Macarena Olona, en una entrevista para El País, vincula a cargos de VOX con "loas a Hitler y ataques antisemitas". Ortega Smith realiza actos que alaban la reconquista y al imperio, con la misma retórica que Abascal usa en sus discursos. El festival VIVA22 llamaba a la vuelta del franquismo. Pero, claro, ¿cómo va a ser VOX de ultraderecha?
Lunes 7 de noviembre de 2022
Este 7 de noviembre en una entrevista para El País, Macarena Olona se ha intentado desmarcar de su pasado en VOX, partido del que dimitió hace apenas 3 meses. Olona sigue afirmando que ni VOX ni ella son de ultraderecha, en la misma entrevista en la que confiesa que la campaña de acoso que sufrió vinculada a cuentas que lanzaban comentarios antisemitas y adorando a Hitler estaba orquestada por parte de VOX.
Hemos tenido una infinidad de momentos así en los que VOX se ha autorretratado como un partido de ultraderecha, por mucho que Olona afirme que es VOX es un movimiento "absolutamente democrático", y que ella es "muy de lucha obrera" y defienda el Estado del bienestar.
“Yo no considero a Vox ultraderecha. A mí no se puede decir que soy ultraderecha. Cualquier movimiento del que yo pudiese formar parte sería absolutamente democrático. Soy una mujer de ley y orden por encima de todo. [...] Lo dice alguien, además, que es muy de lucha obrera. Para mí, el Estado del bienestar es algo fundamental” asegura.
Los argumentos caen por sí mismos en una entrevista en la que confiesa que la mayoría de gente que sale del partido lo hace por una ausencia de democracia interna, o por la mencionada campaña de acoso por parte de fascistas orquestada por Vox. Sin embargo, un repaso rápido de sus acciones y miembros ayuda mucho mejor a desmontar el mito de un Vox "democrático".
VOX y los grupos de ultraderecha
VOX tiene una gran cantidad de afiliados provenientes de grupos fascistas o neonazis. Ya sea por militantes que se pasan a VOX, o por partidos que se disuelven en el apoyo al partido. Por ejemplo, este pasado 17 de Octubre, Fernando Moya, un exdirigente de VOX en Barcelona, confesó en el programa Salvados que la dirección nacional incorporó a Plataforma x Catalunya, un grupo de extrema derecha que se disolvió para pasarse a Vox en masa. El excoordinador de VOX confesó, sin reservas, que Abascal permitía la entrada de neonazis al partido en Barcelona.
La lista no es precisamente corta. Jorge Buxadé estuvo en la FE-JONS- Jorge Cutillas, vicepresidente de VOX Madrid, lideró las Juntas Españolas, organización que defendía el régimen franquista. Javier Ortega Smith reivindicaba el pensamiento de Primo de Rivera y el falangismo. Los vínculos que mantienen estas personas que se pasan a VOX se reflejan muy bien en una declaración del administrador de la versión española de Daily Stormer, un medio decididamente afín a la ultraderecha, que animaba a todas estas personas a entrar a VOX por el fracaso de los movimientos nacionalistas de ultraderecha.
Uno de los ejemplos que ya reportamos en IzquierdaDiario es el acto que Ortega Smith convocó junto a la Plataforma 711, que defiende la "reconquista cultural" frente a las personas LGTBI o la ideología de género, las "raíces cristianas de Europa", y la meritocracia extrema. A esto solo hace falta sumarle hechos como el hecho de que la Fundación Francisco Franco financie a VOX, que España 2000 – un partido abiertamente fascista – se retirara de las elecciones de 2019 para "no dividir el voto" con respecto a VOX, o que el partido neonazi Democracia Nacional ofreciera a VOX acercar posturas.
VOX y la retórica fascista
VOX tampoco oculta sus intenciones a la hora de organizar actos, y va más allá de agrupar miembros fascistas por pura coincidencia. Podemos apuntar por ejemplo al pasado VIVA22, un festival organizado por el partido en el que se le vieron los colores a VOX. Más allá de invitar a líderes neoliberales o de ultraderecha como André Ventura de Portugal o Javier Milei de Argentina, una de las actuaciones del festival llamaba directamente a "volver al 36", sin reservas.
Y es que VOX no esconde los paralelos con la retórica fascista, y acabamos viendo a Abascal publicar un artículo que toma por nombre "Despierta, España", imitando uno de los lemas del partido nazi de Hitler, sacado del Sturmlied, la "canción de asalto" fascista. O cómo, por ejemplo, VOX en Valencia impidió sacar una declaración por el aniversario de la liberación de Auschwitz usando argumentos que negaban parte del Holocausto.
Pero, ¿qué ultraderecha es Vox?
Es tentador, tras ver todo esto, decir que Vox es un partido abiertamente fascista. Sin embargo, la realidad es mucho más complicada. España 2000 o Democracia Nacional se han posicionado contra VOX, e incluso gente como Isabel Peralta, conocida por sus comentarios antisemitas en una concentración de Bastión Frontal, ha llegado a decir que "odia más a VOX que a Podemos".
Es necesario precisar qué tipo de ultraderecha representa VOX. En última instancia, es un partido completamente integrado en la democracia burguesa del Régimen del 78 y su monarquía, es un hijo de sus entrañas, que intenta no parecer ni abiertamente racista ni niega abiertamente el Holocausto. En el plano económico, se definen su propia posición económica como el "ultraliberalismo". A ojos del público, VOX parece intentar que parezca que la presencia de fascistas en el partido es pura coincidencia.
He aquí la puntualización: VOX es un partido neoliberal al servicio de la bolsa, como muchos otros. La posición que juega en el parlamento español es la de partido conservador, la extensión tradicionalista del status quo actual que gira todo el discurso a la derecha. ¿Lo hace esto menos inofensivo? Para nada.
Uno de los mayores peligros de la irrupción de VOX es la entrada de ciertos temas de discusión y ciertas ideas al pensamiento colectivo. Ya oíamos decir en la televisión, en una entrevista con Jordi Évole, a un neonazi arrepentido y exmilitante de Alianza Nacional decir que los discursos racistas y xenófobos que antes eran marginales ahora son mucho más extendidos. VOX no será el partido fascista que continúe el legado de los regímenes fascistas, pero si es el partido neoliberal que allana el camino a los grupos verdaderamente neonazis, y que normaliza los comportamientos de odio hacia las minorías.
Ante la amenaza que supone VOX, los partidos reformistas de izquierda nos hacen un flaco favor. El llamado "Gobierno más progresista de la historia", que consiguió que millones de personas depositaran su confianza en ellos, no ha hecho más que decepcionar con promesas vacías y desmoralizar a los trabajadores que se pueden ver tentados a virar a derecha. Por no hablar de las políticas claramente reaccionarias que llevan adelante en materia de migración, como vemos en las fronteras de Ceuta y Melilla o en los presupuestos más militaristas de la historia y que bien pueden coincidir con la agenda de los de Abascal.
La lucha contra un partido neoliberal de derecha no se puede dar con partidos reformistas al servicio de la bolsa y la patronal. Es necesario organizarse desde la base y junto a la clase trabajadora que, siendo más feminizada y racializada que nunca, es la principal afectada por estos discursos de odio. Sólo un movimiento con independencia de clase puede enfrentarse a la amenaza neoliberal que hoy respalda el fascismo.