Historia y actualidad de un DT notable y protagonista de una gran campaña en Marsella
Miércoles 15 de octubre de 2014
Fotografía: Alejandro Vásquez Núñez
Cuando a mediados de 1990 José Yudica era reemplazado por un joven, nobel e ignoto entrenador de las divisiones inferiores del club en el banco de Newell’s Old Boys, nadie imaginaba la carrera y el recorrido profesional que éste realizaría. Quizás ni él mismo imaginó que veinticuatro años después estaría dirigiendo al Olympique marsellés de Francia después de un largo e importante itinerario…Por supuesto que estamos hablando de Marcelo Alberto Bielsa, apodado “el Loco”, tal vez por sus excentricidades, su franqueza y por ser generalmente ‘políticamente incorrecto’, pero quien es un director técnico que ya ha dejado una profunda marca futbolera y que se ha constituido como una referencia no sólo a nivel local sino por sobre todo internacional. Es que además ha forjado una escuela que ya tiene varios discípulos, entre ellos Gerardo Martino, el actual técnico de la selección argentina.
De alma leprosa y rojinegra, Bielsa tuvo un breve paso como jugador de primera división en el fútbol argentino como un “rústico defensor”. Cuando se hizo cargo de su amado NOB enseguida se destacó por su talento, su audacia ofensiva, y la obsesión por los detalles. Enseguida obtuvo el título del Apertura de 1990 (no reconocido oficialmente) el torneo de ’90-’91, y logró el Clausura de 1992. También ese año llegó a la final de la Copa Libertadores, donde cayó ante San Pablo de Brasil. De aquellos primeros tiempos del `90 data su frase de que “me cortaría un dedo por ganar el clásico rosarino…”. Su equipo al final le ganó 4 a 3 a Rosario Central y afortunadamente sus dedos permanecieron intactos…
Luego de un interesante paso por el Atlas y por el América de México, volvió al país para dirigir a Vélez Sarsfield, lugar en el que consiguió el Clausura de 1998. Más adelante es conocido su desembarco en la selección argentina –tras un fugaz paso por el Espanyol de Barcelona-, donde no tuvo un buen desempeño en el Mundial de 2002, pero sí se alzó con la medalla de oro en fútbol en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Más cercano en el tiempo es su paso como entrenador con gran suceso con la selección chilena en el Mundial de Sudáfrica 2010 y por el Athletic Club de Bilbao, España, sitio donde dejó un gran recuerdo. Ahora, en 2014, y después de un comienzo un poco complicado y de discusiones con el presidente del club, disfruta de la punta en soledad de la Ligue 1 francesa con su Olympique de Marsella, con una ventaja de cinco unidades sobre sus escoltas y perseguidores, y con 9 partidos disputados. Los elogios de la prensa deportiva gala, de todo su mundillo futbolístico y del público tampoco se hacen esperar.
Dueño de imprimirle un estilo y un método muy preciso a todos sus equipos (verticalidad, presión, posesión de la pelota y mucho vértigo y dinámica ofensiva), Marcelo Bielsa, de una personalidad singular y de firmes principios, y de caracterizarse por construir liderazgo futbolístico, ético y moral, dijo hace muy poco por qué en su opinión lo llamaban ”Loco”: "porque algunas respuestas que doy no coinciden con las que normalmente se dan. Es un apodo que está justificado y obedece a exageraciones de mi comportamiento". Una definición que lo pinta de cuerpo entero.