La semana pasada la gestión hizo una publicación donde festejan el funcionamiento de la virtualidad, tras un año en el que miles de estudiantes desertaron de la universidad y la precarización golpea más duro que nunca a la juventud. Desde En Clave Roja abrimos un debate necesario frente a la posición de nuestra universidad.
Lunes 1ro de febrero de 2021 20:01
El año empezó con una incipiente campaña de vacunación por parte del gobierno, sin embargo, los principales problemas en la educación no tienen ninguna respuesta. En 2020 hubo un 70% de deserción estudiantil a nivel nacional y pérdida de 12,6 puntos por detrás de la inflación del salario docente cayendo en la precarización por parte del estado. Esto, sumado a las complicaciones de la situación sanitaria a nivel mundial, hacen evidente que la vuelta a clases presenciales es un debate que no puede, ni debe ser tomado a la ligera.
¿Qué dice la gestión de la UnLa?
Frente a esto nuestra universidad no se encuentra exenta, esta semana dio a conocer su posición frente al debate en una publicación realizada en la página institucional. Allí plantean varios puntos que evidencian contradicciones y no traen a consideración una gran serie de problemáticas que se acarrean desde el año pasado.
Se hace una amplia mención a la “justicia social”, a la “comunidad” y el compromiso universitario con la misma. Sin embargo, en ningún momento se pone sobre la mesa el problema de la deserción estudiantil que durante actualmente ronda el 40%. Mismo, de la gran dificultad que presenta la virtualidad para muchos estudiantes que se ven sin los medios para poder mantener una cursada de esta manera. Estudiantes que a la par, ven sus condiciones de vida cada vez más golpeadas por los impactos de la pandemia en una juventud mayormente con trabajos precarizados, alcanzando un índice del 70% de jóvenes trabajando de forma precarizada.
Ante estas problemáticas el gobierno de Alberto Fernandez no realizó ningún plan real de contención y tampoco se encuentra en vistas de hacerlo. Esto se evidencia en cuestiones como el final de la IFE, el recorte a los jubilados y la AUH, aumento de tarifas y recortes en sectores como la educación y salariales.Recortes aprobados con el presupuesto 2021, en el cual se aseguró honrar los compromisos monetarios con acreedores extranjeros por sobre cualquier necesidad de las grandes mayorías.
Una problemática que no solo implica a las universidades y el rol que podrían jugar
Todo esto que desarrollamos se encuentra en una situación nacional frente a la que las universidades vienen tomando un rol mínimo al que podrían llegar a jugar. Frente al avance del virus, la universidad podría aportar con la preparación de elementos de higiene y seguridad (como son el alcohol en gel o barbijos y mascarillas, como planteamos desde principio de la pandemia) o con el relevamiento social de las situaciones de miles en el conurbano, por ejemplo.
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Acompañando esto, la gestión tampoco han decidido tomar ningún rol frente a grandes problemas de “Justicia social” como ha sido el conflicto de Guernica (donde, a 3 meses del desalojo, siguen esperando que Axel Kicillof cumpla con los plazos establecidos para la entrega de lotes y subsidios) o actualmente el de los trabajadores aeronáuticos que ven miles de puestos de trabajo en riesgo por la desidia patronal y que no han recibido por parte del gobierno ninguna respuesta positiva.
Desde En Clave Roja, como venimos expresando y hemos remarcado entre censura y amedrentamientos durante nuestras intervenciones en el consejo superior, creemos que el presente debate no puede resolverse sino es con la participación democrática de todos quienes conformamos este espacio universitario. Donde tanto estudiantes como trabajadores docentes y no docentes podamos expresar nuestras opiniones al respecto y formular propuestas reales que nazcan desde las bases de la universidad. Para dar respuesta a estas problemáticas, que golpean fuertemente a las grandes mayorías de las que somos parte los hijos de trabajadores. Somos la primer generación que tiene acceso a la educación universitaria y no queremos ser la última.