En plena pandemia internacional se están cuestionando más que nunca unos presupuestos militares que no dejan de creer a nivel mundial, al mismo tiempo que se ha puesto de manifiesto la falta de recursos e infraestructuras sanitarias básicas.
Martes 21 de abril de 2020
¿Cuánto cuesta un tanque, un avión de combate o una fragata militar? Millones y millones de euros. Esto es lo que denuncian estos días organismos como el International Peace Bureau (IPB), que ha señalado como en las últimas décadas el gasto militar mundial lejos de descender aumenta; de hecho, es un 50% más alto que al final de la Guerra Fría. Esto supone un gasto anual de 1,8 billones de dólares al año, de los cuales 963 mil millones es realizado por miembros de la OTAN, el 53% del gasto militar global.
El negocio de la guerra es uno de los más antiguos que existe y ni siquiera en plena pandemia mundial va a ser cuestionado por los capitalistas y sus gobiernos imperialistas. En el caso del Estado español, se gastan al año en torno a 18.000 millones de euros en presupuesto militar. Sólo en las misiones imperialistas en el extranjero ya se invierten 800 millones, el doble de lo que se ha invertido en el gasto de material sanitario contra el coronavirus, para hacernos una idea.
[La IPB aporta datos en este sentido que son muy significativos. Tanques como el modelo Leopard 2E que tiene el Ejército de Tierra del Estado español cuestan 11 millones de dólares, recursos con los que se podrían adquirir 440 respiradores –a un precio de 25 mil dólares cada uno–. Cada disparo de este tanque implica un gasto de 3.200 dólares equivalente al coste de 90 tests Covid-19 al precio que se manejan en EEUU. Sólo el mantenimiento anual de un Leopard supone 5.000 dólares cuando el mantenimiento de una cama de hospital se sitúa entre 5.000 y 10.000 dólares.
Misiles como el Trident II cuestan 31 millones de euros a los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido, con lo que se podrían comprar de 17 millones de mascarillas a un precio de 1,82 dólares cada una. Un caza como el F-35 cuesta 89 millones de dólares por unidad, lo mismo que el mantenimiento anual aproximado de 3.244 camas de UCI. Una fragata militar clase Fremm 936 millones, o lo que es lo mismo, 10.662 médicos de medicina general con el sueldo medio anual de 87.791 dólares que recoge la OCDE.
Denunciar esta situación es fundamental porque pone de manifiesto cómo, bajo la lógica del sistema capitalista global, se dilapidan billones en armas al tiempo que miles de millones de personas no tienen cubiertas las necesidades más básicas y menos todavía en plena pandemia. Así, la “biopolítica” o gestión política de la vida, se convierte bajo el capitalismo en “necropolítica”, donde se priorizan los intereses económicos y militaristas a costa de la salud y de las vidas de millones. El Gobierno de Sánchez e Iglesias podrá autodenominarse como “progresista”, pero no es más que cómplice de esta situación, el militarismo imperialista con “rostro humano”.
