OPINIÓN. Uso y abuso editorial: qué nos dice la foto de La Nación sobre "niñas madres"

Imagen: Captura de Internet

Una vez más, el oligarca diario La Nación publicó una nota editorial reaccionaria que justifica y avala la violación a menores anteponiendo un supuesto “instinto maternal que nace hasta de los ovarios”.
Para miles que luchamos contra los femicidios, que marchamos por el derecho al aborto y que denunciamos la no aplicación de la ILE (Interrupción legal del embarazo) en el caso de una niña de 12 años que fue violada, leerla fue un tremendo esfuerzo que solo logró incrementar aun más el odio y la bronca que nos genera el hecho de que el Estado permite que suceda.
Ya se habló mucho sobre el contenido de la nota, sin embargo, yo solo voy hablar de la fotografía que acompaña esa nota.
En la fotografía se ve a una niña, con su mano extendida, con la palma en perfecto plano focal y enfrentando la cámara. La mano tapa el rostro de la niña, detalle por demás perverso que simula proteger su identidad mientras el texto avala su violación. Su otra mano, en la imagen, sostiene un osito de peluche amarillo.
La elección de la fotografía no fue realizada al azar, no es una niña cualquiera, de una edad cualquiera, en una actitud cualquiera. Podría pensarse ingenuamente que es una niña que pretende detener a alguien que quiere hacerle algo contra su voluntad, un agresor, violador. En mi opinión, no. Siguiendo la línea de la editorial, la imagen pone a una niña en una actitud ofensiva deteniendo algo y/o a alguien, la pone en el papel de un sujeto activo, más que pasivo. El editorial al comienzo relata casos de niñas violadas que han elegido continuar con sus embarazos no deseados, incluso contra el deseo de sus madres, que pretendieron hacerlas abortar. Entonces esa niña, más que parar a un agresor, representaría para La Nación, una niña a quién quieren obligarla a interrumpir su embarazo. La violencia es de quienes luchan por el derecho al aborto, o de una madre que aconseja a su hija, como si la lucha se convirtiera en un hecho autoritario y que pretendiera unilateralidad, en lugar de lo que es: una lucha porque esa niña o cualquier mujer pueda decidir por su propio cuerpo. También la nota se indigna de aquellas chicas que aún hoy ondean sus pañuelos verdes en las calles y pretenden continuar la pelea para exigir la ley de aborto legal seguro y gratuito.
Entonces estas niñas bien podrían ser la que luchan contra su madre y debería enfrentar a cientos de miles de mujeres, no solo en Argentina sino en todas partes del mundo, que luchan por ellas, por el derecho al aborto, las mismas mujeres que luchan por “Ni una menos”. Esas niñas que claramente no eligieron ser violadas y que a La Nación le ” ... sorprende el reciente testimonio de algunas niñas madres a edades en las que mejor habría correspondido que estuvieran estudiando y atendiendo su formación”.
En definitiva, La Nación quiere poner en la figura de una niña pequeña e inocente, pero decidida, la lucha reaccionaria que ellos, la iglesia católica y evangelista, los dinosaurios del PJ y Cambiemos y Cristina Fernández de Kirchner y su unidad de pañuelos celestes y verdes, están impulsando.

Para coronar este editorial, no bastó solo una imagen con esta carga de significación, también la coronó un epígrafe tan despreciable como todo lo anterior: “Amor y valentía para seguir adelante, respetando la vida”.