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Red Internacional
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Una ceremonia deslumbrante para ocultar el negocio capitalista y depredador de la Copa América de vela

Este jueves tuvo lugar la ceremonia inaugural de la Copa América de vela Louis Vuitton… ¡dos meses después de haberse iniciado la competición! Un espectáculo de luces y colores acorde al poco interés que genera el mismo torneo, y que sirve para tratar de lavarle la cara y disimular las sospechas de corrupción y el afán de amasar millones en beneficios a cambio de profundizar en un modelo de ciudad basado en el turismo depredador.

Viernes 11 de octubre de 2024

Una estructura gigantesca con más de diez pantallas situada en el espigón del Mar Bella, decenas de veleros de diferente eslora en la playa del Bogatell como escenario principal, todo uno sin fin de efectos visuales, luces y conciertos que fueron desde el litoral hasta la Torre Glorias y acabando a la Sagrada Familia. Y, por supuesto, un millar de drones como plato fuerte de la ceremonia inaugural de la Copa América realizada este jueves en Barcelona.

Un espectáculo que, más allá de su gran puesta en escena en el plan artístico, ha costado 2,5 millones de euros de las arcas públicas. 62.500 euros el minuto para una inauguración de una competición que, en primer lugar, no ha tenido ni mucho menos el seguimiento deportivo que los organizadores han comunicado. Y, en segundo lugar, un torneo en el cual lo que verdaderamente prima es generar beneficios millonarios para el lobby turístico y habitacional, entre otros. Auténtico motivo por el cual las corporaciones municipales de las grandes ciudades del planeta se disputan ser su anfitrión.

De hecho, en ambos sentidos, la plataforma “No a la Copa América”, de la que forman parte un centenar de entidades sociales, consideraba esta semana que la ceremonia inaugural es una "justificación simbólica que esconde la constatación del fracaso de que la regata no ha interesado nadie". La plataforma ha denunciado también que se trata de "el enésimo intento de utilizar la cortina de humo de los grandes acontecimientos para seguir haciendo rodar la máquina del modelo turístico".

La plataforma No a la Copa América hizo pública este jueves la presentación de una denuncia a la Oficina Antifraude contra las presuntas irregularidades de la celebración de la 37ª edición de la Copa América. Para empezar, la licitación de la ceremonia de inauguración se ha hecho con un jurado designado "a dedo y con altos cargos municipales", junto con empresas con vínculos con el propio PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, según informan desde la plataforma.

Antifraude tendrá que esclarecer también si se han producido conductas inapropiadas entre instituciones y la Fundación Barcelona Capital Náutica, el organismo público privado encargado de gestionar la mayor parte de la inversión porque se pueda llevar a cabo la regata y todo el concerniente a ella. Por otro lado, también se espera que se pueda poner en evidencia del volumen de inversión pública que las administraciones catalanas y españolas han hecho entrega a la Copa, dado que ya se habría doblado las previsiones iniciales, llegando a los 80 millones de euros, mientras que la inversión privada continúa siendo opaca.

Pero ¿quién forma parte de la Fundación Barcelona Capital Náutica? Aparte de las principales administraciones como el Estado, la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación de Barcelona y el Puerto de Barcelona, están también la Cámara de Comercio y el Consorcio de Turismo, además del lobby empresarial Barcelona Global. Un lobby que está conformado por grandes compañías como Telefónica, Agbar, el Grupo Godó, Abertis, Damm, Agrolimen y las entidades bancarias de CaixaBank y Banco Sabadell, nada más y nada menos.

Las instituciones y en concreto el Ayuntamiento del alcalde Collboni no está haciendo otra cosa que perpetuar la marca Barcelona, ahora bajo el eufemismo de Plan Asea, multiplicando los intereses y beneficios de los grandes capitalistas, mientras expulsa los vecinos de toda la vida de sus barrios con la gentrificación y el aumento de pisos turísticos y decenas de familias vulnerables son desahuciadas cada semana.

En definitiva, un modelo de ciudad basado en el turismo de crucero agresivo y depredador al servicio de inmobiliarias, fondos buitre y especuladores, y que desde hace décadas ha convertido Barcelona en un parque temático. Un modelo que también han gestionado desde el reformismo de los Comunes, a pesar de que Ada Colau intentara sacarse parte de la responsabilidad política de la disputa de la Copa América en las últimas semanas. De hecho, fue durante los ocho años de mandato de Barcelona en común y Ada Colau que se profundizaron, al hacer de Barcelona una de las capitales mundiales de los mega acontecimientos capitalistas, poniendo como ejemplo el crecimiento del Mobile World Congress.

Y no olvidemos el resto de los partidos institucionales, como es el caso de Junts, el cual hace casi un mes votaba en contra de la proposición de ley para regular los alquileres de temporada y de habitaciones, junto con la derecha y extrema derecha del PP y Vox. Una iniciativa que pretendía combatir el uso abusivo de estos tipos de contratos y evitar que los grandes propietarios burlaran el tope de precios del alquiler.

Es que algunos de los que tienen responsabilidades en el sector inmobiliario han pasado también por lugares de poder en consellerías de la Generalitat o a nivel local con el partido de Carles Puigdemont. Y es que como ha quedado muy ilustrado, las puertas giratorias están muy engrasadas cuando se trata de multiplicar beneficios.