“Under the Same Sky... We Dream” (Bajo el mismo cielo, soñamos) es una instalación multimedia exhibida en Nueva York que invita a reflexionar sobre la dura situación de los niños migrantes.

La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Viernes 27 de abril de 2018
Las nubes surcan un cielo diáfano en la frontera entre México y Estados Unidos. Para ellas, al contrario de lo que pasa con los seres humanos, no hay fronteras. Imágenes que se proyectan en una pantalla que simula la frontera.
El interior helado de los centros de detención para niños migrantes, con una pobre imitación de “cobijas de aluminio”. Las colchonetas, gastadas y muy delgadas, miran hacia una pantalla recortada con la silueta de la frontera sur de Estados Unidos donde se proyectan 35 mil fotos del cielo.
De fondo, la voz grave y profunda de Magos Herrera, reconocida cantante de jazz mexicana radicada en Nueva York, canta las palabras de la fracasada Ley Dream, que hubiera dado alivio migratorio permanente a los jóvenes que fueron traídos a Estados Unidos en su niñez. Una ley que tenía el enorme límite de dejar en la indefensión a quienes llegaron a Estados Unidos como adultos.
La instalación multimedia -creada en el marco del Festival BRIC-PEN dedicado este año a reflexionar sobre las fronteras- está montada en el centro cultural BRIC, en el condado de Brooklyn. Se exhibirá al público del 26 de abril al 6 de mayo.
Esta obra de Harrsch y Herrera, ambas mexicanas radicadas en Estados Unidos, reflexiona sobre la difícil situación que enfrentan las niñas y los niños migrantes que llegan al norte del río Bravo.
“Desde hace mucho tengo una preocupación real por el tema de la migración y por las condiciones de los mexicanos indocumentados, y el punto de partida de esta pieza fueron las imágenes que surgieron en 2014 de los niños inmigrantes sin compañía en centros de detención”, declaró Harrsch en entrevista a Notimex.
Afirmó que el fracaso de las reformas migratorias en Estados Unidos se debe a los intereses de los centros de detención privados, que con contribuciones a las campañas de congresistas han frenado la posibilidad de una regularización migratoria.
“Los responsables de operar estos centros de detención con fines de lucro en Estados Unidos son corporaciones que se enriquecen con cada cuerpo. Cada niño, mujer y hombre que es detenido multiplica estos negocios multimillonarios”, denunció.
Consultada respecto a la obra instalada, Harrsch señaló “Trato de combinar realidades políticas y sociales en un mismo proyecto de una manera poética, filosófica y lúdica para que los espectadores tengan la oportunidad de acceder a las piezas desde el punto de vista de la experiencia”.
Y no se trata sólo de los niños que llegaron no acompañados a territorio estadounidense. Según The New York Times, desde octubre de 2017 más de setecientos niños fueron separados de sus padres, entre ellos más de cien menores de 4 años.
Duele, indigna, subleva el drama de los niños migrantes, cuya detención y/o separación de sus padres se ha vuelto un instrumento más de chantaje de la administración Trump para avanzar cada vez más en la precarización de las condiciones de vida y de trabajo de las y los migrantes en Estados Unidos.
Que se multipliquen las voces de un lado y otro del río Bravo contra el muro, la militarización, por plenos derechos para todas y todos los migrantes, y por el libre paso a través de los países de la región.