En la UNPaz, este año, algo empezó a cambiar. Empieza a cobrar peso la organización y la lucha por los derechos de las mujeres. Dialogamos con Natalia, Eliana y Luciana, estudiantes de Trabajo Social, que nos cuentan cómo vivieron su primer Encuentro, junto a Pan y Rosas.
Viernes 14 de octubre de 2016 20:07
Pan y Rosas, compañeras, ¡vino a plantar su bandera!
En tierra de un barón del conurbano como Mario Ishii, en uno de los distritos que tiene el triste record de ser uno de los tres partidos que lidera los índices más altos de violencia de género, en una universidad donde las autoridades consideran que “no es prioritario” institucionalizar los encuentros nacionales de mujeres y garantizar la participación de la comunidad académica, las estudiantes de las carreras de Abogacía y Trabajo Social empezamos a organizarnos.
En el transcurso del año se impulsaron jornadas contra la violencia machista, convocando a la marcha #NiUnaMenos, muestras fotográficas, proyección de videos, volanteadas y pasadas por los cursos, presentación de proyectos de resolución exigiendo una guardería/jardín maternal y otro proyecto fundamentando la necesidad de que la universidad como institución declare de interés público y social el XXXI Encuentro Nacional de Mujeres, y financie la participación de todas las mujeres que quieran viajar a Rosario.
Aunque estos proyectos fueron acompañados por centenares de firmas, lamentablemente las autoridades kirchneristas hicieron oídos sordos frente a estas demandas. Más bien se limitaron a informarnos que la guardería/jardín maternal ya estaba contemplado en el proyecto de desarrollo institucional, sin dar una respuesta de cuando y como se implementaría. Respecto al Encuentro acordaban en que sea declarado de interés público y social, pero no garantizarían un micro para las estudiantes, docentes y no docentes, por no ser “prioritario” para las carreras, un sin sentido.
Sin embargo, en el día a día logramos instalar nuestra presencia en el hall central, no sin resistencia de las agrupaciones K que pretendían negarnos un espacio para visibilizar las problemáticas de género y que llegaron a intentar sacarnos la bandera con la seguridad privada. Sorteando los obstáculos, de todas maneras un grupo de compañeras pudimos viajar a Rosario para gritar bien fuerte #NiUnaMenos porque #VivasNosQueremos y por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, junto a más de 70.000 mujeres que el fin de semana coparon las calles de Rosario.
A continuación las conclusiones de Natalia, Eliana y Luciana, estudiantes de Trabajo Social quienes nos acercan su experiencia de este primer Encuentro.
Natalia: “Mi experiencia en mi primer Encuentro Nacional de Mujeres fue única. Con mis compañeras de la universidad nos sumamos a la convocatoria de Pan y Rosas que nos recibieron amablemente y nos acompañaron en esta primera experiencia. A mí en particular, me ayudo a tener una mirada más amplia de las problemáticas de la sociedad que involucran particularmente al género y sobre la violencia, la discriminación por motivo de preferencia u orientación sexual, entre otras. Vivimos en una sociedad donde este tipo de problemáticas están invisibilizadas e incluso naturalizadas por este sistema patriarcal. Donde muere una mujer cada 30 hs. víctima del femicidio, donde otras miles desaparecen por la trata, donde te señalan con el dedo si sos trans u homosexual. Por todo esto, a modo de reflexión, pienso que si estamos unidas y luchamos, podremos derrotar la cultura del odio y la discriminación de un género sobre otro y conquistar que las mujeres seamos libres, en igualdad con los hombres. Este encuentro me hizo repensar muchas cosas, fue muy impactante ver la cantidad de mujeres que compartimos estas ideas y el sentimiento de lucha. Como futura profesional de trabajo social me llena poder nutrirme de estas vivencias y me gustaría seguir haciéndolo, e incluso formar parte de Pan y Rosas que en la marcha me hizo sentir que era una más de ellas.”
Luciana: “Desde hace 2 años que vengo haciendo un mini recorrido sobre todo lo que tenga que ver con género, tanto el femenino como el masculino y cuanto más aprendo, mas me atrapa. El finde pasado tuve la dicha de participar en el Encuentro Nacional de Mujeres y ¡me encanto! No solo por el hecho de ser mujer, sino porque en un mismo lugar sentí que entre nosotras no teníamos diferencias, no había competencia, no había prejuicios, me sentí libre, sin nada que aparentar, libre de las etiquetas con las que el sistema nos somete todos los días. Tenía razón una compañera que me decía de que una cosa es que te lo cuenten lo tenés que vivir. En la marcha sentí la contagiosa pasión de la lucha, de sentir la fuerza humana, de sentir tantas mujeres unificadas, sin buscar “quien era la más linda” sino todas luchando por lo mismo”.
Eliana: “En el encuentro nacional de mujeres me impresiono ver a todas esas mujeres organizadas y luchando por nuestros derechos. Me di cuenta que no solamente mis compañeras y yo estamos a favor del aborto legal, sino que somos 70.000 mujeres más. Muchas veces al decir que queremos el aborto legal en esta sociedad que se dice laica, pero es patriarcal y misógina, recibimos como respuesta “sos una asesina”, “si te gusto… hacete cargo”, yo creo que tomar la decisión de realizarte un aborto, también es hacerte cargo. La cuestión es que el aborto ilegal no significa que no los haya, al contrario, los hay pero clandestinos y las que mueren son mujeres. La realidad es que las ricas abortan y las pobres mueren por no tener este derecho al aborto legal, seguro y gratuito en el hospital. Se estigmatiza a la mujer por tomar decisión sobre su propio cuerpo. Las muertes por abortos clandestinos, son femicidios de estado. Sentí que juntas podemos luchar contra esta sociedad, donde por ser mujer sufrimos desigualdades, femicidios, violaciones, violencia, muertas y presas por abortos. Estoy feliz de haber participado, es el primero de muchos en los que participare, me di cuenta que juntas podemos luchar contra quienes nos oprimen”.