A pesar de la ofensiva neoliberal y las dificultades económicas, la fábrica recuperada de la zona norte del Gran Buenos Aires celebra 10 años de resistencia y producción. Cómo la gestión obrera se enfrenta a los embates del capitalismo y sigue siendo un baluarte de lucha por otro futuro, por una vida que merezca ser vivida.
Lunes 12 de agosto 18:51
La actual ofensiva del gobierno de Milei, a través de la Ley Ómnibus, hace mella sobre los trabajadores y los sectores populares, castigados anteriormente por el gobierno de Alberto y Cristina. Una creciente carestía de vida que no da tregua como si se la dan las centrales sindicales. Tarifazos, inflación en alimentos, precarización laboral, desempleo y la miseria que crece y muestra su lado más terrible con las muertes de quienes viven en situación de calle durante este crudo invierno. Además, se muestra en la falta de tratamientos para quienes la crueldad libertaria "no merece" una oportunidad oncológica.
Esto no sucede solo en Argentina. Bangladesh nos hermana no solo en la pasión futbolera, sino también en la brutalidad capitalista. Haití, Venezuela, Bolivia y Angola hacen visibles hambrunas indignantes en un mundo donde un pequeño puñado de multimillonarios poseen la riqueza de medio planeta. Ni hablar de la beligerancia que se cobra miles de vidas con bombas de exterminio como en Gaza y Ucrania.
Las recetas reformistas para estas catástrofes no hacen otra cosa que darle sobrevida a un sistema que ofrece un futuro de miseria y destrucción para la especie humana, con su cambio climático que no es más que calentamiento global de un planeta que no soporta mucho más.
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Sin embargo, las rebeliones de los pueblos, las luchas obreras, las manifestaciones ambientales, la heroicidad en esas luchas constantes y esa comunión de fuerzas son una bofetada a los discursos dominantes: el de la meritocracia individualista y el de la resignación y el escepticismo.
Huellas de un futuro
Cuando hace 10 años pusimos en pie nuestra gestión obrera lo hicimos con la convicción de que nadie se salva solo, de que unidos podíamos producir y resistir en medio de todo el ahogo que intentaron e intentan sobre nuestra gestión. Aquel 12 de Agosto del 2014 con el ingreso a la planta y la puesta en producción quedará marcado como el inicio de una nueva gesta obrera que demuestra la inutilidad capitalista y la creatividad obrera. ¿Cuántas veces se han contado ya las luchas, la solidaridad, el trabajo colectivo de esta gráfica? ¿Cuántas imágenes ya se vieron de la combatividad, de la unidad con todos los sectores en lucha y la comunidad? Dos películas y un próximo libro que saldrá en unos días recorren no 10, sino muchos más años que muestran también las luchas y organización previa a la gestión obrera.
Las batallas grises y cotidianas que hemos dado por forjar una conciencia obrera solidaria y de unidad, con valores que se alejen de los ofrecidos por la decadencia capitalista. Una conciencia que pueda mirar la vida con los ojos de las mujeres que luchan y crecen con sus hijos, que dejan la impronta en nuestra fábrica con una juegoteca, una bandera, un legado.
Además de gestionar una fábrica, poner nuestra producción al servicio de las necesidades sociales, gestionar energías para ser amigables con el medio ambiente, donar parte de nuestra producción a quienes necesitan y a quienes luchan, reconvertirnos para sostener más de 100 puestos de trabajo, estar en cada lucha, de poner las instalaciones para expresiones culturales de la juventud, de luchar por la expropiación y estatización bajo control obrero, queremos brindar este espacio para la organización de la única clase productora de la sociedad: los trabajadores y el pueblo pobre. Madygraf es una trinchera de lucha por otro futuro, por una vida que merezca ser vivida.
Nuestras puertas están abiertas para los obreros del neumático. Ellos enfrentan a uno de los hombres más ricos del país, el cual quiere flexibilizar aún más sus ya rotos cuerpos con un nuevo convenio, chantajeándolos con despidos y un preventivo de crisis, mientras invierte más de 400 millones de dólares en un parque eólico. Están abiertas para los trabajadores de la salud como los del Hospital Posadas, quienes con su lucha ya lograron 17 reincorporaciones. Y para las asambleas que han sido un ejemplo de lucha contra las leyes libertarias y que necesitan recuperar a los dos que faltan detenidos en las jornadas de junio. Estamos aquí para quienes desean organizarse lejos de los ojos de patronales y burócratas traidores de las centrales sindicales.
Los militantes del PTS de Madygraf saludamos a cada obrero y cada obrera que es parte de esta historia, a quienes hoy forma parte y también a quienes eligieron otro destino, pero aportaron a la misma. Lo hacemos con la convicción de que está pequeña escuela de planificación en una fábrica puede ser un ejemplo de que la planificación de la economía por parte de los trabajadores derribará las mezquindades y miserias de una economía de mercado, sea liberal o "progresista", y dará paso al verdadero reino de la libertad. ¡Salud Madygraf! 10 años de ocupar, resistir, producir y marcar las huellas de un futuro donde el colectivo supere la apropiación individual del fruto de nuestro trabajo. ¡Viva la gestión obrera!
