13 años sin Luciano Arruga. Vanesa Orieta: "Todos los gobiernos matan, torturan, desaparecen en ’democracia’, todos"

Luciano Arruga tenía 16 años y vivía en el barrio 12 de octubre de Lomas del Mirador. En 2009 fue secuestrado, torturado y desaparecido a manos de la Policía Bonaerense del entonces gobernador Scioli por negarse a robar para ellos. La marcha partirá a las 18 desde Av. Mosconi y General Paz, para ir al lugar donde funcionaba el destacamento policial donde torturaron al jóven (y hoy es un espacio social y cultural recuperado), y finalizar en la plaza del barrio 12 de Octubre que ahora lleva el nombre de Luciano Arruga.

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El caso es ejemplo de una política donde las fuerzas represivas organizan y regulan el delito, con el rol cómplice de la justicia y el poder político. Es la misma maldita policía que piden los cultores de la mano dura que sólo logran que maten sin piedad a los pibes de los barrios, sólo por ser jóvenes de una barriada empobrecida.
Hasta el momento hay un sólo policía detenido. Y los responsables políticos siguen impunes. Uno de ellos es Fernando Espinoza, quien en 2009 era intendente de La Matanza y desde el 2019 hasta la actualidad - luego de una campaña plagada de cámaras, patrulleros, agentes y gendarmes - retornó a su cargo histórico como parte del Frente de Todos, luego de ser diputado nacional.

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Daniel Scioli, otro de los responsables, era en ese momento Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y en la actualidad es funcionario del Frente de Todos como Embajador de Argentina en Brasil, donde se lo puedo ver elogiando al derechista y racista Bolsonaro durante el 2020.

La impunidad es necesaria y fundamental para el perro guardian del Estado. Más aún con el ajuste que está llevando a cabo el regimen del FMI, que genera un mayor descontento social. Y que como el gobierno tiene que lograr cumplir con sus amos del Fondo, no habrá políticas públicas que lo reviertan, sino que responderán con mayor represión como se ve cada semana contra quienes pelean por vivienda en barrios recuperados.

Así se puede ver en el presupuesto bonaerense 2022 que presentó Kicillof: allí se reducen las partidas para salud, educación, vivienda, pero se aumenta la cantidad que va a manejar el facho de Berni para tener más agentes, patrullas, armas y cárceles.

A continuación repasamos algunos de los puntos que abordó Vanesa Orieta, hermana de Luciano en una entrevista exclusiva con La Izquierda Diario que pueden ver resumida al principio de la nota, o completa al final de la misma.

El Estado de la causa, las maniobras de la justicia y el poder político, la impunidad

La hermana de Luciano relata: “la causa caratulada ‘desaparición forzada de persona’ sigue radicada en la justicia federal. Sigue en etapa de instrucción, es decir, que desde hace 13 años la justicia sigue ‘investigando’ los motivos por los cuales Luciano fue secuestrado desaparecido y asesinado”.

Vanesa cuenta que la familia realizó un pedido de jury de enjuiciamiento contra el juez Gustavo Banco y las fiscales Celia Cejas Martin y Roxana Castelli. A esta última por derivar la investigación a manos de la Policía Bonaerense (la misma que primero torturó y luego desapareció y asesinó a Luciano) y por ocultar información a la familia desviando la causa. Y al juez y la otra fiscal por perseguir a la familia, pincharles los teléfonos y otras medidas que atentaron contra sus más elementales libertades democráticas. Esta causa aún no avanzó.

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La lucha de familiares y amigos logró que se apresara al ex teniente primero Julio Diego Torales por torturar a Luciano unos meses antes de su desaparición. Hubo que dar una pelea para que este juicio se incorpore como parte del mismo que investiga la desaparición forzada.

“La historia de Lu comienza cuándo se niega a robar para la policía”, dice Vanesa. Ahí comenzaron las torturas, persecución y maltrato que terminaron en su desaparición y muerte. Pero una de las tantas maniobras de la justicia buscando impunidad ponía está causa por separado. Tampoco investigaron a todos los policías presentes cuando Luciano fue torturado que, de mínima, son cómplices por omisión.

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El agravamiento de la crisis social y la impunidad del aparato represivo como mecanismo de control

“La situación de niños niñas adolescentes y jóvenes de las barriadas empobrecidas ha empeorado. El empobrecimiento es más grande, la indignidad en que viven muchos pibes y pibas es indescriptible” dice al referirse al ajuste qué se profundiza día a día.

Luego se refiere al concepto de “violencia institucional” de una forma muy abarcativa: “va desde la falta de una vivienda digna hasta la desaparición forzada”. “Es una violencia sistemática. Desde que nacen, niños, niñas, adolescentes y jóvenes sufren la falta de acceso a una vivienda digna, a la salud, a la educación. Y a esos jóvenes son a los que se los estigmatiza y criminaliza y por esto sufren la represión estatal”.

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Señala que en nuestro país los medios hegemónicos y los partidos gobiernan o han gobernado se refieren a la inseguridad siempre relacionada “con algún pibe pobre, ‘potencialmente violento’, estigmatizados por el barrio donde viven, la ropa que usan. Y sobre ellos cae la ‘seguridad’, entendida como una seguridad para una clase social privilegiada en contra de un sector muy grande de la sociedad empobrecida.”

Y luego agrega sobre las propuestas electorales de los partidos patronales: “no los escucho hablar sobre políticas públicas concretas para la situación de jóvenes empobrecidos”. Y refiriéndose específicamente a La Matanza dice “son años de una misma intendencia y de ver a los barrios empobrecidos cada vez más empobrecidos. Y también muchos años de ver en cada campaña política que lo único que aparece como argumento es la cuestión de la ‘seguridad’ y las tantas cámaras que van a poner, las tantas patrullas que van a agregar a los centros operativos…”

La lucha común de familiares y amigos es el camino a seguir contra la impunidad

Vanesa cuenta que “año tras año contamos con el apoyo de las organizaciones, de algunos partidos políticos y de personas que se hacen presentes concientizados sobre la problemática de la represión estatal. Para nosotras como familiares de Lu y para los demás familiares es importante recibir su apoyo”.

Y completa “La organización y la lucha ha sido una forma para nosotros de resignificar tanto dolor, no quedar aisladas. Por eso lo que le digo a la familia lo que nos digo es que no abandonemos la lucha colectiva. Es por ahí, ahí está la esperanza.”

Tal como dice Vanesa, los avances que se lograron en la causa y en que tome visibilidad la desaparición de Luciano y se vuelva una bandera de lucha de toda la juventud, ha sido por la organización y la unidad desde abajo. No por el Estado qué se dedica sistemáticamente a proteger la impunidad. Por eso este domingo estaremos presentes desde el PTS y La Izquierda Diario junto a todas las organizaciones, familiares y amigos para continuar esta pelea para que no sea el pueblo trabajador y la juventud precarizada la que pague los costos de esta crisis social.