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Red Internacional
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Pensiones. Una marea de pensionistas pone en jaque al Gobierno

El sábado 17 más de un millón de personas recorrieron las calles en defensa del sistema público de pensiones. Junto al 8M, protestas contra el racismo institucional o conflictos obreros, vienen calentando una primavera que pone en jaque al Gobierno.

Lunes 19 de marzo de 2018

Cerca de 200 localidades acogieron movilizaciones masivas, especialmente en Bilbao, Madrid, Barcelona, Sevilla o Zaragoza. La generación del 68, la que enfrentó a la dictadura en las facultades, las fábricas, los barrios, la que padeció la represión brutal de los padres y abuelos de actuales ministros... volvió a tomar las calles desafiando la lluvia y la nieve, en defensa del sistema público de pensiones, un gran objetivo a desmantelar y privatizar por parte del régimen.

300.000 en Madrid, más de 150.000 en Barcelona, 115.000 en Bilbao, 50.000 en Zaragoza, 40.000 en Sevilla, 20.000 en Pamplona, 15.000 en ciudades como Vitoria o Valladolid, 10.000 en lugares como Murcia o Toledo, así sumamos convocatorias masivas en casi 200 pequeñas y grandes localidades en una jornada histórica.

Sirvieron de precedente las pasadas movilizaciones del 22 de febrero, en las que los pensiones rompieron la barrera policial frente al Congreso y llegaron a sus puertas en Madrid y reunieron a miles en varias ciudades.

Además, el llamamiento de la marea pensionista coincidió con manifestaciones convocadas contra la Ley Mordaza y la represión a nivel estatal -otro de los temas calientes que el Gobierno quiere acallar- cuyos organizadores hicieron coincidir las marchas en algunos lugares como Madrid. Un hecho importante que hace que se unifiquen dos de las principales peleas actuales contra el Gobierno y el Régimen.

En el gobierno de Rajoy han saltado todas las alarmas y no solo por una cuestión de votos, como se indica desde los grandes medios de comunicación. Sino también porque las pensiones son un problema estructural que pone encima de la mesa otras grandes cuestiones sociales como la precariedad laboral, el paro masivo, la corrupción desmesurada que ha dilapidado la hucha de las pensiones, o las prioridades del propio Estado, dejando ver claramente que antes que cualquier otra cosa está el pago de la deuda.

La lucha de los pensionistas despierta simpatías en amplios sectores de la clase trabajadora y el pueblo, porque son los abuelos de todos, los que lucharon hace 30 o 40 años y que ahora tienen que salir nuevamente a la calle para defender no solo lo suyo, sino el futuro de las nuevas generaciones. Han trabajado toda su vida y ahora no se resignan a ser tratados como descartables por el gobierno y por el sistema capitalista.

Del mismo modo la marea pensionista ha hecho un llamamiento directo a la juventud:“Se buscan jóvenes solidarios, comprometidos con su madres, padres, abuelas y abuelos. Que tengan el valor de defender su presente y su futuro. Se ofrece dignidad. Si estás interesado preséntate el 17 de marzo del 2018.” El movimiento de mujeres se sumó a esta última movilización, un hecho importante que puede aunar la enorme fuerza que demostraron las mujeres el pasado 8M con la marea pensionista que viene demostrando un coraje ejemplar.

El ataque al sistema de pensiones no se trata únicamente del mísero aumento del 0,25% anunciado por el PP (frente a la subida del 1,4% del IPC), sino que viene de lejos. En 2011 ya el PSOE se encargó de alargar la edad de jubilación hasta los 67 años y de aumentar los años de cotización mínimos para acceder a la pensión y también la cantidad de años para calcular lo cotizado.

Esto se tradujo en una pérdida brutal de poder adquisitivo de los pensionistas. Dos años más tarde, en 2013, el PP avanzó en el ataque al sistema de pensiones desvinculando el aumento de estas al IPC. Lo que permite que -como este año- las pensiones aumenten de manera ridícula.

Así mismo, aunque las mujeres representan el 51% del total de pensiones reconocidas, actualmente en el Estado español, en cuanto a la pensión de jubilación este porcentaje sólo llega al 37% para las mujeres. Y en cuanto a la cuantía, “Las pensiones medias en vigor que perciben las mujeres tienen una cuantía (725 euros) que es un 36% más baja que la de los hombres (1.147 euros). Esta misma diferencia se mantiene también en el caso de las pensiones de jubilación en vigor. Además, en el medio rural la pensión acaba siendo de media un 41,7% más baja.

La recuperación del sistema de pensiones y su sostenibilidad a largo plazo implica también la necesidad urgente de aumentar los salarios al nivel del costo de vida, terminar con el paro masivo, la precariedad laboral y los trabajos a tiempo parcial, al mismo tiempo que dejar de pagar la deuda externa. Por eso la lucha de los pensionistas es la lucha de toda la clase trabajadora.

A la rebeldía de los jubilados se suma la de la lucha contra la represión y la de las mujeres, sectores que vienen peleando en las calles y que junto con el movimiento democrático catalán vienen poniendo en cuestión aspectos principales del Régimen político. Se suman a la pelea experiencias de lucha en sectores precarizados de la clase trabajadora, como las huelgas de interinos en Andalucía o Euskadi o la próxima huelga de Amazon el 21 y 22 de marzo.

Ante la muerte de Mmame Mbage, un mantero perseguido en moto por la Policía y de Ousseynou Mbaye, muerto en las protestas desatadas en protestas por el asesinato del primero, la protesta de los inmigrantes y jóvenes que cada día son sometidos a violencia policial e institucional, se desató desde el pasado viernes en Madrid y con muestras de solidaridad en otras ciudades. La idea de unificar las luchas se hace más urgente todavía.

Una lucha que debe estar anclada en los centros de estudio, los barrios, pero sobre todo los centros de trabajo, imponiendo la convocatoria de una huelga general en todo el Estado como el punto de inicio de un plan de lucha contra el gobierno del PP para poder decidirlo todo.


Jorge Remacha

Nació en Zaragoza en 1996. Graduado en Historia en la Universidad de Zaragoza. Milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español y en la agrupación juvenil Contracorriente.