La multinacional española Unísono acaba de realizar un ERE que ha terminado afectando a 129 trabajadores y trabajadoras. El ERE fue firmado por el Comité de Empresa en el que CGT ostenta la mayoría. Duro debate dentro de CGT Telemarketing sobre el balance del conflicto.
Diego Lotito @diegolotito
Lunes 28 de agosto de 2017
Foto: CGT Telemarketing
Unísono es una de las empresas punteras del sector telecomunicaciones. Con más de 7000 trabajadores en el Estado español y filiales en Estados Unidos, Chile, Colombia y otros países, lleva encadenando 20 años de beneficios. Sólo el año pasado facturó más de 107 millones de euros. Estos números sin embargo esconden un largo historial de ERES y atropellos a sus empleados.
Los abultados beneficios de la compañía no impidieron que el pasado 28 de junio los trabajadores se enterasen por medio de sus representantes sindicales que la empresa pretendía, una vez más, implementar un ERE a 237 trabajadores de diversas campañas de la empresa, tanto con contratos fradudulentos de obra y servicio como con contratos indefinidos.
Ante esta situación el Comité de Empresa liderado por CGT se propuso enfrentar la ofensiva patronal. En un comunicado publicado a principios de julio los representantes sindicales de CGT en el Comité sostuvieron que iban a “defender los puestos de trabajo por encima de cualquier otra circunstancia”.
El 19 de julio, con 24 horas de antelación, se convocó a una huelga contra el ERE interpuesto por la patronal y a una concentración frente a la tienda de Vodafone (cliente de Unisono) en Sol. Al mismo tiempo, por presión de la distintos afiliados y afiliadas, la sección sindical de CGT convocó a una asamblea de trabajadores para evaluar la situación, mientras continuaban las negociaciones con la patronal.
En las sucesivas reuniones con el Comité de Empresa, en el cual tiene mayoría CGT, Unísono nunca ocultó que solo estaban dispuestos a retirar el ERE si los trabajadores aceptaban precarizar aún más sus condiciones laborales. El chantaje patronal incluía la pérdida del derecho a tener un turno fijo, que las vacaciones durante el verano sean programadas en función de las necesidades de la empresa, limitar el número de excedencias, y eliminar los contratos indefinidos a tiempo completo.
Una autentica extorsión por parte de la empresa, que de esta manera buscaba generar una situación de miedo y desmoralización en la plantilla para después negociar con mayor comodidad el ajuste. Es así que, finalmente, Unísono logró imponer un acuerdo negociado fundamentalmente con CGT, en su carácter de sindicato mayoritario en el Comité de empresa, por el cual 129 trabajadores y trabajadoras quedaron en la calle.
La firma del ERE
Los delegados de CGT en Unísono han calificado el acuerdo con la patronal casi como un éxito, haciendo hincapié en que los despidos que realizó la empresa han sido voluntarios, mientras que todos los trabajadores que querían conservar su puesto de trabajo pudieron hacerlo.
En un comunicado con el curioso título “ERE: nadie perderá su trabajo si quiere conservarlo”, la sección sindical de CGT Unísono en Madrid comunicó a los trabajadores que el 28 de julio se había llegado a “un acuerdo unánime” de toda la representación sindical con la empresa para que “sólo vean extinguidos sus contratos las personas que voluntariamente se han adscrito al mismo, con una indemnización de 22 días por año trabajado más una compensación lineal de 2000€ lo que supone en la casi totalidad de los casos que se supere la cantidad que hubieran percibido de ser declarado improcedente su despido”.
La firma del ERE es justificada por los representantes de CGT en el mismo comunicado diciendo nada pudieron hacer para que muchos trabajadores “se adscribieran voluntariamente al ERE”, mientras con dicho acuerdo “se ha salvado el puesto de trabajo de un buen número de personas que estaban afectadas y querían conservar su empleo, pero además hemos conseguido la garantía de que en el próximo año la empresa no pueda aplicar medidas de carácter colectivo, esto significa que hasta el 28 de julio de 2018 la empresa no podrá hacer cambios masivos de turno, traslados a otras provincias, ERTES o nuevos ERES”.
El acuerdo defendido por la sección sindical de CGT y el resto de los sindicatos con representación minoritaria en Unísono (como CCOO, UGT y TUSI), ha significado en definitiva el despido de 129 trabajadores y trabajadoras y un pacto de “paz social” con la patronal por un año, el cual sin embargo no le impide a esta continuar con despidos y cambios de condiciones de trabajo individuales, etc.
Desautorización de la firma y debate en CGT
La firma del ERE en Unísono, a pesar de ser durante pleno parón vacacional, generó inmediatamente un debate dentro de CGT.
Según los acuerdos del Congreso de Málaga, realizado en 2009, “la CGT se opone a los despidos y a los ERE´s. La CGT no firmara eres, forma utilizada por las empresas para aumentar beneficios a costa de reducir gastos salariales”. Esta es la base de la dura crítica por parte de distintos sectores de CGT a la firma del ERE en Unísono y por la cual la secretaria general del Sindicato de Transportes y Comunicaciones de Madrid, Mar Cubiles Avila, envió el 2 de agosto una carta a la patronal de Unísono comunicando que “las personas afiliadas a esta organización que han firmado un acuerdo sobre un ERE en su empresa no están autorizadas para hacerlo en nombre de CGT” y que “La CGT se desvincula absolutamente de este acuerdo”.
Repetimos: la CGT no ha firmado el ERE de Unísono @ExtelMadrid pic.twitter.com/btv6mhfpeu
— Montse O Carreiras (@mocarreiras) 4 de agosto de 2017
En virtud de lo que se considera una franca contravención de los acuerdos confederales de la CGT, un artículo publicado en el blog de CGT Informática, cuestiona los argumentos planteados por la sección sindical ("es una decisión de la asamblea", "son todas salidas voluntarias", "la firma es unánime de toda la RLT", "los afectados quedarían en una incertidumbre legal", "nuestra firma era imprescindible", "es el mal menor"), y afirma que son excusas a las que “estamos acostumbradas a escucharlas a CCOO y UGT” y que la firma del ERE “no tiene justificación posible”.
El artículo finaliza con un pedido de expulsión de los integrantes de la sección sindical de Unísono: “las personas que firman, asesoran y permiten estas situaciones han de ser expulsadas”. “Hasta que esto no pase, mientras esta gente siga dentro”, plantea le artículo, “no podremos decir que CGT NO ha firmado ese despido colectivo, el resto serán dobles raseros para tratar a unas afiliadas y otras, para parecernos cada vez más a los sindicatos que tanto criticamos.”
En un escrito firmado por la Sección Sindical de CGT en Unísono Madrid que fue remitido por diversas fuentes a la redacción de Izquierda Diario, los representantes de CGT en el Comité de Empresa sostienen que “lo acordado es lo máximo a lo que aspiran quienes quieren luchar. La improcedencia para los de obra y la mantenencia del empleo a los forzosos”, y que “no firmar habría supuesto asumir riesgos innecesarios para proteger a estos colectivos pasando por todo el calvario judicial para llegar al mismo fin. Nada se hubiera conseguido mejor para la protección del empleo, por más que la CGT hubiera respondido a cada recurso en los tribunales hasta la victoria final”. Los delegados de CGT se muestran convencidos de que con la firma del ERE evitaron “un grave perjuicio a las 80 personas que querían conservar su puesto de trabajo”.
Toda la argumentación de la sección sindical de Unísono, sin embargo, refiere únicamente a dos posibilidades: negociar el ERE o ir a los tribunales. La perspectiva de una lucha sostenida contra la patronal para parar el ataque no aparece por ningún lado. Como tampoco el debate más profundo que subyace a la firma del ERE: qué tipo de sindicatos es necesario construir; sindicatos militantes, en los que se fomente la organización del activismo y promuevan la lucha de clases como la única vía para enfrentar los ataques de las patronales y los gobiernos, o sindicatos prestos a la negociación y la “paz social” con la patronal porque “es lo que hay”.
En el escrito antes citado, los 16 delegados de CGT en Unísono Madrid defienden hasta las últimas consecuencias su actuación y adelantan que “aceptarán la decisión que tome el Sindicato de Transportes de Madrid sobre su permanencia como tales, y a este efecto ya han entregado su dimisión firmada ante notario en el Sindicato hace meses”.
El próximo viernes 1 de septiembre tendrá lugar en Madrid una asamblea general de las y los afiliados de CGT Telemarketing en el que se abordará la firma del ERE y el balance del conflicto de Unísono. Una asamblea que promete un duro debate interno en el sindicato. Continuará.
Diego Lotito
Nació en la provincia del Neuquén, Argentina, en 1978. Es periodista y editor de la sección política en Izquierda Diario. Coautor de Cien años de historia obrera en Argentina (1870-1969). Actualmente reside en Madrid y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.