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Red Internacional
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Educación indígena. Uno de cada seis niñ@s indígenas no acude a la escuela

Las escuelas primarias indígenas se encuentran en el abandono, l@s maestr@s laboran en planteles con hacinamiento de alumnos y nulos servicios básicos.

Lunes 31 de octubre de 2022

Llena de enojo, tristeza e indignación termine de leer una nota del periódico El Universal titulada “ Escuelas indígenas no salen del olvido” , que describe las terribles condiciones en las que se encuentran las escuelas indígenas. La escuela que necesitamos no va a llegar de la buena voluntad de la SEP, las conseguiremos con lucha y organización del magisterio mexicano en su conjunto.

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La noticia nos da muestra del abandono y el ataque a la educación que este gobierno, en lugar de resolverlo, solo lo perpetúa. Algunas cifras y estadísticas alarmantes se retoman del Consejo Nacional de Evaluación Politica de Desarrollo Social (Coneval): una gran mayoría de las escuelas no cuenta con servicios básicos, 7 mil 47 escuelas no cuentan con servicios para el lavado de manos, 5,831 no cuentan con servicio de agua potable, en 3,950 no hay baños independientes para mujeres y hombres y 2089 se encuentran sin luz eléctrica. El servicio de internet solo lo tienen 904 escuelas de las 10 mil 393 primarias indígenas que hay en nuestro país.

Los testimonios de maestros de escuelas indígenas dan muestra de que los planteles son de techo de láminas oxidadas, ni siquiera cuentan con mobiliario escolar como mesas y sillas para albergar a los estudiantes, atienden a más de 50 alumnos por aula y con la modalidad multigrado, ya que hay escasez de maestros en esas regiones.

Además, este sector de escuelas alcanza un nivel elevado en deserción escolar y de pobreza, en donde cuatro de cada diez personas indígenas en edad escolar en el país no van a la escuela, así como uno de cada seis niñ@s y adolescentes de comunidades indígenas no acuden a la escuela. Esto aunado a que ocho de cada diez niños indígenas en México se encuentran en la pobreza extrema y al menos les hace falta una comida al día. Esta situación de vida violenta sus derechos humanos. Ni educación, ni una buena calidad de vida les puede ofrecer el estado.

En efecto el responsable es el estado mexicano y sus instituciones, como la SEP, que no han resuelto las condiciones de estas escuelas e incluso agravan el problema, ya que han sufrido recorte presupuestal más de nueve programas educativos destinados a garantizar el acceso al derecho a la educación a las comunidades indígenas.

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¡Tenemos derecho a escuelas dignas!

Soy maestra de primaria de Coyoacán, las escuelas primarias de la Ciudad de México también carecemos de servicios básicos, con salones pequeños y sin sana distancia se meten cerca de 35 alumnos, con mobiliarios viejos, planteles con estructuras dañadas y que con los sismos recientes se han afectado más.

Aunque pareciera que nuestros alumnos tienen una mejor calidad de vida, la realidad es que sus familias sufren de muchas carencias económicas, a pesar de lo cual, con paupérrimos salarios y con mucho esfuerzo se ven obligadas a sostener las reparaciones y mantenimiento de las escuelas.

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En la nota citan las palabras de la directora Beatriz Ramírez, de la primaria Juan de la Barrera: “Parece que no tenemos derecho a una escuela digna”. Eso es lo que quieren, que nos resignemos e incluso en los discursos de los CTE se nos dice que mejorando nuestra labor docente en las aulas la educación va a mejorar. Pero la realidad -y la historia lo ha demostrado- es que los y las maestras debemos de exigir la educación que necesitamos, con servicios básicos, más escuelas para que haya grupos reducidos, más salones interactivos que se ajusten a las necesidades de nuestros alumnos, con canchas deportivas, albercas, comedores gratuitos, con especialistas en salud, nutrición y psicología que puedan apoyar el desarrollo de la niñez, adolescencia y juventud mexicana.

El magisterio mexicano debe salir a luchar de manera organizada para exigir la educación que queremos, pero también las condiciones laborales que se van degradando cada vez más.