facilitan los incendios forestales. Mientras hacíamos el taller, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicó la segunda parte de su sexto informe. El informe enumera muchas de las consecuencias del calentamiento global, que ya son irreversibles. Pero además plantea que con las políticas actuales de los gobiernos, las emisiones de gases de efecto invernadero provocarían un aumento de la temperatura de entre 2,6 y 2,7°C hacia fin de siglo. Es un escenario mucho peor al máximo de 1,5°C fijado en el Acuerdo de París. Lo cierto es que los gobiernos imperialistas y las multinacionales más poderosas se reúnen desde hace décadas en las COP, pero la lógica de acumulación del capital es responsable de que las emisiones, lejos de caer, sigan subiendo cada año, llevando a la humanidad y al planeta a escenarios catastróficos si no logramos activar un freno de emergencia antes.
Laura: En todo el mundo desde hace 3 o 4 años la lucha contra el cambio climático y en defensa del ambiente empezó a ser cada vez más masiva. Millones de jóvenes salieron a las calles a movilizarse en las huelgas climáticas, diciendo que “no hay planeta B”, y que hay que “cambiar el sistema, no el clima”. En Argentina también vivimos hitos muy importantes en la lucha ambiental, que lograron frenar planes extractivistas de los gobiernos provinciales y nacional. En Mendoza a fines de 2019 y en Chubut a fines de 2021, con miles en las calles en defensa del agua se le paró la mano a la megaminería. En Chubut se dio algo novedoso que es que participaron los grandes sindicatos, no solo estatales sino también privados del puerto. Hoy la crisis de la deuda externa y el acuerdo con el FMI es aprovechado por las multinacionales, la burguesía local y los gobiernos del Frente de Todos y la oposición de derecha para avanzar en una ofensiva que amplíe la frontera del agronegocio, la explotación petrolera en el mar, la megaminería y la industrialización animal. En eso no hay grieta. Nos tenemos que preparar porque el pago de la deuda va a implicar, además de ajuste, reventar el ambiente con más saqueo.
¿Cuando hablan de “crítica ecológica marxista”, a qué se refieren?
L: Para entender la naturaleza de la crisis ecológica hay que entender la naturaleza del capitalismo. Algunos críticos del marxismo plantean que Marx no tiene ningún aporte que hacer a la ecología, adjudicándole ser “productivista”, “antropocentrista” o “prometeico”, en una tergiversación de su producción teórica. Eso es una caricatura lejos del verdadero pensamiento del revolucionario, como pudimos ver en el taller En algunos casos se le pone la etiqueta de “hijo de la modernidad”, de sostener un “dualismo ontológico” que concibe a la humanidad separada de la naturaleza, y con eso se niegan aportes muy valiosos del propio Marx. Por el contrario, hay un recorrido del pensamiento de Marx, que inicia en su juventud, que desde una concepción materialista ubica a la humanidad como parte misma de la naturaleza. En los Manuscritos Económicos Filosóficos (1844) plantea una relación entre la alienación en el trabajo asalariado y la alienación en la que los seres humanos se encuentran en relación a la naturaleza.
E: Desde ya que Marx no vivió esta etapa del capitalismo, ni la gravedad de la crisis climática y ecológica actual. Pero en su obra hay aportes muy interesantes para pensar esta crisis. En el taller tomamos como referencia el libro “La Ecología de Marx” de John Bellamy Foster, que está a punto de ser publicado por Ediciones IPS. Hay un concepto central de Marx, que el autor lo plantea como una teoría, que es el de la “fractura metabólica”. Marx usa la idea de metabolismo para explicar el proceso de trabajo que tiene lugar entre la sociedad y la naturaleza. En su crítica a la agricultura capitalista, plantea que produce hay una “fractura irreparable” en ese metabolismo. Los nutrientes extraídos al suelo y consumidos en forma de alimentos y ropa, dice Marx, no son devueltos a la tierra, sino convertidos en desechos en las ciudades. Y esta dinámica es llevada más allá de las fronteras nacionales (con el saqueo del guano para mantener la fertilidad del suelo inglés y yanqui). Esta idea de fractura metabólica es utilizada hoy por distintos autores para explicar la perturbación de ciclos naturales. Sin ir más lejos, el caso del carbono: el capitalismo por un lado emite más CO2 a la atmósfera, y por el otro destruye los ecosistemas que pueden absorberlo, que actúan como “sumideros” de carbono.
L: La crítica ecológica marxista, claramente de otra época en la que no existía el riesgo del colapso ecológico actual, ya advertía sobre los límites del desarrollo capitalista que como sistema tiende a destruir sus dos fuentes de riqueza: la clase trabajadora y la naturaleza. También hay en Marx una idea de sostenibilidad en relación al uso del suelo que seguramente es muy poco conocida.
¿Qué conclusiones dejó el taller?
L: Quienes participaron nos comentaban la necesidad de seguir profundizando sobre los debates. Se nota que hay mucho interés. Participaron muchas y muchos jóvenes, estudiantes secundarios, universitarios y terciarios, docentes, obreras y obreros, y también referentes de asambleas ambientales de la zona. Algunos propusieron seguir debatiendo en un cuarto encuentro. También destacaron que en los ámbitos académicos no son conocidos los fragmentos de la obra de Marx alrededor de los que debatimos. En el último encuentro hubo debates muy interesantes alrededor del negacionismo, el capitalismo verde, la idea de Green New Deal, y concepciones como las que plantean la necesidad de un decrecimiento.
E: Tratamos de pensar estratégicamente, desde una perspectiva anticapitalista y socialista. Porque no hay salida posible confiando en la misma clase social que nos trajo hasta acá. Volviendo a los aportes de Marx, sólo en una sociedad sin clases, en una sociedad de “productores libres asociados”, va a ser posible regular racionalmente el metabolismo entre la sociedad y la naturaleza. Por eso rescatamos algunas experiencias recientes (como la lucha de Chubut, el caso de la refinería de Total en París, o la gestión obrera de Madygraf en el Gran Buenos Aires), en las que las luchas ambientales confluyen con sectores de la clase trabajadora organizada con sus métodos, que para nosotros sigue teniendo un potencial estratégico para enfrentar a los capitalistas y su estado. Mientras acompañamos e impulsamos la más amplia unidad de acción contra el accionar antiecológico de empresas y Estados, entre movimientos campesinos e indígenas, feministas, organizaciones estudiantiles, nos proponemos como una tarea fundamental luchar para que las organizaciones de la clase trabajadora tomen en sus manos los problemas ambientales. Y para que en el movimiento ambiental emerja un ala que busque conscientemente aliarse con la clase social que no solo puede paralizar la producción, sino convertirla en una relación no predatoria con la naturaleza.
¿Cómo se proponen seguir después del taller?
L: A todas y todos los que se quieren organizar para defender el ambiente, les estamos proponiendo hacer una experiencia en común, tanto acá como en todo el país, para construir entre militantes del PTS y compañeras y compañeros independientes que bancan al Frente de Izquierda Unidad, la agrupación Alerta Roja. Una agrupación independiente del gobierno actual y de la oposición de derecha, que no tienen grieta a la hora del extractivismo. Y que enfrente las “falsas soluciones” que nos ofrecen. En todos lados venimos siendo parte de las luchas ambientales, y nos parece fundamental que emerja con fuerza una voz anticapitalista y socialista al interior del ambientalismo. Este taller que hicimos acá y están haciendo compañeras y compañeros en distintas partes del país, nos deja muchas herramientas en ese camino. También estamos impulsando grupos de estudio en ambas provincias para investigar distintos problemas ambientales, a los que invitamos a quienes quieran sumarse.