Decenas de trabajadoras y trabajadores de Salud resistimos en Plaza Congreso. Publicamos algunas de sus voces y les proponemos organizarnos en común.

Bárbara Acevedo Enfermera | Hospital Garrahan @acevedo_bar
Irene Sandoval Trabajadora de la salud - Hospital Garrahan
Viernes 22 de diciembre de 2017

En el Hospital Garrahan, la resistencia a la represión del gobierno comenzó con la lucha por justicia por Santiago Maldonado. Luego, la misma Gendarmería asesinó a Rafael Nahuel en Neuquén, y el grito de justicia unió los rostros de ambos. Los trabajadores y trabajadoras del Garrahan seguimos con preocupación la situación de una Neuquén militarizada, el hostigamiento a los pueblos originarios que fue de la mano de la represión a los compañeros del Hospital Castro Rendón y a los madereros de MAM, donde le fracturaron el peroné a Raúl Godoy, diputado del PTS en Frente de izquierda.
Los franqueros del hospital Garrahan, quienes trabajan sábados, domingos y feriados empezaron la campaña de fotos en solidaridad con los compañeros neuquinos, con Godoy y MAM, antes con el Rendón. Peleamos por poner en el hospital un cerámico de Zanón por Santiago, marchamos por él y por Rafael. En el medio apoyamos la lucha de las trabajadoras y trabajadores de Pepsico.
Vivimos tiempos acelerados que nos encuentran, cada vez más ajustados, en las calles y los pasillos del hospital. Algo está cambiando, surge la necesidad de juntarnos a discutir la situación política y como enfrentar al gobierno de Macri que creyó tener un cheque en blanco al ganar las elecciones. Pero no.
En Plaza Congreso
El Jueves 14 volvimos a las calles, ante el primer intento del gobierno de hacer votar el robo a los jubilados y a los chicos que cobran la asignación por hijo. Desde la mañana pusimos la voz de los trabajadores en escena, a pesar de las centrales sindicales. ATE llamó a paro pero llegó tarde a enfrentar la represión. UPCN y SUTECBA directamente respaldaron las contra-reformas. Junto a miles de trabajadores enfrentamos la represión y ganamos, se suspendió la sesión de robo a los jubilados.
Pero sabíamos que iban a volver a intentar y nos preparamos. Acordamos la necesidad de organizarnos, porque la represión del jueves nos desencontró.
De cara al lunes, nueva fecha de tratamiento de la reforma previsional, preparamos botiquines, compañeras responsables de los listados de documentos, lugar de encuentro con horarios puntuales. Sabíamos que podían votar el robo previsional, ya se veían las transas con los gobernadores. Pero no les resultó gratis, salimos a las calles y reconocimos nuestra fuerza.
Volvimos al hospital y a los compañeros a los que los medios les hablaban de “violentos” y de “baldosas” les hablamos de derechos y de futuro. Les contamos nuestra experiencia y también escuchamos sus opiniones. Les expresamos que esto recién empieza, que vamos a tener que seguir enfrentando el ajuste.
Los capitalistas se organizan y definen sus intereses con todas sus instituciones. Los trabajadores necesitamos lo mismo. Vamos a ganar organizados. En esta nota hacemos un llamado a que te organices con nosotros, que sumes lo que puedas de tu tiempo, ideas, iniciativas. Es un llamado conjunto entre militantes de la Agrupación Marrón Clasista, impulsada por el PTS, y quienes comienzan a hacer una experiencia común. Escribinos, cada compañera y compañero cuenta.
Voces de trabajadoras, luego de la marcha
“Te juro que yo tenía más ganas de ir al frente que de retroceder. Porque la verdad te da mucha bronca que haya gente que no entienda el daño que causan todas estas leyes que quieren imponer, que van por los jubilados, después van a ir por los trabajadores y van a ir por toda la gente que sabe que les puede hacer lucha. Le decía a mi viejo, ahora te entiendo cuando estas en el sillón mirando la tele y te ponés como loco cuando ves los canales de noticia y ves lo que pasa. ‘Hoy en la marcha papi pude entender tu bronca, tu rabia’... Bueno, eso de avanzar y retroceder, me gustó más el avanzar pero entiendo porque el retroceso... Yo estaba en el medio y no veía lo que pasaba mucho adelante. Entendí porque era el retroceso, la policía se les venía con todo, vi los carros hidrantes y entendí porque había que ir para atrás. Pero en el momento tenía ganas de ir para adelante, ir para adelante y meterme adentro del Congreso. Todos los discursos que escuché eran en contra, de porque no tenía que ser la ley. Me despierto hace un ratito y veo que la ley fue aprobada por 128 votos. Lo que siento es una gran tristeza... El pueblo no quiere esta ley. Si, tristeza porque no toman en cuenta lo que la gente quiere. Hoy se notó al votar. Los que nos tienen que representar a nosotros, porque esto va más allá de la representación de un partido político, en el congreso están los que nos tienen que representar, una vez más a ellos no les importa el pueblo (...) Creo que esto se tiene que seguir luchando porque si uno afloja van a venir por mucho más. Y con tristeza no resolvemos los problemas, los resolvemos con la lucha como se hizo siempre durante todos los siglos. A no aflojar y a demostrarles que lo que paso ayer no fue algo que no va a quedar en la historia, va a quedar en la historia y le pese a quien le pese nos van a tener que escuchar.”
“Yo lo viví con alegría al comienzo, de ver cuantos éramos. Me levantó la moral el saber que hay muchos, que no nos van a intimidar con la militarización de las marchas. Lo que ocurrió después era de esperar, sabíamos que iban a reprimir, ya que es la manera en la que se maneja este gobierno antipopular y puesto por los ricos, para los ricos. Y luego ver a todas esas personas en las calles, me terminó de curar el alma. Tuve miedo por mis hijos con los cuales fui, hasta que no estuvieron en casa no me quede tranquila. Pero miedo tenemos todos la cuestión es que no nos paralice.”
“¡Ya era hora de movilización! Mis hijas tenían ganas de seguir. No querían salir de las filas. Yo me puse nerviosa por ellas.”
“En un momento la gente corría por los gases y ahí nos metimos en una entradita, y esperamos a que pase todo. Y después de ahí nos fuimos. Qué cantidad de gente, ¡por Dios! Me gusto ver compañeras que jamas pensé que irían. El tema es estar organizado.”
“Cuanta hija putez junta. Me quiero ir a Saturno, los odio a todos. El cacerolazo de ayer fue impresionante. Ahí ya no podían decir nada. ¡Si todos gritábamos no a la reforma! Y aún así hoy veo trabajadores publicando “pobres policías, malos tirapiedras, todos violentos. Ayer me llenó de orgullo el pueblo. Pero la traición de los que claramente no son la voz del pueblo en el Congreso es grande.
Sentí mucho orgullo ayer, cuando la gente salió a cacerolear casi espontáneamente fue maravilloso. Porque se junto muchísima gente.”
“¡Ufff! Ayer fue mezcla de bronca, frustración, alegría. Ver a la noche a la gente salir en forma espontánea. Ir a la marcha gracias a la democracia, pensar en los años 70 y los desaparecidos que dejaron sus vidas. Todo eso fue fuerte, al menos para mi. Mis padres no me enseñaron a luchar por mis ideales, estoy aprendiendo ahora a esta altura de mi vida y siento orgullo. ¡Hay que seguir!.”
“A la mierda que fuimos muchos. ¡Buenísimo!. Yo me quería quedar adelante, pero ya teníamos a los ratis en las narices, con los escudos y bla, bla. Pero la próxima me quedo.”
“Esta madrugada volvimos a la plaza. Recorrimos, con calma, los lugares donde habíamos estado más temprano. “Acá nos tiraron”, “acá cayó el gas”, “en esa ventana estaban los forros que se reían”... Y todo tomó otra dimensión... ¡Fue multitudinario! A fuerza de balas de gomas, gases, golpes y atropellos, las fuerzas armadas que han jurado defendernos, nos sacaron de nuestra plaza y nos dejaron con bastante miedo. Al punto que de noche, ante cualquier movimiento un poco extraño del “otro de la valla” la gente salía corriendo... Hasta que fue real la nueva represión, a la gente que estaba cantando y bailando. Me di cuenta que el pueblo no se fue, recargó pilas y buscó refuerzos para volver. ¡El pueblo no recula, el pueblo NO se va!”