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Red Internacional
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Jujuy. Una cuestión estratégica en los ingenios: la unidad de los obreros de fábrica y campo

Tanto en el Ingenio La Esperanza como en Ledesma S.A.A.I., los jóvenes trabajadores del campo vienen iniciando procesos de escisión de los grandes sindicatos únicos de empresa y avanzando en la simple inscripción como pequeños gremios del sector azucarero del campo.

Miguel López

Miguel López Diputado provincial PTS-FITU Libertador Gral. San Martín-Ledesma

Sábado 20 de septiembre de 2014

Esta reacción de los trabajadores del campo surge porque las nuevas direcciones enroladas en la CTA opositora, que recuperaron los sindicatos azucareros desde el 2009 en adelante, no vienen poniendo en el centro de las reivindicaciones la lucha contra la precarización laboral que azota sobre todo a los trabajadores del campo. Ya que, en su tregua con las patronales, evitan toda batalla que reivindique las condiciones laborales, como el fichaje, efectividad, insalubridad y categoría. Con los acuerdos salariales de las paritarias, que llevaron al salario de bolsillo de $ 6.400 a $ 8.800, y de $ 5.000 a $ 7.000 al básico, las comisiones directivas buscan evadir su responsabilidad en dar lucha por que se cumplan derechos inalienables en materia de condiciones laborales en los ingenios azucareros. Con esta ubicación de las direcciones gremiales, y la política de escisión de los delegados de sectores del campo, las patronales tienden a revertir la unidad de los obreros del campo y de la fábrica, que se había gestado al calor de las huelgas del despertar azucarero, que se desarrollan desde el 2009 al 2013, y dan pasos en lograr uno de sus cometidos históricos, la división del movimiento obrero. De ahí que la unidad obrera en los ingenios azucareros vuelve a plantearse como una cuestión estratégica, tanto para mantener lo ganado como para ir por todas las reivindicaciones que faltan conquistar, imponiéndoles la voluntad de los trabajadores a las patronales del sector y al Gobierno.

La Esperanza: una división generada por el Gobierno

La pelea de los “cuartas” o “ayudas” por el fichaje fue tomado como un eje en la campaña electoral de la lista Verde, pero rápidamente fue abandonado cuando esta se erigió en la dirección del SOEA-ILE. Es más, al poco tiempo, el apoyo de la Lista Verde a los jóvenes zafreros se convirtió en su contrario, cuando el dirigente Raúl Ortiz, ante los piquetes de portón y cortes de ruta protagonizados por los “cuartas”, negó la relación de dependencia de los jóvenes con el ingenio, presentó denuncia judicial y pidió la represión policial de la protesta. Luego de que la directiva le dé la espalda al reclamo y de que la administración de Roggio avanzara en la tercerización de los "cuartas", la gestión gubernamental de Jorge Neme negó el acta compromiso de pase a planta permanente de los "cuartas" que había sido conquistada en la lucha del 2011. Para desviar el proceso de lucha, el Gobierno terminó otorgando capacitaciones de forestación e impulsó el ingreso de los "cuartas" a la Policía, con el claro fin de ubicarlos por fuera de la producción azucarera y continuar negando su relación de dependencia con el Ingenio La Esperanza.

Ledesma: lucha dura, mala negociación y tendencias a la escisión

En Ingenio Ledesma S.A.A.I. ocurrió algo similar. Los jóvenes obreros tercerizados de campo de la finca El Talar dieron una lucha de tres meses por su reincorporación y por el fichaje como obreros temporarios del ingenio, hicieron piquetes de canchón, cortes de rutas y acampes frente a “La Rosadita” de los Blaquier. La directiva de Vargas, pese a que apoyó desde un primer momento esta lucha, nunca se jugó a que la pelea de los obreros talareños gane el apoyo de todos los obreros de Ledesma, tanto de la fábrica como de todo el campo. Ninguna asamblea azucarera tocó como punto principal la solidaridad con los tercerizados de El Talar, menos aún se realizaron paros por lo menos de algunas horas en su apoyo. Esto llevó a que la empresa se jugara a evitar toda negociación y a desgastar la protesta, aprovechando el punto inhóspito en el que se encuentra emplazada la finca El Talar y también la decisión de la directiva de no impulsar una huelga en todo el ingenio por los tercerizados despedidos.

La elección histórica de la Lista Gris, que cosechó 1.226 votos de un total de 2.035 votantes, fue un factor que llevó a que la administración del Ingenio Ledesma se dispusiera a negociar, pero lamentablemente se negociaron doce fichajes como temporarios, quince reingresos como tercerizados, quedando once activistas despedidos a los cuales se les otorgó una indemnización de cien mil pesos más promesas de un lote y de una vivienda para cada uno y de una bloquera industrial para todos. Así se configuró una derrota parcial, que podría haber sido una victoria si se hubiera aprovechado el batacazo electoral y las paritarias para fortalecer la lucha por la reincorporación de todos. El dinero de las indemnizaciones de los despedidos se acabó, las promesas de vivienda, lote y bloquera quedaron en promesas, los fichados fueron perseguidos por los supervisores y jefes de sección. Entonces, la bronca del sector estalló nuevamente, pero esta vez no se volcó contra la patronal, sino al contrario, la exigencia a la directiva se convirtió en una presión permanente para que esta absorbiera como trabajadores del sindicato a once de los despedidos y rentara a dirigentes del campo. Al chocar esta propuesta corporativa y con rasgos burocráticos con la posición de la directiva y de la base en la última asamblea que se celebró en el SOEAIL, dirigentes, delegados y activistas de la finca El Talar iniciaron el trámite de un nuevo sindicato de trabajadores de campo de Ledesma.

“Exigir asamblea para unir los reclamos y las luchas”

Sobre la necesidad de la unidad de las filas obreras en los sindicatos azucareros, Silvio “Chopper” Egüez, trabajador de la sección Trapiche de Ingenio La Esperanza y vocal del SOEA-ILE, opinó: “Los sindicatos deben tomar la demanda de trabajo genuino por la cual pelean los cuartas de La Esperanza o los changos de la finca El Talar. Porque las empresas, sea el Gobierno o la patronal de Blaquier los que administren los ingenios, quieren reducir personal despidiendo, suspendiendo y con jubilaciones anticipadas para producir lo mismo o más con menos obreros y embolsar más ganancias. En La Esperanza su plan es reducir el plantel de obreros de mil cuatrocientos a ochocientos. En Ledesma, con las máquinas plantadoras, que reemplazan cada una el trabajo de treinta personas, y las jubilaciones anticipadas de zafreros, también buscan achicar el personal.

Hay que exigirles a los dirigentes sindicales que se pongan a la cabeza de la pelea por el fichaje en los ingenios de los jóvenes hijos y familiares de obreros, porque las vacantes por jubilaciones anticipadas no se cubren. Faltan manos en La Esperanza, es mentira lo que dice esta gente del Gobierno. Las consecuencias de esta política de entregar el ingenio con menos obreros a los empresarios que vienen a administrar la zafra 2015 la pagamos los obreros, tanto los que quedamos adentro trabajando, que no damos abasto, como los jóvenes desocupados, que no encuentran trabajo y pasan hambre con sus familias.

Por lo tanto, tenemos que unirnos, los obreros que venimos haciendo paros por la efectividad y por categoría con los cuartas, que luchan desde hace tiempo por el fichaje como temporarios de los ingenios. Porque no es justo que esta gente, empresarios y Gobierno, no respete nuestros derechos, que en el campo no rija la ley de contrato de trabajo, que justifiquen la explotación de nuestros hermanos con la ley de trabajo agrario de la dictadura de Videla y Martínez de Hoz. Hay que exigir asambleas a las directivas para unir las luchas. Tenemos que hacer un petitorio que levante todas nuestras necesidades. El fichaje como temporarios de los tercerizados y de los cuartas, trabajo para los hijos de los trabajadores, la categoría, la efectividad, las seis horas por insalubridad, sin baja del actual salario, el fin del turno relevante, que no permite que los compañeros tengan franco compensatorio, sábado inglés y descanso dominical, son parte del petitorio que tenemos que votar en las asambleas. No podemos luchar por separado frente a patronales como Blaquier y el Gobierno, menos aún dividir fuerzas armando sindicatos paralelos, porque así debilitamos la lucha. Si hay diferencias, discutamos en las asambleas, pero dividir en dos gremios es hacerle el juego a Blaquier, a Cristina Kirchner y a Fellner, de la misma forma que lo hacen Vargas y Ortiz al no adherir a los paros nacionales para evitar choques con las administraciones patronales. Hoy más que nunca necesitamos asamblea, pliego único de reclamos y plan de lucha para golpear con un solo puño y arrancarles a los patrones todos nuestros derechos”.