La Municipalidad de La Plata quiere imponer un Centro de Integración Comunitaria (CIC) en un espacio ya habitado donde los vecinos del barrio construyeron colectivamente una plaza con juegos y espacio verde para su uso comunitario.
Lunes 25 de abril de 2022 11:54
El miércoles pasado, los vecinos de Sicardi se pusieron en alerta al verificar que unas máquinas se acercaban al barrio. Al charlar con el personal de la empresa, les comunicaron que se trataba de un proyecto que debería construirse sobre la plaza, destruyéndola.
Sostienen que no se oponen al proyecto del municipio, pero defienden la plaza como propiedad colectiva de encuentro, de juegos, en defensa del espacio verde, y proponen que el CIC se instale en un lugar más estratégico para su función. La imposición sin aviso ni consulta los mantiene organizados y manifiestan que van a defender su espacio de reunión y encuentro.
El barrio está ubicado en las afueras de La Plata y la plaza está situada en 654 y 23 bis, un lugar bastante escondido si se evalúa acceso, cercanías y funcionalidad para un CIC. Además, teniendo en cuenta los datos del proyecto que se pudieron conocer, la construcción proyectada podría ser considerada como ilegal ya que ocuparía 1518,75 m2, es decir, no respetaría los planos de mensura aprobados hasta el momento en el que habilitan una construcción de 291,50 m2 en planta baja. Los vecinos también afirman que el proyecto carece de planificación saludable del espacio público ya que se perdería pulmón verde necesario para un barrio en crecimiento, y que es inaccesible para los vecinos de la zona porque el micro pasa a 8 cuadras, no hay servicios, no hay gas, agua corriente ni cloacas. Y lo más importante, ese espacio ya está ocupado, tiene función y significado.
Los vecinos realizaron presentaciones en Defensoría del pueblo y en la Dirección de planeamiento pidiendo información, requiriendo reuniones y solicitando que ese proyecto sea construido en otro lugar.
Andrea nos comparte una reflexión:
“Más allá de que sea vecina del barrio y del espacio común en disputa también tengo una formación particular acerca de la intervención sobre esos espacios públicos. Lo primero que voy a decir es que hay que comprender que este es un sector de la ciudad que pertenece a la ciudad en un territorio particular, que es un territorio de frontera en conexión e interacción con el medio rural que pareciera no visible para la gestión, un territorio de frontera invisibilizado, pero que esta apropiado por la comunidad y que tiene proyectos existentes y en desarrollo que están consensuados, que es un valor requerido cuando uno empieza a intervenir en el territorio, que hay proyectos existentes que están evaluados y consensuados desde la participación comunitaria, nosotros tenemos una comisión de cultura, de espacios públicos, que empezaron a funcionar desde el momento mismo que empezamos a habitar este lugar. Y la plaza en todo eso es “EL” con mayúscula, EL LUGAR DE ENCUENTRO, el “mojón identitario”, es donde se da el espacio físico para la expresión, para el consenso y para la discusión, porque hemos discutido mucho y seguimos haciéndolo, pero es un lugar de participación y de defensa de derechos. Es un lugar donde nosotros sentimos que estamos ejerciendo nuestros derechos de habitantes de la frontera.”
“Me parece interesante enfocarlo desde la niñez, el derecho internacional del niño de Naciones Unidas, y desde la ley 26061 de los derechos del niño, y entre ellos al del espacio público, del juego en el espacio público, al derecho de jugar libremente en el espacio público y en la importancia que eso tiene y que tuvo en el tiempo de la pandemia donde era la única forma de socializar con otros, con otras, niños y niñas, para reducir el estrés, para mejorar la situación mental de agobio del aislamiento y se ha logrado establecer, se han conocido y se han armado lazos propios de la plaza en libertad. Los niños y las niñas van a la plaza sin los padres, hay un ámbito de seguridad establecida por el barrio en ese territorio construido."
Y explica que "logramos hacerlo a partir de pensar estos procesos participativos y colaborativos, como lo dice el derecho internacional al ambiente sano desde lo natural hasta el de la seguridad. Y no se necesita una gran obra para lograr esos espacios, a veces son intervenciones sencillas, como las que tenemos, que puede ser un juego, unos árboles, un bosquecito al lado (como le llaman algunos de los niños y niñas) para juntar palos. Pero son espacios también, donde es necesario hacer que los niños hagan o ejerzan el derecho a la democracia participativa, ellos van apropiándose, decidiendo y votando el nombre de la plaza, votando el nombre del barrio."
Para lo cual "nosotros como adultes y los organismos del estado deben garantizar en forma plena los derechos sobre ese espacio y deben garantizar, además, la activa participación para cualquier modificación o construcción que siga en ese espacio, y en ese sentido la municipalidad en este arrebato de implantar acríticamente y sin ninguna evaluación de lo que sucede en nuestro territorio irrumpe, atropella y destruye un espacio existente construido desde este derecho universal. Nosotros estamos defendiendo a nuestros niños y a este derecho por el juego.”
Este es un barrio que desde el inicio funciono por medio de asambleas y distintos tipos de organización. En 2013, luego de haber sido sorteados en el procrear los precios de los terrenos subió drásticamente por la especulación y la falta de regulación estatal, dificultando y alejando la posibilidad del acceso al derecho a la vivienda, fue asi como surgieron las distintas asambleas y grupos, como es el caso también, del gigante del oeste y como se garantizó el acceso efectivo a la vivienda, considerando también los espacios públicos como logros colectivos dentro de un proyecto habitacional. Este barrio, que ahora se llama Teros del Sur, haciendo honor a los pájaros que habitan la zona, fue fruto de una votación, así como el nombre de la plaza, Sol de octubre. Plaza que tiene un árbol fundacional, el árbol de la memoria, juegos autogestionados, se realizan ciclos de cine, ferias, festejos.
La ubicación del cic deberá ser decidida democraticamente por el conjunto de los habitantes del barrio. Al mismo tiempo seguirán organizados realizando reuniones, asambleas para defender el espacio que pretende ser avasallado por la municipalidad.