Tras la movilización nacional por la educación, dos jóvenes fueron asesinados en Valparaíso, dos estudiantes que se manifestaban por la educación gratuita como miles más en el país, dos muchachos a los que se les arrebató la vida en un contexto de ardua lucha y cuestionamiento social, pero también de fuerte represión y criminalización hacia los que se movilizan. La respuesta de la población no se dejó esperar y se expresó en velatones, protestas y marchas contra un nuevo crimen a quienes luchan.
Viernes 15 de mayo de 2015
Diego Guzmán (24), quien era militante de las JJ.CC y Exequiel Borvarán (18), ambos estudiantes, fueron asesinados por un civil identificado como Giuseppe Briganti Weber, “presunto sospechoso”, ayer jueves 14 de mayo en Plaza Victoria, Valparaíso. El crimen se desarrolló en el contexto de la marcha nacional por la educación, donde miles de estudiantes y profesores nuevamente salieron a marchar por una educación gratuita y de calidad para todos.
Según imágenes del hecho, testimonios y declaraciones, el asesinato ocurrió tras un altercado entre los dueños de un local del sector y jóvenes que presuntamente estaban pegando propaganda y rayando en la pared del local, a lo que las personas dueñas de la propiedad reaccionaron con suma violencia, hasta que Briganti habría disparado desde dentro de la casa, asesinando a Diego y Exequiel. Inmediatamente se generó un clima de suma tensión y repudio hacia el vil acto, decenas de jóvenes intentaron ayudar a los estudiantes heridos, mientras que Carabineros sólo atinó a resguardar la seguridad del asesino y su propiedad, sin otorgarle ningún tipo de ayuda a los muchachos que se estaban desangrando a plena luz del día.
Giuseppe Briganti Weber fue trasladado esta mañana al Tribunal de Garantía de Valparaíso, como principal sospechoso de los asesinatos de los dos jóvenes, para ser formalizado este viernes. Al lugar llegaron alrededor de 50 personas, las que exigen justicia y castigo.
La indignación, el rechazo y el repudio generalizado no se hicieron esperar. Es por esto que ayer jueves en la noche se realizaron diversas protestas y manifestaciones en distintas regiones del país. En Valparaíso se convocó a una velatón en Plaza Victoria, donde llegaron más de mil personas y organizaciones políticas como el Partido Comunista, las Juventudes Comunistas, el Partido de Trabajadores Revolucionarios, Pan y Rosas, la Agrupación Combativa y Revolucionaria, la Unión Nacional Estudiantil, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), entre otras.
En Temuco también se realizó una velatón, donde llegaron cientos de personas, convocadas por organizaciones políticas y por la Federación de Estudiantes de la Universidad de La Frontera. Además, en Santiago se desarrolló una masiva manifestación que congregó a cerca de 3 mil personas, en Plaza Italia, donde se dio inicio a una conferencia de prensa encabezada por las Juventudes Comunistas y el Partido Comunista, organizaciones que expresaron su rechazo a los asesinatos y que manifestaron la importancia de seguir movilizándose.
A la instancia también se hicieron presentes tanto organizaciones política como la Agrupación Combativa y Revolucionaria, MIR, Juventud Guevarista, TJR, Partido de los Trabajadores Revolucionarios, entre otras. Además, se sumaron federaciones como la Feusach y la Fep y el organismo estudiantil ACES.
La rabia y el repudio hacia un nuevo acto criminal contra jóvenes movilizados llevó a que cerca de 3 mil personas dieran paso a una marcha por la Alameda, la que se desarrolló con una fuerza visceral, con una potencia que aloja años de desigualdad e injusticias, años de lucha por querer transformar una sociedad que estructuralmente y desde sus cimientos favorece a un sector minoritario de la población, mientras que a miles de personas las arroja a la miseria.
La movilización de anoche demostró eso, demostró la rabia que tienen miles de jóvenes que ven cómo año tras año sus sueños se ven frustrados y opacados por un sistema político y económico que no tiene nada que ofrecerles. Fueron miles de personas que recorrieron la Alameda por segunda vez en el día, en medio de gritos, lienzos y pancartas que apuntaron a cuestionar un régimen político represivo y criminal. “Ya van a ver, todas las balas se van a devolver”, “Ahora, ahora a dos nos mataron, ahora ni cagando nos quedamos callados”, “y va a caer y va a caer la educación de Pinochet”, fueron algunos de los gritos que estremecieron la jornada y que no dejaron indiferente a nadie.
Jóvenes, madres, padres, personas de la tercera edad, marcharon por verdad y castigo hacia los responsables, para que nunca más le arrebaten la vida a quienes luchan por una sociedad distinta. Ese apoyo masivo que se demostró anoche en distintas regiones del país, también fue expresado por transeúntes que caminaban por el centro de Santiago, por automovilistas y conductores del Transantiago. Bocinazos, gritos, aplausos, palabras de apoyo, fotografías y grabaciones, fueron muestra concreta de que las personas no quieren dejar pasar más estos brutales atropellos que afectan a todo aquel que quiere expresa su disconformidad. Anoche por la Alameda, miles salieron a decir basta, miles dejaron claro que la lucha por una educación gratuita y de calidad para todos, que la pelea por una sociedad libre de estas miserias, exenta de clases y desigualdades, sigue en pie más viva que nunca.
La marcha posterior a la velatón terminó en Casa Central de la Universidad de Chile, la cual se encuentra tomada por los estudiantes movilizados. Carabineros y Fuerzas Especiales una vez más reprimieron a los manifestantes, utilizando carros lanza agua con lacrimógena, violentando a todo aquel se manifestaba contra un nuevo asesinato, mojando a personas mayores, madres y jóvenes, deteniendo a estudiantes sin importar nada. ¿Qué podría importarles si es esa misma institución la que está manchada con la sangre de Manuel Gutiérrez, de Rodrigo Cisternas, Juan Pablo Jiménez, Matías Catrileo, Alex Lemún y de otros tantos más luchadores? ¿Qué podría interesarles si integrantes de esa misma institución represiva dejaron morir desangrados a Diego y Exequiel?
A Diego y Exequiel no los mató solamente un civil, los mató todo un sistema y régimen político que ha masificado la idea de que se debe criminalizar, reprimir y asesinar a todas las personas que cuestionan, a todo aquel que se atreve a luchar por cambiar esta sociedad, a todo aquel que reclama por sus derechos básicos como personas, como es el derecho a educarse. A estos muchachos también los mató un Gobierno y régimen que avala la represión en cada manifestación social, que perpetúa normativas legales creadas en Dictadura que no permiten la plena organización de las personas, que buscan mantener a las personas enajenadas de la realidad, sin compromiso por la vida, sin querer cambiar nada.
¿Cómo es posible que una persona mate a otra por estar manifestándose, rayando una muralla, pegando una propaganda, caminando o expresándose? ¿Qué nivel de ambiente represivo y criminalizador hacia los que luchan ha generado este sistema y sus autoridades como para que te puedan disparar a plena luz del día, por el simple hecho de expresar disconformidad? Lo que ocurrió ayer jueves 14 de mayo no es un hecho aislado, no es una “mala suerte del destino”, es expresión del clima represivo que se consolidó en Dictadura y que los gobiernos posteriores han mantenido. Es fiel reflejo de la constante violencia en las manifestaciones sociales, de la militarización en territorios mapuche, de la represión en huelgas y paros de trabajadores, de la violencia hacia las mujeres y sectores oprimidos.
Pero, también es expresión de las leyes represivas que se aprueban, normativas como la ratificación en la Comisión de Seguridad Ciudadana del “control de identidad preventivo” o el reglamento del Alcalde UDI sobre sancionar con multas a los padres de jóvenes que estuviesen haciendo “problemas” en las marchas. ¿Cómo no podrían suceder estos asesinatos si estamos inmersos en un sistema totalmente represivo, sin derechos básicos garantizados, con autoridades e instituciones que criminalizan y que mantienen la total impunidad que existe en Chile?
Este crimen debe convertirse en una razón más para querer cambiar esta sociedad de raíz, un motivo más para que el movimiento estudiantil en conjunto con trabajadores, pobladores y mapuche salgan a las calles a exigir sus justas reivindicaciones. Como dijeron estudiantes de la Universidad de Chile, se debe avanzar a un gran Paro Nacional que conquiste cada una de las exigencias y que le otorgue real justicia a Diego y Exequiel. Es momento de tomar el cielo por asalto.