Al día de hoy, la UOM se encuentra bajo un ataque que la pone en peligro, tras perder hasta el 70 % de su presupuesto, lo cual es el reflejo de la política de la 4T y el resto de los partidos contra la educación superior.
Jueves 10 de diciembre de 2020
La Universidad Obrera de México (UOM) fue fundada en 1936 por Vicente Lombardo Toledano, también fundador de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), fiel seguidor de la Tercera Internacional burocratizada por Stalin. Después sería renombrada Universidad Obrera de México “Vicente Lombardo Toledano”, en su honor.
La UOM nació como un proyecto para formar líderes sindicales e, incluso, ha fungido como una universidad pública; sin embargo, en la actualidad los alumnos deben pagar una cuota de inscripción y por cada taller, diplomado, cursos y otros servicios que ofrece la institución. Esta oferta educativa limitada refleja el abandono de las universidades, tras décadas de neoliberalismo, para tratar de acabar con la instrucción pública.
Un recorte liquidador
Esto se da en el contexto de los ataques a la educación superior que los gobiernos neoliberales efectuaron durante varias décadas, ataque que la administración de la 4T ha profundizado, contradiciéndose en las promesas hechas a sus votantes y al pueblo de México; ya que, en la actualidad, existen 11 universidades en quiebra técnica. Ante esto, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ya declaró que no serán rescatadas pese a las peticiones de las federaciones sindicales.
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Hoy la UOM se encuentra en la misma situación, pues se recortó el 70 % de su presupuesto, poniéndola al borde de su desaparición y dejando a miles de estudiantes sin escuela, ya que su población estudiantil ronda los 5 mil. Además, se perderían las fuentes de empleo para muchos de sus trabajadores, tanto académicos como administrativos. Esto va a tono con lo que hace poco sucedió en las Escuelas Normales, pues se decretó un recorte del 60 % de sus recursos para el próximo año, lo que refleja las intenciones de este gobierno –en complicidad con los demás partidos, pues ninguno ni PRI, ni PAN, ni PRD o algún otro denuncia esta situación– para que desaparezcan o se privaticen, deslindándose de su verdadera responsabilidad frente a la educación pública y la permanencia educativa.
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Regresando a la UOM, desde 2019 viene sufriendo estos recortes, así lo anunció su rector, Guillermo Lezama, en una carta dirigida al pueblo de México, orillándolos a incrementar sus cuotas, pero ni así han podido cubrir los huecos presupuestales que cada vez son más grandes, los cuales han sido acentuados por la crisis del Covid-19. Además, las autoridades de la UOM acudieron a la Secretaría de Educación Pública para tener más presupuesto y, aunque la Secretaría prometió darles alrededor de 6 millones de pesos extras, la realidad es que fue una oferta falsa porque el presupuesto nunca llegó. Incluso, los representantes de la Universidad Obrera hicieron llegar una carta a AMLO, vía su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, pero sin obtener respuesta. Como lo declaró el propio Lezama: “Hace cinco semanas entregamos al Presidente Constitucional Andrés Manuel López Obrador, vía su Señora Esposa, un escrito acerca del problema. Hasta el día de hoy no hay respuesta alguna”.
Esta situación tiene su antecedente en la petición del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Obrera de México (STUOM) hecha al presidente en marzo de este año, donde pedían “reconsiderar el tan reducido subsidio al que estamos siendo sujetos”. Junto a eso añadieron que “no logramos entender por qué se ha castigado de esa manera a nuestra institución, pues ni en anteriores gobiernos del PRI y el PAN habíamos sido objeto de tales agresiones”.
Necesidad de la defensa de la educación superior
Como dijimos antes, el gobierno de la 4T no sólo ha dado continuidad a los ataques a la educación superior realizados por sus rivales políticos en el pasado, a los que también llamó “la mafia del poder”, sino que los ha agudizado, siguiendo el camino trazado por el PRI y el PAN. Estas reducciones presupuestales a la educación y cultura se hacen con el pretexto de combatir la pandemia que hoy nos azota junto con la desaparición de fideicomisos en esas áreas, pero resulta una falacia cuando sabemos que no se incrementó el presupuesto para la salud.
Lo que nos deja una sola conclusión: más allá de su discurso y de sus medidas asistencialistas –que resultan insuficientes para cubrir las necesidades del pueblo pobre-, muchas de las políticas del gobierno son de corte neoliberal al igual que los anteriores. De hecho, a pesar del ambiente de polarización que reina en el espacio público contra el presidente y su proyecto, en realidad el MORENA, y los otros partidos, muestran tener acuerdo en lo fundamental. Siguen aplicando las medidas pro empresariales, que cuidan las ganancias de los más ricos y que golpean, con mucha fuerza, a los trabajadores, las mujeres y la juventud.
Por ello se hace indispensable y urgente la defensa de la educación superior y los derechos de los trabajadores en general. Para conseguirlo debemos organizarnos de forma independiente al Estado y sus instituciones, para luchar por el rescate de todas las universidades públicas, con presupuesto suficiente, supresión de todo tipo de cobro, que se garanticen becas para todos sus estudiantes y condiciones dignas de trabajo para sus asalariados.
Los recursos para ello podrían provenir, por ejemplo, de la cancelación de la parasitaria deuda pública (lo que incluye la deuda externa y el Fobaproa), cobrar impuestos progresivos a las grandes fortunas, la expropiación de las empresas de los sectores estratégicos y la abrogación de la reforma energética.
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Para lograrlo, las y los docentes de la Agrupación Nuestra Clase opinamos que es necesaria la más amplia unidad entre las filas obreras, acompañada de movilización; esto es lo que estamos construyendo junto a otras organizaciones sindicales, políticas y de DDHH a través del Movimiento Nacional contra la Precarización y los Despidos (MONAPRED) desde donde se promueve esta unidad obrera, independiente de los empresarios y sus partidos, para enfrentar estos ataques y sentar las bases que nos permita reconquistar nuestros derechos y conquistar nuevos.
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